
El vicepresidente de la Comisión Europea, Valdis Dombrovskis y el comisario de asuntos económicos, Pierre Moscovici, han anunciado la opinión negativa de la Comisión Europea a los presupuestos presentados por el Gobierno populista de Italia. Por primera vez, el Ejecutivo comunitario rechaza las cuentas de un Estado miembro, pero tendrá difícil obligar a Roma a cambiar el rumbo. El primer ministro italiano, Giuseppe Conte, ha dicho en una entrevista previa que el Gobierno no tiene plan B para los presupuestos. Moscovici ha evitado hablar de sanciones para Italia y abrir el Procedimiento de Déficit Excesivo: "Vamos a dar una oportunidad al diálogo, no estamos en una situación límite con Italia".
"Las aclaraciones de Italia no han convencido para tocar las consideraciones iniciales y las cuentas van en contra de las recomendaciones de la Comisión europea", ha explicado el vicepresidente de la Comisión Europea, Valdis Dombrovskis.
Mientras el comisario económico Moscovici ha subrayado que "no estamos ante una situación límite, estamos ante una decisión motivada". Y ha añadido que la Comisión no quiere marcar las prioridades políticas y presupuestarias de Italia pero "esperamos que se de cuenta de que sus cuentas deben ser compatibles con las reglas comunes con las que toda la UE está comprometida". La dura realidad para Bruselas es que no tiene herramientas ni potestad para tocar los presupuestos de los países.
Hoy ha comenzado el pulso de verdad entre Italia y Bruselas, tras la contundente respuesta del dueto comunitario a la propuesta italiana y la negativa a retroceder del Gobierno de Conte y dejar el objetivo de déficit del 2,4% para poder encajar el aumento del gasto de las medidas que pretende acometer La Liga y el Movimiento Cinco Estrellas.
Italia no está muy por la labor de aprovechar este plazo para cambiar los presupuestos. En una entrevista en Bloomberg publicada pocos minutos antes del anuncio oficial de la Comisión Europea, el primer ministro italiano, Giuseppe Conte, ha insistido en que su gobierno no tiene un "Plan B" para cambiar su presupuesto, a pesar de la respuesta de Bruselas.
"No hay ningún plan B", ha dicho Conte, "tenemos un margen de maniobra para modificar aspectos de los presupuestos dialogando pero no el gasto real aprobado, no puedo aceptar un cambio en este sentido".
Posteriormente, el vicepresidente italiano y líder del Movimiento 5 Estrellas, Luigui Di Maio, se ha manifestado, a través de Facebook: "Es la primera maniobra italiana que no le gusta a la UE, y es normal, porque: ¡Es la primera maniobra italiana que se dicta en Roma y no en Bruselas!". Y ha añadido que con el daño que habían hecho antes, refiriéndose a Bruselas, "no podemos continuar con sus políticas, seguiremos diciéndole a la Comisión Europea lo que queremos hacer con respeto, pero debe existir el mismo respeto hacia el pueblo italiano y el gobierno que hoy lo representa".
"La deuda italiana debe empeorar para ejercer la presión adecuada y obligar a un cambio al Gobierno", dicen los analistas de Goldman
Es la primera vez que el Ejecutivo comunitario emita una opinión negativa a las cuentas de un Estado miembro. Ni siquiera se hizo con la díscola Grecia. Oficialmente Bruselas rechaza el presupuesto, pero técnicamente tiene escasas herramientas para obligar a Roma a cambiarlos.
Las únicas medidas coercitivas que puede adoptar la Comisión son las sanciones por el Procedimiento por Déficit Excesivo, multas millonarias que pueden llegar al 0,2% del PIB, pero que no empezaría a tramitarse hasta 2019.
De hecho, al ser preguntado Moscovici por este extremo si Italia reculaba, el comisario ha dicho que hay tiempo de sobra para alcanzar un acuerdo. "No estamos en una situación límite y vamos a dar una oportunidad al diálogo", ha repetido.
En la práctica, tampoco, se han aplicado y a lo máximo que se llegó fue con Portugal y España, con las conocidas como multas cero, por las cuentas de 2015 tras años de incumplimiento del déficit.
Una vez hecha oficial su opinión negativa Italia tendrá tres semanas para revisar sus planes de gastos y volver a enviarlos a Bruselas. Si persiste el desafío la Comisión ya puede apelar al incumplimiento reiterado de las reglas déficit, cuando se publique para final de año las previsiones de la Comisión.
La decisión no es meramente técnica sino tiene un importante peso político. La Liga y el Movimiento 5 Estrellas llegaron al poder cargando duramente contra Bruselas y el viceprimer ministro italiano, Matteo Salvini, no duda en echar la culpa a las restricciones presupuestarias impuestas por Bruselas de la situación económica de Italia. Y la Comisión Europea teme que los populismos le ganen la partida política con la demagogia.
De echo, la mejor carta que maneja Bruselas está en los propios mercados, esperando que hagan su trabajo. La estrategia comunitaria es evitar a toda costa un enfrentamiento político, como el que ocurrió con Grecia en 2015, para evitar que los líderes políticos italianos terminen como mártires, a la espera que los intereses de la deuda y la prima de riesgo ahoguen la postura italiana.
Tras el comunicado oficial de la Comisión Europea, la rentabilidad del bono a diez años italiano se ha disparado 13 puntos básicos rozando el 3,6% y la prima de riesgo ha estado a punto de romper los 320 puntos básicos.
"Es posible que la situación deba empeorar antes de mejorar, a fin de ejercer la presión requerida para desencadenar un cambio en el curso y la retórica que rodea a Italia", explican los analistas de Goldman Sachs.
Una vez en el poder La Liga y el Movimiento 5 Estrellas han cambiado de estrategia e intentan mantener un escenario de negociación con la Comisión
Una vez en el poder La Liga y el Movimiento 5 Estrellas han cambiado de estrategia e intentan mantener un escenario de negociación con la Comisión para saltarse las limitaciones a sus presupuestos. Han desterrado por completo las amenazas de abandonar el euro, que se escucharon en campaña electoral.
En la carta a la Comisión enviada ayer, el ministro de Finanzas italiano, Giovanni Tria, se comprometió a que el déficit presupuestario no se ampliará más del 2,4% y planteó abrir un diálogo para abordar sus diferencias. Además anunció que Italia podría renunciar a este déficit si las medidas no cumplen con los objetivos de crecimiento planteados por Roma para reducir el déficit y el PIB.
La prensa italiana incluso ha ido más allá. Il Messaggero publica que ayer en una cena Conte, Salvini y Di Maio acordaron frenar la reforma de las pensiones y la renta para la ciudadanía si la situación de los mercados se pone fea. El delicado estado de los bancos italianos hace que no puedan soportar durante mucho tiempo unos intereses elevados en la deuda. Algunas analistas indican que si la prima de riesgo supera los 400 puntos básicos el sector financiero tendrán muchos problemas.
Según las normas de la UE, ningún país debe tener un déficit presupuestario superior al 3% del PIB y una deuda superior al 60% en relación al PIB. Si bien el déficit de Italia se encuentra dentro del límite del 3%, la Comisión ha exigido que el país reduzca las brechas para reducir su carga de deuda, que se sitúa en el 130% del PIB, solo superada por Grecia dentro de Europa.