Economía

Las minoristas y los consumidores no parecen preparados para una subida de tipos en EEUU

El final de año se promete complicado en Estados Unidos. Con el 67,8 por ciento de los operadores descontando ya la primera subida de tipos de interés desde 2006, cualquier paso en falso por parte de la Reserva Federal podría incrementar la incertidumbre entre los mercados de renta variable. Las expectativas de una subida de 25 puntos durante el próximo mes de diciembre subieron después de conocer como la economía generó 271.000 empleos en octubre y redujo la tasa de paro hasta el 5 por ciento.

El pleno empleo y la inflación son los dos objetivos principales del banco central estadounidense a la hora de determinar el rumbo de su política monetaria. En este sentido, la temporada de compras navideñas promete fortalecer aún más el panorama laboral. Según la consultora Challenger, Gray & Christmas estima que entre octubre y diciembre, las minoristas generarán alrededor de 755.000 puestos de trabajo, una cifra que apoya la mejora del mercado laboral a este lado del Atlántico.

En lo que a los precios se refiere, la inflación salarial subió en octubre a su mayor ritmo desde 2009 sin embargo desde el Fondo Monetario Internacional incidían en un informe de cara a la reunión del G-20 en Turquía que la Fed debe esperar a tener señales más claras sobre el repunte de los precios. A pie de calle, el gasto del consumidor se mantiene fuerte y podría mostrar su mayor contribución a la expansión económica del país desde 2005.

El consumidor estadounidense representa cerca del 70 por ciento del PIB, por lo que la marcha del consumo suele ser un buen indicador de la economía en general. Aunque el gasto del consumidor ajustado a la inflación ha estado creciendo a un ritmo del 3 por ciento, la expansión del PIB real sólo ha sido del 2 por ciento. "Es sorprendente que el gasto no sea mayor", reconoce Joseph LaVorgna, economista jefe de Deutsche Bank en Nueva York. "Esto puede insinuar que existen problemas estructurales mucho más profundos en la economía", apunta.

De hecho esta dinámica ya se puede intuir en algunas áreas, como el sector minorista, que parece no estar beneficiándose de la recuperación sobre el papel de la economía estadounidense. Las acciones de Wal-Mart acumulan pérdidas en lo que llevamos de año de más del 33 por ciento, las de Dollar General un 10,2 por ciento o las de Sears Holdings alrededor de un 26 por ciento.

El miércoles, los resultados trimestrales de Macy´s arrastraron los títulos de la compañía, que sufrió su peor jornada sobre el parqué de los últimos siete años y ha recortado un 38 por ciento de su valor en 2015. Una tendencia que también se deja notar en los almacenes Nordstrom, que se dejan un 20,4 por ciento, tras generar un beneficio de 57 centavos de dólar sobre ventas de 3.330 millones de dólares en el tercer trimestre, o Kohl´s, que el jueves convencía con un beneficio por acción de 75 centavos de dólar pero se ha dejado un 25 por ciento de su valor en bolsa este año. Si miramos a las minoristas de ropa, la tendencia no mejora. Las acciones de Gap se dejan un 36 por ciento, las de Urban Outfitters un 23 por ciento o las de Abercrombie and Fitch un 26 por ciento.

La tendencia en las acciones de estas compañías pone de manifiesto el impacto que el dólar está jugando en sus cuentas, así como los problemas con sus inventarios y otros factores, como los ajustes hacia un consumo digital, que suponen un verdadero escollo a la hora de incrementar sus ventas. Una dificultad que a simple vista no debería estar ocurriendo si tenemos en cuenta los impulsos que ha recibido el consumidor estadounidense en lo que llevamos de año.

Por ejemplo, en el último año, el precio de la gasolina ha caído en 90 centavos, lo que ha generado 90.000 millones de dólares en efectivo adicional en los bolsillos de los ciudadanos. Al mismo tiempo, el mercado laboral ha generado 2,9 millones de empleos durante los últimos cuatro trimestres mientras que el patrimonio neto de los hogares como porcentaje de la renta disponible se encuentra ligerísimamente por debajo de los máximos de 2006.

Si tomamos en cuenta comportamientos del pasado, el gasto del consumidor debería estar creciendo por encima del 4 por ciento y el avance del PIB tendría que superar la tasa del 3 por ciento. Sin embargo parece que en estos momentos, los ciudadanos prefieren seguir ahorrando, con una tasa sostenida del 4,7 por ciento, en un momento en que pese a que la economía crece, el consumidor parece tener la sensación de que el contexto podría empeorar en los próximos meses.

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