
El Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC) es una condición de salud mental que afecta a más de un millón de personas en España y que se caracteriza por patrones persistentes de pensamientos indeseados (obsesiones) y comportamientos repetitivos (compulsiones).
Algunos de los síntomas más comunes incluyen miedo a los gérmenes, preocupación por la seguridad o el orden, lavado y limpieza excesivos, comprobación repetitiva, ordenador las cosas de una forma particular, etc. Es una afección muy compleja de entender, sobre todo porque no hay dos personas que se comporten de forma idéntica aún teniendo el mismo diagnóstico.
Demonizado y confundido con "tener manías", lo cierto es que el TOC es uno de los 10 trastornos que la OMS considera que pueden ser más incapacitantes en la vida de una persona, no solo a nivel cotidiano sino también laboral. Es por esto que muchos trabajadores solicitan la incapacidad permanente por no poder llevar a cabo su actividad laboral con normalidad.
La incapacidad por TOC
Como es lógico, para que se conceda una incapacidad permanente por TOC se ha de demostrar que la enfermedad es incapacitante, para lo que se tienen que cumplir algunas condiciones, tales como que la sintomatología sea calificada como grave o que exista un deterioro cognitivo moderado o severo, aclaran desde Campmany abogados.
Asimismo, un especialista deberá declarar que el paciente no está en condiciones de realizar una actividad laboral y contar con parámetros GAF de 50 o menores. Los parámetros GAF son las herramientas que se utilizan para evaluar y clasificar la gravedad del trastorno, a mayor número, mejor está el paciente. A partir del 50 e inferiores se consideran síntomas graves, tales como ideación suicida, rituales obsesivos graves, leguaje ilógico, alucinaciones, ideas delirantes, incapacidad persistente para mantener la higiene personal mínima, etc.
Una vez sabemos esto, una persona diagnosticada con TOC puede solicitar una incapacidad permanente total en determinadas profesiones de riesgo o responsabilidad de cara a terceros cuando el deterioro cognitivo es leve o moderado. Es el caso de los trabajadores que van armados, como policías o vigilantes de seguridad, o los conductores de autobús, pudiendo también solicitarla los que desarrollen actividades de alta exigencia mental o estrés, como empleadas de banca.
Con la incapacidad permanente total se determina que el trabajador está inhabilitado para el ejercicio de su profesión habitual, aunque permite dedicarse a otra distinta. Da derecho a una pensión equivale al 55% de la base reguladora, pudiendo incrementarse hasta el 75% para personas mayores de 55 años.
Incapacidad con el 100% de la pensión
Ahora bien, para conseguir la incapacidad permanente absoluta (que es la que permite cobrar el 100% de la base reguladora), el paciente de TOC debe tener un GAF inferior a 50 y un importante deterioro cognitivo y del funcionalismo. De este modo, una persona con TOC severo, pensamientos intrusivos incapacitantes y crisis de ansiedad, podría obtener la incapacidad absoluta con el 100% de la pensión.
Aunque pudiera parecer difícil conseguirlo, ya ha habido sentencias favorables a enfermos de TOC a los que les han concedido la incapacidad absoluta. Uno de los más recientes es el caso de un profesor que no se podía concentrar por padecer la enfermedad.
En un primer momento la Seguridad Social le reconoció una incapacidad total, aunque solicitaba la absoluta porque su TOC le impedía realizar cualquier tipo de trabajo, solicitud denegada por el INSS. No obstante, en la vista judicial se demostró que también sufría "rasgos disfuncionales de la personalidad, con repercusión funcional severa y pronóstico negativo", afectado por un trastorno de personalidad mixto. Como resultado, la Seguridad Social elevó su grado de incapacidad al de absoluta, con una pensión mensual del 100% de su base reguladora, 2.681,80 euros al mes.