
Las empresas alemanas se mostraron mucho más optimistas en el mes de junio gracias a la mejora de la situación económica del país, movida por el enorme paquete de gasto público que aprobó la Gran Coalición. El índice Ifo de clima empresarial mejoró hasta los 88,4 puntos en junio, desde los 87,5 de mayo. "La economía alemana está recuperando la confianza poco a poco", aseguró el presidente del Ifo, Clemens Fuest, en un comunicado.
Pero este "optimismo" coincide con la publicación, el lunes, de un informe del mismo instituto en el que aseguran desde el propio think tank que las simulaciones realizadas por los expertos muestran que el paquete arancelario de Trump afectará de lleno a la industria del país.
"Si Trump pusiera aranceles recíprocos anunciados el 2 de abril (incluidos aranceles del 50 % a las importaciones de la UE) y aranceles adicionales específicos para productos al final de la pausa arancelaria (9 de julio), la industria manufacturera alemana se contraería un 2,8 % una vez que la economía se haya ajustado completamente", aseguraban los expertos del Ifo.
Sea como fuere, el hecho de que desde el gobierno de coalición, liderado por el canciller conservador Friederich Merz, hayan impulsado un estímulo de dinero público de más de 500.000 millones a diez años para modernizar las infraestructuras del país y acelerar la transición energética, genera este optimismo dentro del sector privado germano que confía en que este estímulo meta a la locomotora de Europa de nuevo en la senda del crecimiento.
Entre los elementos que componen al índice Ifo está el índice de expectativas, un indicador clave ya que aporta la visión que tienen las empresas en el corto y medio plazo. Este indicador subió a los 90,7 puntos en el sexto mes del año, desde los 89 de la revisión de mayo, lo que supone la lectura más alta desde el mes de abril de 2023 y supera las expectativas del mercado.
El sector manufacturero, clave en la economía germana, vio mejorar "ligeramente" su clima empresarial. "Si bien las empresas se mostraron notablemente más optimistas respecto a los próximos meses, el desempeño actual ha sido menos favorable", aseguraba Fuest en su comunicado.
En el campo de los servicios, las empresas también hicieron notar una mejoría en cuanto a su sentimiento. En líneas generales, valoraron la situación actual "con mayor optimismo" y "elevaron significativamente" sus expectativas. En la parte del comercio también mejoró el clima empresarial pero con ciertas dualidades: "Esta mejora fue impulsada por el comercio mayorista; sin embargo, el clima empresarial en el comercio minorista empeoró ligeramente", explicaba Fuest.
Está previsto que este mismo martes, el vicecanciller y ministro alemán de Finanzas, Lars Klingbeil, presente el proyecto de Presupuestos para 2025, donde se reflejará el incremento del gasto en Defensa hasta el 3,5% del PIB exigido por la OTAN, así como la inversión masiva en infraestructuras, acordada en el seno de la Gran Coalición.
Los analistas de Bloomberg esperan que el PIB alemán entre de nuevo en terreno positivo este año, con un incremento del 0,2%. En cambio, tanto los 'cinco sabios', como el Fondo Monetario Internacional y el propio Gobierno auguran que este año el crecimiento de la economía alemana se quedará estancado en el 0%. Sin duda, una visión más pesimista que la del mercado.
Por su parte, finales de abril, cuando se dieron a conocer las previsiones de primavera del FMI, el presidente del Bundesbank, Joachim Nagel, aseguró que Alemania podría enfrentarse a "una recesión leve" este año. Asegurando que es posible que el PIB podría contraerse por tercer año consecutivo, lo que sería un hecho histórico sin precedentes para una potencia como Alemania.
En este sentido, el jefe global de Macro de ING Economics, Carsten Brzeski, advierte en una nota enviada a clientes que esta "ola de optimismo" que parece haber golpeado la economía alemana "no está claro si realmente se basa en fundamentos más sólidos o simplemente en una ilusión".
El experto pone sobre la mesa la incertidumbre, cuya tesis se avala con lo publicado este lunes por el propio Ifo sobre la afectación de los aranceles a la industria: "Después de las idas y venidas sobre los aranceles estadounidenses, las empresas alemanas parecen estar centrándose en el lado positivo de lo que podría suceder bajo el nuevo gobierno alemán, en lugar de temer las desventajas de la incertidumbre y las tensiones comerciales en curso".
Los riegos a la baja han aumentado
En el corto plazo, los expertos advierten que la lista de riesgos que pueden hacer que la economía se contraiga de nuevo ha aumentado, sobre todo aquellos que afectan de lleno a la economía alemana, que es la más expuesta a la guerra comercial.
"Pensemos en los inminentes aranceles estadounidenses y el inminente fin de la pausa de 90 días. O el euro más fuerte, que actúa como un arancel adicional para las exportaciones alemanas", apela el experto de ING, que también llama a no olvidar el hecho de que el conflicto en Oriente Medio puede hacer que aumente el precio del petróleo "que ejercerá presión sobre la industria, que consume mucha energía".
No hay ninguna duda de que la economía alemana está entre dos aguas. Por un lado, hay un gobierno que parece bastante ambicioso en la carrera por recuperar el esplendor del músculo de Europa y por eso han planteado grandes reformas estructurales basadas en un gran estímulo fiscal. Pero, a su vez, un modelo económico basado en las exportaciones está amenazado por unas tensiones geopolíticas marcadas por los conflictos armados y comerciales.
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