Economía

Alemania lanza una gran exención de impuestos a las empresas para tratar de revivir su economía

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La principal economía de la Eurozona, Alemania, está completamente estancada y el nuevo gobierno, conformado por la Gran Coalición liderada por el conservador Friedrich Merz, está preparando un paquete de exenciones fiscales de 46.000 millones de euros. El objetivo: fomentar la inversión y estimular una economía completamente parada.

Durante la campaña de las elecciones federales de 2025, que se celebraron el 25 de febrero, la CDU (partido de Merz) tenía en su programa la reducción del impuesto de sociedades del 30% al 25% para mejorar la competitividad en Alemania y atraer la inversión. Por su parte, los socialdemócratas propusieron un bono 'Made in Germany' (Hecho en Alemania) con el que aplicarían exenciones fiscales para las empresas que invirtiesen en el país.

Formada y consolidada la Gran Coalición, a pesar del susto de la primera votación, el ministro de finanzas, el socialdemócrata Lars Klingbeil, presentó este miércoles este paquete millonario con horizonte 2029 que desarrollará el próximo miércoles en el Consejo de Ministros germano. Aunque esta medida fiscal requiere de la aprobación tanto del Bundestag (Cámara Baja) como del Bundesrat (Cámara Alta).

La Gran Coalición acordó amortizaciones de hasta un 30% a las empresas que compren activos inmuebles entre finales de junio de este año y enero de 2028, según reza el proyecto de ley al que ha tenido acceso elEconomista.es. Asimismo, también incluye exenciones adicionales a aquellas empresas que renueven sus flotas con vehículos eléctricos con un precio bruto de hasta 100.000 euros. También aparece reflejada la reducción progresiva del impuesto de Sociedades del 30% actual al 25%. Este recorte se haría de manera gradual en un período de cinco años.

Estas medidas podrían hacer que las empresas se dedujesen hasta el 75% de sus impuestos en el año en el que hagan la inversión. Asimismo, este proyecto de ley fiscal también contempla el hecho de que, cuando la medida expire, el impuesto corporativo sobre la inversión se reducirá del 15% al 10%.

El documento dice que "tras un período de estancamiento económico" es importante aumentar "significativamente" el potencial de la economía germana. Asimismo, estas medidas pretenden "enviar una señal contundente sobre la competitividad a corto y largo plazo" y volver a mostrar Alemania como un lugar donde hacer negocios.

Klingbeil también anunció su intención de mejorar el trato que el fisco alemán da a las ganancias y ampliar los incentivos fiscales para Investigación y Desarrollo.

Este paquete de reducción de impuestos corporativos se suma a un enorme plan de inversión pública de 500.000 millones de euros a diez años para infraestructuras y gasto en Defensa, que aprobaron los socios de coalición (SPD-CDU), junto con los Verdes, en marzo de este mismo año, antes incluso de que se conformase el nuevo Gobierno.

Según los cálculos realizados por el Ejecutivo, se espera que esta gran rebaja fiscal reduzca los ingresos federales en 2.500 millones de euros este año y que en 2028 esa caída sea de 12.000 millones de euros, según reza el documento remitido por el Ministerio de Finanzas.

En la campaña, el líder de los democristianos y actual Canciller, también se comprometió a subvencionar los gastos de electricidad de la industria germana, que atraviesa grandes dificultades debido a la pérdida del gas ruso. Además, nada más llegar a la cancillería, Merz creó un ministerio para reducir la burocracia y acelerar la digitalización de la Adminsitración Pública.

El objetivo de todas estas medidas es poner a funcionar la economía alemana, que se espera que este año vuelva a registrar un crecimiento 'nulo'. Así lo confirmaron tanto los organismos internacionales como el propio Gobierno, los Cinco Sabios y los institutos privados de economía. Además, el propio presidente del Bundestag, Joachim Nagel, habló de una "posible recesión" al finalizar este año.

El hecho de que Alemania base su crecimiento en las exportaciones le hace estar muy expuesta a la guerra comercial iniciada por Donald Trump. La industria automotriz y la química, entre otras, son industrias clave que dependen de las exportaciones a Estados Unidos y China. El hecho de que EEUU ponga aranceles a la entrada de vehículos alemanes para fomentar su producción nacional, al mismo tiempo que China invierte cantidades ingentes de dinero público en su industria de coches eléctricos, haciéndola mucho más competitiva que la Europea, está suponiendo un duro golpe para el sector en Alemania.

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