Economía

Merz promete bajar Sociedades del 40% al 25% y exenciones fiscales a las horas extra

El líder de CDU, Friederich Merz.

Hace más de 20 años que Alemania no hace una reforma económica y el conservador Friedrich Merz tiene entre sus manos el aplicar el antídoto que "el hombre enfermo de Europa" necesita para salir de su atolladero económico. La receta la tiene clara: Recortes fiscales que devuelvan el crecimiento de Alemania al 2% en los cuatro años que dure la legislatura.

El conservador plantea en su Agenda 2030, un plan de 12 páginas que presentó en campaña, rebajar el impuesto de Sociedades del 40% actual al 25%, con el objetivo de que las empresas se queden en el país y que nuevas compañías se interesen por Alemania. Asimismo, ofrecerá exenciones fiscales para las horas extra realizadas y los ingresos de los pensionistas, incentivando el trabajo adicional durante la jubilación y apoyando a aquellas personas que decidan continuar con su vida laboral después de los 65 años, edad legal para el retiro. Con esto pretende hacer frente al problema demográfico al que se enfrenta el país, uno de los principales retos estructurales.

Dentro de este paquete de rebajas fiscales también entran los hogares de ingresos más bajos y medios, en una especie de intento de llamar al electorado de este extracto socia, que según los analistas, se decantó por la ultraderecha de AfD en estos comicios. Así es todo, Merz no ha dicho cómo va a financiar todas estas rebajas fiscales.

En esta Agenda 2030 que planean los democristianos también incorporan la reducción de impuestos sobre la electricidad y las tarifas de red. Al mismo tiempo que invierten en energías renovables, nuclear y almacenamiento. Merz también prometió suprimir la ley sobre la debida diligencia corporativa en las cadenas de suministro, que tiene como objetivo "fortalecer el respeto de los derechos humanos y estándares ambientales en las cadenas de suministro globales".

Pero esta última es una promesa completamente electoralista y un intento de complacer al sector empresarial germano, que se quejaba de los sobrecostes que suponía el auditar a todas las empresas que les distribuían, ya que el Parlamento Europeo aprobó a mediados de 2024 una directiva similar a la alemana y de obligado cumplimiento para todos los países de la UE, por lo que no podrá suprimir este marco legislativo.

En materia de política fiscal, Merz dejó muy claro que era partidario de mantener el Schuldenbremse, o mecanismo constitucional de freno a la deuda para evitar cargas financieras excesivas para futuras generaciones. Este mecanismo, implantado por Angela Merkel, permitió no aumentar la deuda del país más allá del 60% y el déficit por debajo del 0,35% del PIB.

Merz también planea estimular la inversión a través de "profundos recortes" en la burocracia alemana y de la UE. Quiere acelerar la aprobación de los proyectos de construcción y se ahorrará a las empresas emergentes gran parte de la pesada burocracia alemana. Esto lo hará a través de un Ministerio de Asuntos Digitales que proporcione herramientas que ayuden a reducir la burocracia.

Anuncia contactos con SPD"en los próximos días"

El democristiano podría llevar a cabo su programa al completo si pudiese gobernar en solitario, pero la aritmética parlamentaria resultante de las elecciones del domingo le obliga a pactar con los socialdemócratas de SPD, encabezados por Olaf Scholz. En una rueda de prensa ayer, Merz aseguró que las conversaciones para concretar la alianza se harán "en los próximos días", sin dar un calendario concreto.

"Entre la CDU y la Unión Socialcristiana (CSU) de Baviera sumamos 208 escaños, y junto con los 120 diputados socialdemócratas alcanzamos 328 de los 630 totales. Por supuesto, estamos en condiciones de formar Gobierno con una coalición negro-roja, y eso es exactamente lo que queremos", aseveró el líder conservador a los medios.

Por su parte, el copresidente de SPD, Lars Klingbeil, también se mantuvo dispuesto a iniciar conversaciones para formar la Gran Coalición de gobierno pero reiteró "que ahora la iniciativa le corresponde a él (por Merz)". Las conversaciones entre estos dos partidos serán intensas, ya que presentan diferencias, sobre todo en cómo financiar la inversión en infraestructura y los servicios sociales. SPDpresentaba un programa de políticas fiscales más progresistas para ello, que supone aumentos de impuestos para los sectores de mayores ingresos.

"Esperamos que el próximo gobierno baje los impuestos sobre la renta y Sociedades, reduzca los beneficios sociales y aumente el gasto en defensa. Una reforma del freno de la deuda es menos probable porque podrían no alcanzar los dos tercios para aprobarla", aseguró Franziska Palmas, economista de Captial Economics.

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