Economía

Las CCAA peor financiadas reciben hasta 1.470 euros menos per cápita

La financiación autonómica, muy en boca de los políticos estos días, presenta muchas aristas. Una forma de abordarla es analizando los fondos que reciben las autonomías de régimen común por habitante. La relación arroja resultados sorprendentes por las brechas que presenta. Así, Cantabria recibe 4.586 euros anuales per cápita frente a los 3.117 euros que percibe la Región de Murcia. La diferencia es de 1.469 euros. Estos datos están actualizados con la inflación, ya que los contenidos en la tabla adjunta corresponden al año 2022, últimos oficiales disponibles.

La media española se sitúa en 3.641 euros. Nueve autonomías están por encima de dicha media y seis se encuentran por debajo, entre ellas la Comunidad de Madrid. Estos cálculos se realizan con el criterio de población ajustada que "intenta ser ecuánime, pero cuyos resultados con algunas comunidades autónomas no son explicables", explica a elEconomista.es Francisco de la Torre, inspector de Hacienda y coautor del libro La factura del cupo catalán escrito junto al profesor e investigador Jesús Fernández-Villanueva.

La población ajustada, las competencias homogéneas y el esfuerzo fiscal son lo que marcan el reparto de fondos, los cuales constituyen uno de los pilares del sistema de financiación autonómica. Junto con la participación en los impuestos estatales y los tributos cedidos y propios, hay que distribuir tres fondos. En cuanto a la población, se llama ajustada porque no computa solo el número de habitantes, sino factores propios de cada comunidad autónoma, como la dispersión de los residentes o la edad predominante en el territorio. Por ejemplo, si una autonomía tiene mucha población mayor esta circunstancia se tiene en cuenta a la hora de calcular los gastos sanitarios. Si, por el contrario, hay más gente joven, domina la ponderación de los gastos en educación.

Pero esto da lugar a muchas disfunciones que son las que se ponen de manifiesto en la financiación por habitante. Francisco de la Torre asegura que, contrariamente a lo que se cree, donde mejor funciona este criterio es en las grandes, Cataluña y Comunidad de Madrid. La comunidad catalana recibe 4.095 euros per cápita, 770 euros más que Madrid. La razón es que esta última ha decidido bajar los impuestos, tanto en su participación en los estatales como en los cedidos. Luego recibe menos financiación estatal al considerar que no la necesita. Además, su población está muy concentrada, no hay dispersión. Cataluña sí tiene una població más dispersa, salvo en los grandes núcleos urbanos, y tiene competencias que no tienen las demás regiones como una polícía propia y las prisiones. "Aquí el sistema ha funcionado porque Madrid ha ejercicio sus competencias fiscales y lo ha hecho a su costa, no a costa de los demás", aclara de la Torre. Cataluña, por su parte, no se siente infrafinanciada respecto a las regiones de régimen común sino respecto a las dos comunidades forales, País Vasco y Navarra.

El problema se presenta en la mayoría de las autonomías. Si todas poseen las competencias de Sanidad, Educación y Servicios Sociales, que representan dos tercios de su gasto, se supone que las necesidades son las mismas. Pero al aplicar el criterio de poblacion ajustada no todas salen favorecidas, como es evidente en el reparto por habitantes. "Hay un factor de subjetividad que hay que mejorar", declara Francisco de la Torre, que añade que "no tiene explicación que Cantabria se lleve tanta diferencia con Andalucía, Comunidad Valenciana o Murcia".

Otra de las disfunciones en la actualidad del sistema de financiación autónomica es que se ha quedado obsoleto. El vigente data de 2009 cuando las condiciones socioeconómicas de España eran muy diferentes. Un ejemplo es que ponderaba un factor tan subjetivo, al repartir fondos, como la abundancia de ingresos fiscales que en quellos momentos provenía del sector inmobiliario, del popular "ladrillo". Autonomías como la valenciana ingresaron mucho dinero en la primer década de los 2000. Con el estallido de la burbuja inmobiliaria y la crisis económica, a la Comunidad Valenciana no se le han revisado sus factores propios, con lo que ahora está infrafinanciada. Lo mismo le ocurre a Andalucía.

La posibilidad de actualizar el sistema de financiación y encontrar soluciones más justas se ve muy lejano. "La única manera es que vuele por los aires por la financiación singular de Cataluña", manifiesta Francisco de la Torre, quien se muestra muy escéptico respecto a la aprobación de un nuevo sistema de financiación. "Políticamente, no lo veo, entre otras cosas porque cambiar la financiación autonómica requiere de una ley orgánica que ahora es imposible que salga adelante por la división de las fuerzas políticas". Por eso no es extraño, comenta, que el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, pida elecciones generales. Su comunidad autónoma tampoco sale bien parada en el reparto de fondos per cápita a pesar de su población dispersa y más envejecida. En el caso del reparto de los fondos también influye la actitud de las propias autonomías. A las que salen beneficiadas "no les interesa que entren otros factores", concluye de la Torre. Así las cosas, la renovación de los criterios para financiar a las autonomías se presenta lejana y complicada.

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