
La UE pretende que parte de los 11 billones que los europeos tienen aletargado en depósitos y cuentas sin apenas remuneración se utilicen para invertir en compañías europeas. Una iniciativa que España y otros países comunitarios impulsan y que pasa por crear una etiqueta que identificará a productos financieros con este fin que disfrutarán de una fiscalidad especialmente favorable.
Aunque no se han dado más detalles, la pretensión de Bruselas de premiar a los minoristas que inviertan solo en Europa es insuficiente, ya que es una opción que debería abrirse a todos los mercados. Si lo que se pretende es animar a invertir y atraer capital, lo que se debería hacer es reducir la fiscalidad en las transacciones financieras y en la compra y venta de acciones, que es mucho más alta que en EEUU.