Economía

Las autonomías del PP consideran muerta la Conferencia de Presidentes

Cerrazón, monólogo de Pedro Sánchez, pantomima, inútil, autoritarismo, solo para la foto y sin preparación previa. Estas son algunas de las expresiones con las que las comunidades gobernadas por el PP califican a la próxima Conferencia de Presidentes que tiene previsto celebrarse en Barcelona el 6 de junio. Teniendo en cuenta que son mayoría, 11 más las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, el ambiente se presenta hostil. Y no se puede olvidar que Castilla-La Mancha, sin llegar a descalificaciones, está de acuerdo con varias de las reivindicaciones de las populares.

La Conferencia de Barcelona lleva camino de terminar con la misma falta de acuerdos con la que se cerró la última, la celebrada en Santander el pasado mes de diciembre. Pero con un enfrentamiento verbal más alto y subido de tono. Tanto que la Junta de Andalucía llegó a manifestar la semana pasada que la Conferencia estaba "en el aire". Finalmente, no habrá plante de los presidentes populares, que sí acudirán a la Ciudad Condal a pesar de que tienen el convencimiento de que la cumbre nace muerta.

El antecedente de Santander no augura éxito alguno en Barcelona, pues no solo no ha cambiado nada en las relaciones entre las autonomías del PP y el Gobierno central, sino que han empeorado. La prueba de que el enfrentamiento está en plena ebullición es el resultado del comité preparatorio de la cumbre, que tuvo lugar el miércoles pasado. Los populares querían modificar el orden del día propuesto por Moncloa, en el que solo figuraban tres temas: vivienda, educación universitaria y formación profesional.

El Partido Popular quería que se abriera ese orden del día para tratar, entre otros, la financiación de las comunidades -en lo que coincide Castilla-La Mancha-, 'okupación', mejora de las infraestructuras ferroviarias, modelo energético o inmigración. El Gobierno de Canarias también está a favor de abordar este último asunto. La Comunidad de Madrid, por su parte, pedirá que se apruebe la instalación de puntos de conexión a centros de datos.

La reunión del comité terminó mal para las pretensiones de los populares. No se modificó el orden del día porque ni siquiera se votó. Las declaraciones de los diversos consejeros de Presidencia del PP fueron demoledoras. Hasta el PP nacional ha intervenido en la refriega y Cuca Gamarra, su secretaria general, ha llegado a afirmar que el Ejecutivo de Pedro Sánchez quiere "amordazar a la comunidades".

Ahora, las autonomías confían en acogerse al reglamento interno de la Conferencia para que se debatan más temas de los propuestos por el Gobierno central amparados en su mayoría.

Otra de las grandes diferencias que separan a las partes en la cumbre es el formato de ésta. Si ya hubo quejas en Santander por el reparto del tiempo de las intervenciones -diez minutos para cada presidente y sin límite temporal para el presidente del Gobierno- de nuevo se han reproducido las quejas. Incluso el presidente castellanomanchego, Emiliano García-Page, está a favor del cambio. Esta petición tampoco ha prosperado.

Hace seis meses hubo más críticas. Los presidentes autonómicos del PP, incluso García-Page, acusaron al Gobierno de no preparar convenientemente la cumbre, de acudir sin propuestas ni documentos sobre los asuntos a tratar aunque fueran los que quería Moncloa. Estos días, se repiten las mismas lamentaciones.

La comunidad autónoma que sí parece satisfecha es la anfitriona, Cataluña. El Govern presidido por Salvador Illa no oculta que el tema de vivienda le interesa mucho y que está de acuerdo en que centre la reunión. Pero tampoco se cierra a que salga a colación la financiación autonómica, según avisó la pasada semana la consejera catalana de Territorio Silvia Paneque, porque así hay oportunidad de "mejorar la financiación singular de Catalunya".

Un Gobierno autonómico que acude con reservas a Barcelona es el vasco. En el comité preparatorio el consejero de Imanol Pradales confiaba en que se incluyeran en el orden del día asuntos como un modelo energético que responda a las necesidades de descarbonización y transición de la industria vasca. Al no haber cambio alguno en la agenda, los vascos van a la Conferencia con desconfianza. A raíz de varias conversaciones telefónicas con el Gobierno central creen que sí se atenderán sus demandas pero también manifiestan "que puede haber sorpresas".

Así las cosas, el próximo viernes tendrá lugar en Barcelona la XXVIII Conferencia de Presidentes. Todo apunta, según las fuentes consultadas, a que su conclusión será similar a la anterior: infructuosa.En diciembre de 2024, solamente salió adelante una propuesta, ésta del Gobierno central: la convocatoria en enero de un Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF). Efectivamente, la reunión se llevó a cabo, en febrero, pero al tratar la condonación de la deuda autonómica y el impuesto a la banca, los consejeros del PP abandonaron la sala "por ser temas impropios" de un órgano como el CPFF, alegaron. Otra ocasión, se lamentaban, en que no se habló de la financiación autonómica.En Santander, el Gobierno propuso, entre otros asuntos, "acordar un nuevo modelo de financiación autonómica que concilie la multilateralidad y la bilateralidad". Ni en éste ni ningún otro punto hubo ni un atisbo de acuerdo. Ahora, Barcelona espera.

Compromisos y declaraciones conjuntas desde 2004

La Conferencia de Presidentes es el máximo órgano político entre el Ejecutivo central, las comunidades autónomas y Ceuta y Melilla. En otros países, como Italia, Alemania, Suiza o Canadá, existen organismos semejantes pero mucho más regulados que el español. La primera Conferencia de Presidentes se celebró en 2004, en la primera legislatura de José Luis Rodríguez Zapatero. Desde que gobierna Pedro Sánchez se han celebrado más de 20, la mayor parte de ellas durante los años de pandemia, 2020-22. Antes se celebraban siempre en el palacio del Senado en Madrid pero desde 2020 se han convocado en distintos puntos del país. Tienen una periodicidad irregular, aunque está establecido que se celebren anualmente. Por regla general, se suelen alcanzar compromisos y pactos. Uno de los más importantes fue el Acuerdo Estado-Comunidades Autónomas sobre Financiación Sanitaria en 2005. Son importantes, asimismo, las declaraciones sobre diversos temas como violencia de género, economía sostenible o la crisis económica de 2012, por ejemplo.

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