Economía

Trump golpea a 8.500 empresas valencianas y frena al sector exportador que encadena dos años en caída

Cargadores de coches eléctricos de Power Electronics en California.
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La guerra comercial declarada por Donald Trump ya es oficial y sus consecuencias las sufrirán directamente 8.500 empresas de la Comunidad Valenciana, las que mantienen algún tipo de relación comercial con la primera potencia económica mundial. A ese impacto directo en la economía valenciana se sumarán daños colaterales aún difíciles de cuantificar, como refleja el hecho de que Estados Unidos es el mayor inversor extranjero en el territorio valenciano.

La víctima más clara del anuncio del presidente estadounidense de imponer aranceles del 20% a los productos europeos es el sector exportador valenciano, que el año pasado vendió productos a ese país por valor de 2.850 millones de euros. El país norteamericano supone el 7,7% de las exportaciones regionales y es el cuarto mayor comprador del made in Valencia, por detrás de Francia, Alemania e Italia.

Pero no sólo eso, la Comunidad Valenciana importa productos estadounidenses por importe de 1.800 millones de euros. Unas compras que se verán afectadas por el efecto boomerang del golpe de Trump: la réplica de la Unión Europea en forma de nuevas cargas a los productos yanquis y, por tanto, más costes y encarecimientos.

El Consejo de Cámaras de la Comunidad Valenciana cifra en más 8.500 las empresas de la Comunidad que exportan e importan de EEUU. En 2024 fueron 4.300 empresas valencianas que realizaron ventas en el mercado estadounidense y de ellas 1.447 eran exportadoras regulares. Para las Cámaras, las más afectadas serán precisamente las firmas que tienen una presencia más ocasional y débil en el país, ya que el sobrecoste anunciado hará desistir a muchas.

A ello se suma que las exportaciones valencianas, uno de los grandes motores de la economía autonómica, encadenan ya dos años de caída consecutiva. El previsible recorte de ventas en la primera potencia mundial y la vorágine de nuevos obstáculos para el comercio mundial que se vaticinan tras el nuevo escenario de guerra comercial no ayudan a volver a recuperar las ventas al exterior.

Las empresas afectadas

¿Qué es lo que más vende la Comunidad Valenciana a Estados Unidos? Para sorpresa de muchos no son azulejos ni zapatos, sino aparatos y material eléctrico, fundamentalmente equipos para plantas renovables, que el año pasado supusieron 595 millones de euros. Un negocio en el que tiene mucho peso Power Electronics y los inversores eléctricos y otros equipos que monta en su planta de Lliria.

La empresa valenciana que facturó 1.100 millones de euros en 2023 genera más del 70% de sus ventas en Estados Unidos. De hecho su dueño, la familia Salvo, ya había dejado claro que si Trump cumplía su amenaza trasladaría producción de Valencia a Houston, donde ya anunció una macrofactoría de 300 millones de dólares de inversión.

Un claro ejemplo del riesgo real de pérdida de empleo de la que el presidente de la CEV, Salvador Navarro, o el think tank alicantino Ineca , que cifra en 1.800 puestos los vinculados a las exportaciones a EEUU en esa provincia, ya han alertado tras conocerse la medida.

Pero no es el único fabricante valenciano proveedor de renovables afectado. El tercer mayor exportador son máquinas y aparatos mecánicos, una categoría en la que se incluyen los seguidores solares de fabricantes como PVH y Axial para colocar en ellos paneles solares.

El segundo sector exportador es la industria cerámica, que ha convertido el mercado más exigente del mundo en su primer cliente, con más de 486 millones de euros el año pasado. La patronal Ascer se muestra cautelosa sobre el impacto real de los aranceles, ya que Trump también ha gravado a otros países rivales, sobre todo asiáticos, con porcentajes mayores. "La imposición de medidas arancelarias indiscriminadas es una mala noticia que tendrá un impacto negativo en el comercio", aseguran desde Ascer, que es consciente de la espiral de barreras que se levantarán a partir de ahora en muchos mercados.

Otro de los claros perjudicados es el sector agroalimentario, el motor exportador valenciano que aporta uno de cada cuatro euros que se vende al exterior. Las exportaciones agroalimentarias de la Comunidad Valenciana a Estados Unidos alcanzaron el pasado año los 366 millones de euros. El vino, que sólo en el caso de Anecoop supone 13 millones de euros, el aceite de oliva, las hortalizas frescas o en conserva, quesos y carne se verán afectados.

Pero en este caso los productores temen también los daños colaterales. Como ha ocurrido en otras ocasiones cuando se cierran grandes mercados la oferta que ya no va a ese país se dirige a otros mercados, como el propio español y el europeo, con lo que eso supone de bajada de precios y mayor competencia.

Uno de los grandes afectados puede ser el turrón, ya que el año pasado prácticamente se compró a EEUU en almendras y nueces el mismo volumen de todas las exportaciones agroalimentarias valencianas a ese país. Se trata por ello de uno de los productos a los que apuntan las represalias europeas, lo que repercutirán en mayores precios para los fabricantes alicantinos.

Muchos Mister Marshall

Si en Valencia existe un símbolo estadounidense por excelencia ese no es otro que Ford, el particular Mister Marshall tras casi 50 años en Almussafes. El motor gripado de la industria del automóvil valenciana ya sufrió la pérdida de carga de trabajo con el primer mandato de Trump y está claro que la coyuntura en su país de origen puede afectar a las decisiones que se toman en Detroit. La consellera de Innovación, Marián Cano, reconoció que tendrán que volver a hablar con la empresa norteamericana.

Aunque la automoción valenciana no se ve afectada directamente al tener en mínimos su producción y no exportar apenas Ford al gigante americano, los efectos en las grandes marcas europeas para las que trabaja la industria auxiliar al rebajar sus ventas al otro lado del Atlántico pueden suponer un nuevo freno para un sector que encadena años de capa caída.

Ford es también el principal reflejo del otro gran vínculo económico entre Estados Unidos y la Comunidad Valenciana que puede verse afectado por la política de Trump. La primera potencia mundial es el mayor inversor internacional en la región, donde el año pasado concentró casi la mitad del total. Mucho de ese capital llega a través de fondos, pero también hay empresas como la de tecnología sanitaria Edwards Lifescience que están acometiendo un fuerte desembolso, de 150 millones de euros, para instalar una factoría en Moncada.

El cambio de aires en la Casa Blanca y el papel de Elon Musk en la política de Trump, que ya está afectando a la marcha de sus empresas, también podría cambiar la visión sobre una de las inversiones cuya sombra lleva años sobre Valencia, la posible instalación de una planta de Tesla, pero sobre la que no se ha arrojado ninguna luz.

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