
El duro cruce de declaraciones entre la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, y los presidentes de CEOE, Antoni Garamendi, y Cepyme, Gerardo Cuerva, lleva a preguntarse por qué la primera no esgrime los datos de empresas asociadas a patronales que arrojan sus estadísticas. La respuesta quizá se encuentre en que también se vería obligada a revelar los datos de cuántos trabajadores están afiliados a un sindicato. Y esa métrica lleva catorce años desaparecida de las bases de datos del Ministerio de Trabajo.
La última vez que se publicó fue en 2010, en la Encuesta de Calidad de Vida en el Trabajo, una estadística de carácter bianual que ofrecía una completa radiografía de como los asalariados españoles afrontaban su día a día, analizando cuestiones como su satisfacción en el trabajo y su empresa, sus horarios, sus dificultades para conciliar o, por último, su vinculación a los sindicatos.
En aquel momento, la tasa de ocupados afiliados a un sindicato se situaba en el 16,4%. El 43,4% de los trabajadores declaraba tener "nada o casi nada" conocimiento sobre la actividad de las centrales, un 10,5% "poco", mientras que el 28% se situaba en un nivel "medio" de información.
En ejercicio convulso marcado por crisis financiera, recortes y una reforma laboral que provocó una huelga general de escasa intensidad lanzado por los mismos sindicatos que meses después apoyaron los cambios de pensiones lanzados por el Ejecutivo de José Luis Rodríquez Zapatero, este dato se consideró revelador. Y fue utilizado políticamente por el PP y por muchos medios de comunicación para destacar la desafección de los trabajadores hacia las centrales CCOO y UGT que parecían respaldar a aquel gobierno pese a la crisis.
Pero no fue el Ejecutivo del PSOE el que eliminó esta Encuesta, sino el del PP, que en 2012 se escudó en su elevado coste para dejar de realizarla. La sustituyó por una nueva Encuesta Anual Laboral, que ofrece mucha menos información y que, pese a lo que dice su nombre, se centra únicamente en las empresas. En ella sí se incluye información sobre la afiliación de los empleadores a las patronales.
Pero se pierde una enorme cantidad sobre las condiciones de trabajo que, como recuerda el investigador de Fedea Florentino Felgueroso, ahora se encuentran en estudios privados. Aunque lo más llamativo para muchos sigue siendo las métricas de representatividad de los sindicatos, sobre todo en un momento en el que se discute sobre la reforma de la interlocución entre las patronales y el Gobierno, dejando al margen la de los representantes de los trabajadores.
Relacionados
- Garamendi carga contra Yolanda Díaz por poner fecha a la jornada de 37,5 horas: "Eso no es diálogo social"
- Los sindicatos se manifestarán el 'Primero de Mayo' por mejores salarios y la reducción de jornada
- Álvarez: "La aplicación de la jornada laboral de 37,5 horas debe tener flexibilidad"
- Sordo: "Apoyamos una rebaja de cotizaciones para emplear a mayores de 52 años"