Economía

La economía europea que ha conseguido sortear un caos político como el de Francia y volver al crecimiento

  • Una coalición encabezada por la ultraderecha gobernará Países Bajos
  • Las elecciones del año pasado dieron paso a un endiablado escenario
  • Aunque hay paralelismos con Francia, están pesando más los matices
 

Con todas las miradas puestas en Francia, es fácil olvidar que Países Bajos también ha sufrido perturbaciones políticas en los últimos 12 meses. Unas perturbaciones culminadas el pasado noviembre con una histórica victoria del ultraderechista y euroescéptico Partido por la Libertad (PVV) de Geert Wilders que ahora se analiza como precedente de lo que puede ocurrir en el país galo en unas elecciones legislativas que este domingo 30 de junio tienen su primera vuelta (la segunda será el 7 de julio) y a las que llega como favorito el Reagrupamiento Nacional (RN) de Marine Le Pen. Sin embargo, en contraste con el oscuro panorama económico que se está pintando para el país galo, la política ha resultado menos desestabilizadora para los mercados en el caso holandés y se espera que el crecimiento económico del país supere la media de la zona euro en los próximos trimestres.

Países Bajos tuvo una recuperación excepcionalmente fuerte del covid gracias a un amplio apoyo fiscal y a un sólido sistema sanitario que hizo posible una pronta reapertura. Pero desde entonces, la economía se ha contraído en cuatro de los cinco últimos trimestres. Los mayores lastres para el producto interior bruto (PIB) han sido las exportaciones y la inversión, con la escasez de mano de obra y la debilidad de la demanda lastrando la producción y la inversión, explican los analistas de Capital Economics en un informe de la semana pasada sobre la economía neerlandesa. Además, las encuestas sugieren que el mal tiempo fue un gran lastre para la construcción el pasado invierno.

El endiablado escenario político conformado el año pasado amenazaba las perspectivas de futuro. La extrema derecha conseguía por sorpresa su primera victoria en unas elecciones nacionales en lo que algunos analistas consideraron el mayor shock político para el país desde la II Guerra Mundial. Pero los de Wilders quedaban lejos de la mayoría de 76 escaños necesaria (obtuvieron 37) a la vez que el reparto de escaños hacía inviable una suerte de 'cordón sanitario' de las formaciones tradicionales.

Tras meses de negociaciones, en mayo echó a andar el nuevo gobierno, una coalición cuatripartita encabezada por un PVV que, aunque ha prometido sacar adelante alguna de sus promesas estrella para restringir la inmigración, ha tenido que limar sus aspiraciones para pactar con sus socios, entre ellas su tradicional rechazo frontal a las normas comunitarias.

Todo esto no ha impedido que las perspectivas económicas del país hayan mejorado. "Se espera que el crecimiento recupere impulso en 2024, impulsado por un mayor consumo privado y demanda externa", recogía el Directorio Ejecutivo del Fondo Monetario Internacional (FMI) en su análisis en abril sobre la economía holandesa. "Se prevé que el crecimiento aumente gradualmente en 2024 y 2025, impulsado por un mayor poder adquisitivo de los hogares gracias a una menor inflación y una mayor demanda externa", añadían los funcionarios del organismo.

"Aunque resulta tentador establecer paralelismos entre el gobierno de Países Bajos y el posible futuro gobierno de Francia, hay dos diferencias fundamentales", explica Lily Millard, economista asistente de Capital Economics. La primera es precisamente el cúmulo de concesiones que los de Wilders han tenido que hacer para llegar a un acuerdo de gobierno. Algo que contrasta con las previsiones en Francia de un gobierno encabezado por el RN con Jordan Bardella, pupilo de Marine Le Pen, como primer ministro y con el que tendría que cohabitar Emmanuel Macron. Un Ejecutivo al que el presidente de la República no podría atar tan en corto como querría si los de Le Pen se hacen con una mayoría sólida en la Asamblea Nacional. Aquí será importante el margen y la maniobrabilidad que tenga Bardella dentro del gobierno, ya que una minoría exigua complicaría la ejecución de una hoja de ruta que esta semana el candidato se ha apresurado a recortar.

La segunda gran diferencia con Francia, ahonda la estratega de Capital Economics, es que el PVV hizo campaña a favor de una política fiscal frugal, mientras que el RN quiere aplicar una política fiscal mucho más laxa de lo que implican los planes fiscales del Gobierno actual. Aunque los de Le Pen han dejado atrás su retórica más dura en materia económica (ya han renegado de la salida de Francia el euro, el conocido como Frexit) y, como se refería antes, esta semana se han esforzado en asegurar que no se van a alejar de la estabilidad presupuestaria que pide Bruselas, siguen existiendo muchas dudas. "Parece que el plan de recortar 7.000 millones de euros en impuestos sigue en pie, financiado en parte mediante la reducción de la contribución de Francia al presupuesto de la UE. Nuestro equipo macroeconómico de la eurozona considera que las tensiones persisten", certifican los analistas del servicio de estudios de ING en una nota para clientes de esta semana.

De forma casi paradójica, Países Bajos está relajando su política fiscal, mientras que la mayoría de los demás países de la eurozona la están endureciendo. Este año, el saldo estructural primario aumentará en torno al 0,5% del PIB en Países Bajos, pero se reducirá en torno al 1% del PIB en el conjunto de la zona euro.

El acuerdo de coalición del PVV y sus socios sugiere que la política fiscal no diferirá demasiado de lo establecido en el proyecto de presupuesto para 2024 presentado por el Gobierno anterior. Las políticas para reducir la pobreza infantil han sido coherentes entre los dos gobiernos y representan la mayor parte de la expansión del gasto este año. Mientras que la Comisión Europea (CE) anunció la semana pasada su intención de someter a varios países a procedimientos de déficit excesivo, entre ellos Francia, con un déficit en 2023 del 5,5% del PIB, Países Bajos se ha librado de las críticas debido a su reducido déficit, que probablemente rondará el 1,6% del PIB este año.

"El presupuesto de 2024 es moderadamente expansivo. Esto refleja principalmente un mayor gasto en transferencias sociales, defensa e inversión pública. Las medidas de apoyo social en general están bien orientadas, pero la extensión de los impuestos especiales reducidos no lo está; por lo tanto, su eliminación gradual este año es bienvenida. También se están llevando a cabo y son bienvenidos esfuerzos para reducir los subsidios implícitos a los combustibles", puntualizan los funcionarios del FMI en su documento.

Sobre esta base, la economía holandesa tiene carretera para correr. Según las proyecciones de Capital Economics, los efectos base (la comparativa con los datos de hace 12 meses) significan que el crecimiento interanual en 2024 no será tan fuerte en Países Bajos como en la zona euro. Pero en términos intertrimestrales, enfatizan, es probable que Países Bajos supere la media de la zona euro durante el resto de este año. El último observatorio del FMI esta primavera prevé un crecimiento para el PIB del 0,6% en 2024 y del 1,3% en 2025.

Para empezar, las perspectivas del consumo son alentadoras. La encuesta de la Comisión Europea sobre la confianza de los consumidores en Países Bajos no ha dejado de aumentar este año. Y el componente de expectativas de empleo de la encuesta es coherente con un aumento del empleo en torno al 1,5% interanual, cercano a la media anterior a la pandemia. Además, el crecimiento salarial sigue siendo elevado en relación con la media anterior a la pandemia, y los salarios reales han aumentado tras un periodo de importantes descensos, agrega Millard. Todo ello debería apoyar la renta disponible y el consumo de los hogares.

También es probable que la inversión aumente este año. El sector de la construcción -que ha pasado apuros en los últimos 18 meses- parece haber dejado atrás lo peor. El efecto del mal tiempo de principios de año se ha desvanecido y la encuesta de la CE sobre la construcción apunta a una vuelta al crecimiento. Además, los permisos de construcción están aumentando, lo que sugiere que la inversión residencial repuntará en los próximos meses. La demanda de hipotecas ya no cae bruscamente, lo que apunta a una estabilización de la inversión en viviendas.Además, la coalición de gobierno ha anunciado que la inversión en vivienda es una prioridad, aunque queda por ver qué hará exactamente para promover la construcción de viviendas.

Por último, las perspectivas para las exportaciones también son buenas. El PMI manufacturero general ha aumentado de forma constante, y en mayo fue coherente con la expansión del sector por segunda vez desde agosto de 2022. Y el componente de nuevos pedidos de exportación del PMI manufacturero de Países Bajos es coherente con un crecimiento de las exportaciones de alrededor del 1% trimestral.

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