Economía

La dolarización que promete Milei aboca a Argentina a otro corralito

El candidato del Partido Libertario, Javier Milei.
Madridicon-related

La economía argentina no está lista para ser dolarizada de un día para otro. Una de las medidas estrella del candidato favorito a ganar las elecciones presidenciales de este domingo, el ultraconservador Javier Milei (Partido Libertario), propone en su primer día de mandato dolarizar la economía y "volar por los aires el Banco Central".

Esto quiere decir que el tan desprestigiado peso argentino desaparecería del país rioplatense y las transacciones económicas pasarían a ser única y exclusivamente en dólares estadounidenses.

Es cierto que el país vive ya en una economía totalmente dolarizada. Las grandes operaciones como la compraventa de vivienda y negocios o la adquisición de bienes y servicios como automóviles y viajes operan en esta divisa. Además, los precios se ajustan constantemente en función de cómo fluctúe el precio del dólar en los mercados. Incluso McDonald's deja a los clientes de sus restaurantes pagar sus comandas en dólares.

Pero el problema al que se va a enfrentar Milei si sale elegido, en una previsible segunda vuelta o balotaje, como se conoce en el argot político argentino, el 19 de noviembre, se va a encontrar que el país no cuenta con reservas de dólares suficientes para llevar a cabo su plan de dilapidar el peso y el Banco Central de la República de Argentina (BCRA).

La presidenta de la consultora de economía argentina Abeceb, Mariana Camino, aseguró a elEconomista.es que la dolarización de la economía es poco viable en el corto plazo "porque no hay reservas de dólares". Según las cifras oficiales, las arcas del BCRA contaban con una reserva (a 12 de octubre) de 25.225 millones de dólares, para una población de casi 48 millones de personas.

Según las estimaciones de Barclays, al tipo de cambio actual, haría falta disponer de liquidez por valor de unos 27.000 millones de dólares para dolarizar la economía. El problema es que las reservas del Banco Central no están disponibles para este cambio: Argentina está sumida en una profunda deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI) que asciende a los 44.500 millones de dólares. Y a eso hay que añadir una larga lista de deudas privadas y la necesidad de importar bienes de consumo y producción básicos, para lo que están reservados muchos de esos dólares.

Por tanto, si el lunes Milei decide activar su plan de borrar la divisa del peso e introducir el dólar, la población no podrá disponer de su dinero en líquido. Esto abocaría al país hacia un término que ya está acuñado por la Real Academia: un Corralito. El término se refiere a la limitación temporal del gobierno de la libertad de disponer de los fondos depositados en las entidades financieras.

Hace 32 años, el peronista Carlos Saúl Menem trató de establecer el dólar como moneda única en el país. Por aquel entonces, pretendía fijar un tipo de cambio del peso frente al dólar de "uno a uno". Esto haría que ambas monedas circulasen simultáneamente y ambas se intercambiaran sin problemas.

El problema es que la ciudadanía se dedicó a acaparar dólares, que veían como un valor más seguro, y dejaron el peso de lado, ya que el Gobierno podía devaluarlo en cualquier momento.

El Banco Central de Argentina se quedó seco de divisas para sostener ese tipo de cambio y lo que tuvo que hacer fue congelar los depósitos de los ciudadanos, cambiar los dólares que la gente había ahorrado por pesos y devaluar fuertemente esa moneda. Un evento traumático en la historia argentina.

Pero, así como los alemanes aprendieron la lección durante la época de la Hiperinflación en la República de Weimar y no quieren oír hablar de devaluación monetaria, en argentina parece que no han aprendido y quieren volver a hablar de dolarización de la economía y por eso Milei parte como favorito.

La desconfianza en el peso argentino es algo estructural. Según explicó Mariana Camino "la mayoría de los argentinos no confían en la moneda propia y no ahorran en pesos, lo poco que tienen lo cambian a dólares, por lo que hay que volver a generar esa confianza en la moneda argentina".

Situación crítica

La situación económica de argentina es tan crítica como la de 1989, cuando el país sufrió una hiperinflación que destruyó el Austral, la moneda en curso en el país rioplatense desde el 1985 hasta el 1991.

Es cierto que a día de hoy la hiperinflación no alcanzó el 3.000% anual, pero ya lleva muchos meses situándose por encima del 100% y parece que va a rematar el año rozando el 200%. A esto se añade que el actual gobierno está intentando controlar la inflación, pero los expertos aseguran que después de los comicios de este domingo, los precios se pueden incrementar hasta un 30%, reflejando el subidón de estos días en el tipo de cambio del mercado negro.

La economista para Argentina y Brasil de Bloomberg Economics, Adriana Dupita, comentó que a pesar de los esfuerzos del Gobierno por controlar los precios regulados y el congelamiento del tipo oficial de la moneda "la inflación se aceleró en septiembre hasta un máximo de la era posterior a la hiperinflación". La especialista explica que el mayor gasto público y la emisión de dinero para financiarlo "han puesto más pesos en la economía, impulsando el consumo y la demanda del dólar estadounidense".

Esta caída del peso en los mercados paralelos lleva a la especialista a determinar que "habrá un tercer IPC mensual consecutivo con dos dígitos al cierre de octubre". Esta tendencia "podría alimentar las preocupaciones de que Argentina esté regresando a la hiperinflación", aseguró la experta.

Según los datos oficiales, el IPC aumentó un 12,7% en septiembre, muy por encima del 12,4% de agosto. Esto superó la estimación de Bloomberg del 11% y la del consenso del 11,5%. Así, la tasa de inflación interanual se quedó en el 138,3%, marcando su plusmarca en más de tres décadas.

"Esperábamos algún traspaso residual a los precios internos después de que el banco central devaluara el peso el 14 de agosto", dijo Dupita. Con todo, el tipo de cambio oficial se mantuvo en los 350 pesos por dólar, mientras que en el mercado negro, dicho tipo de cambio se disparó por encima de los 1.000 pesos ante el temor a una victoria de Milei, especialmente tras unas declaraciones en las que animó a los ciudadanos a vender sus pesos por dólares, tachando a la moneda de "excremento" y reafirmando su intención de cerrar el Banco Central en cuanto ganara.

El principal temor es que Milei esté abonando una crisis monetaria total para que la dolarización sea más barata. Según los analistas de Barclays Research, si el tipo de cambio se triplicara hasta los 2.824 pesos por dólar solo harían falta 10.000 millones para dolarizar la economía. "Cuanto más alto esté el dólar, más fácil será dolarizar", aseguró el candidato libertario. De ahí sus declaraciones, que los sindicatos y el Gobierno creen que están empujando a un pánico cambiario, y que han llevado al presidente saliente, Alberto Fernández, a denunciarle ante los tribunales.

El banco británico cree la dolarización planteada por Milei es "difícil de vender" ya que el país no cuenta con financiación externa para apoyar esta medida y los acreedores no tienen ganas de invertir ante la elevada exposición de Argentina a una nueva crisis.

El siguiente ingrediente está en el crecimiento. Argentina y Alemania serán las dos únicas economías del G20 cuyo crecimiento del PIB va a ser negativo este año.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) avanzó en su previsión de octubre que la economía argentina se va a contraer un 2,5% al cierre de este año y, el que viene, remontará hasta el 2,8%. Por su parte, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) se muestra más pesimista. En su revisión de septiembre apuntan a que la caída para este año será del 2%y en 2024 llegará la recuperación pero todavía bajo una recesión del 1,2%.

Se podría decir que Argentina es una víctima clara de la emergencia climática. El crecimiento se ha visto afectado por una sequía histórica, lo que deja al país sin gran parte de su principal fuente de divisas extranjeras a través de la exportación de la soja.

En concreto se perdió más del 50% de los cultivos. Las estimaciones de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) sostienen que la producción de la campaña 2022/2023 fue de 21,5 millones de toneladas, es decir, un 50% menos que la campaña anterior y la peor cosecha desde el año 1999. Uno de los principales importadores de soja argentina es China.

Revolución o gestión

Lo que está claro es que el 'status quo' es insostenible mucho más tiempo. Los otros dos candidatos, el peronista Sergio Massa y la conservadora Patricia Bullrich, admiten que será necesario hacer cambios en la economía, especialmente recortando al máximo el desatado déficit público y deshaciendo la maraña de tipos de cambio distintos que entorpecen las importaciones y desincentivan las inversiones externas.

La diferencia entre los candidatos es que Massa apuesta por dar pequeños pasos hacia la estabilización y Bullrich apuesta por ir más rápido, levantar de golpe el llamado 'cepo' al dólar y crear un sistema bimonetario, en el que peso y dólar compartan uso de manera oficial, pero sin darle una predilección a la divisa norteamericana.

Enfrente, Milei quiere arrasar con todo cuanto antes. Barclays recuerda que, con una clara minoría parlamentaria, a un hipotético presidente Milei no le quedaría más remedio que pactar sus medidas con la bancada de Bullrich. En principio eso supondría una cierta contención a las medidas más radicales del libertario. Pero, advierten, el riesgo es que intente usar su apoyo popular para realizar referéndums que puenteen al Congreso o que vaya por la vía de los 'hechos consumados', animando a una hiperinflación que no deje más remedio que dolarizar 'sin anestesia'.

En ese caso, el peligro sería una vuelta al caos de los años del corralito: Gobiernos que intentaban ordenar una situación económica caótica por decreto, sin el respaldo del Congreso ni de los gobiernos provinciales.

El reto del déficit

La próxima persona que ocupe la Casa Rosada (residencia presidencial situada en Buenos Aires) también va a tener que hacer frente a un déficit cada vez más engrosado. Según los últimos datos del Ministerio de Economía de Argentina, encabezado por Massa, en los primeros siete meses del año, Argentina acumuló un déficit iscal de 2,2 billones de pesos (cerca de los 6.000 millones de euros), frente a un saldo negativo por 757.921 millones de pesos, es decir, en torno a unos 2.000 millones de euros con respecto al mismo período del año anterior.

Una cifra que el propio ministerio de Economía atribuyó a la famosa sequía que azotó el país este año, que provocó una caída de la recaudación de tributos por la exportación de productos procedentes del campo.

En este sentido, el candidato de del Partido Libertario, Milei, asegura que si llega a la Casa Rosada va a reducir "en 15 puntos sobre el PIB" el gasto público, lo que servirá para corregir el déficit. Al mismo tiempo, al reducir el grueso del Estado, el candidato ultraconservador promete también bajar dos puntos los impuestos.

WhatsAppFacebookFacebookTwitterTwitterLinkedinLinkedinBeloudBeloudBluesky