El Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones no convocará a los agentes sociales la próxima semana y el acuerdo por la reforma de pensiones queda definitivamente aplazado a comienzos de 2023, según trasladan fuentes del diálogo social a elEconomista.es. En público, CCOO descarta también la posibilidad de cerrar la reforma y enviarla a Bruselas, al menos, hasta el próximo año y fuentes de Moncloa confían en cerrar la reforma ya en 2023.
A la estrechez del calendario se suma la complejidad del acuerdo. Esta segunda parte de la reforma centra sus esfuerzos en garantizar la sostenibilidad, con medidas que suponen líneas rojas tanto para los sindicatos como para la patronal. Ningún miembro es partidario de ampliar los años observados para calcular la pensión o de subir las pensiones menos que las cotizaciones, dos modificaciones elementales de la reforma que plantea hasta la fecha el Ministerio que dirige José Luis Escrivá.
Desde el pasado 12 de diciembre no se sientan las tres partes a negociar. Tras aquella última reunión, los agentes sociales trasladaron un clima de decepción e hicieron saber al Gobierno que rechazaban más reuniones con escaso contenido. Es decir, que hasta que el departamento de Escrivá no tuviera una propuesta con cambios sustanciales, descartaban la posibilidad de volver a sentarse a tratar una reforma clave para la Comisión Europea.
"Le quedan bastantes capítulos a esta negociación", comentaba ayer Unai Sordo, secretario general de CCOO, que descartaba llegar a un acuerdo en 2023: "En ningún caso". La sensación en el diálogo social, de hecho, es que el acuerdo es prácticamente imposible en estos momentos.
El calendario de la Comisión Europea marca que esta segunda parte de la reforma debería estar, a priori, cerrada el 31 de diciembre. Sin embargo, no se observa tanta preocupación en los agentes sociales por cerrar la reforma rápido, sino que están más preocupados por cerrarla en condiciones.
Las líneas rojas
Las posturas se enfriaron en la última reunión, donde los sindicatos explicaron al Ministerio que la brecha de las pensiones máximas con las bases de cotización más altas no se debía cerrar a partir de 2050, sino antes de mitad de siglo. A cambio, la propuesta del Gobierno fue aplazar esa subida de las prestaciones máximas otros 15 años, hasta 2065, bajo el pretexto de una subida de 30 puntos de las bases por tres puntos de las propias pensiones. También en aquel encuentro se redujo la protección por lagunas laborales en el caso de las mujeres, acotando más la edad de las beneficiarias.
Las cotizaciones es uno de los puntos calientes que escenifica claramente las barreras en esta negociación a tres bandas. Ayer, CCOO recordó que están apostando por medidas "muy ambiciosas" en la negociación, una de ellas ampliar el Mecanismo de Equidad hasta mitad de siglo.
Una herramienta de sobrecotización que no firmó la CEOE, que mantiene su negativa al incremento de cotizaciones que plantea el Ministerio con el denominado comúnmente destope que descartan apoyar los empresarios.
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