
El sistema de pensiones español basa su cobertura en las cotizaciones de los trabajadores a lo largo de su vida laboral (las denominadas pensiones contributivas), pero no deja desprotegidos a los ciudadanos que, por cualquier motivo, no llegan a los requisitos de cotización suficientes.
En lo que respecta a las pensiones de jubilación, la normativa establece que todo trabajador que desee una pensión contributiva ha de acreditar al menos 15 años cotizados, de los cuales al menos dos deben darse entre los 15 años previos a la solicitud de jubilación. De no llegar este nivel cotizado el trabajador no podrá cobrar una pensión de jubilación contributiva.
Esto no significa que estas personas no puedan percibir una pensión de jubilación. Es en estas circunstancias cuando aparece la protección de las pensiones de jubilación no contributivas, que se conceden a los ciudadanos que no han llegado a los objetivos de cotización de las pensiones contributivas.
Tal y como informa el IMSERSO en su página web, estas pensiones son las que las que tienen como objetivo garantizar a los ciudadanos de 65 años y en situación de necesidad "una prestación económica, asistencia médico-farmacéutica gratuita y servicios sociales complementarios, aunque no se haya cotizado o se haya hecho de forma insuficiente para tener derecho a una pensión contributiva".
Requisitos de las pensiones no contributivas de jubilación
El cobro de una pensión no contributiva no está exento del cumplimiento de ciertas condiciones. No solo hay que estar por debajo del nivel de cotización de las contributivas, además hay que acreditar ciertos requisitos extra. En primer lugar es necesario tener al menos 65 años y una residencia de al menos 10 años en España en el periodo comprendido entre los 16 y los 65. De esos 10, al menos dos años deben ser los inmediatamente anteriores a la petición de la pensión.
El otro gran requisito es el de acreditar carencia de ingresos suficientes. La normativa obliga a una persona a contar con menos de 5.899,60 euros anuales, pero si vive integrada en una unidad de convivencia con personas de hasta el segundo grado de cosanguinidad o adopción se establecen los siguientes límites:
-El límite de ingresos para dos personas es de 10.029,32 euros anuales, para tres personas es de 14.159,04 euros anuales y para cuatro o más personas es de euros 18.288,76 anuales.
-Si en la unidad de convivencia viven padres o hijos del solicitante el límite de ingresos sube a 25.073,30 euros anuales con dos personas, a 35.397,60 euros anuales con tres personas y a 45.721,90 euros anuales con cuatro o más personas.
Cuantía de las pensiones no contributivas de jubilación
Las pensiones no contributivas se revalorizan de forma anual, por lo que sus cuantías, que no dependen de la cotización del trabajador, son diferentes de año a año. De hecho, en 2022 son más peculiares que nunca, dado que a mediados de año se incrementó su cuantía un 15% extra hasta 2023 debido a las reformas del Gobierno por los efectos económicos de la guerra de Ucrania. Hasta final de año, las cuantías son las siguientes, en 14 pagas, tal y como explica el IMSERSO en su web:
-Con carácter general la pensión no contributiva de jubilación será de 484,61 euros mensuales y 6.784,54 euros anuales.
-La pensión del 25% será de 121,15 euros mensuales y 1.696,13 euros anuales.
-Si en la misma unidad familiar coinciden dos beneficiarios de pensión no contributiva la cuantía para cada uno de ellos será de 411,91 euros mensuales y 5.766,85 euros anuales. En el caso de que coincidan tres o más beneficiarios la cuantía será de 387,68 euros mensuales y 5.427,63 euros anuales para cada uno de ellos.
Los cambios en las pensiones no contributivas para 2023
Para 2023 se avecinan nuevos cambios en la cuantía de estas pensiones, ya que se revalorizarán al igual que las pensiones contributivas, es decir, con el IPC en el mes de noviembre. El cuadro que maneja Moncloa es una subida de aproximadamente un 8,5%, lo que sería un aumento significativamente mayor que el de 2022, que fue de un 3%.