
Un vistazo a nuestra nómina nos enfrenta a dos datos que son vitales en nuestro presente y en nuestro futuro. En primer lugar, el salario neto que cobramos mes a mes y que nos permite cubrir gastos y necesidades. Por último, la base de cotización que constituye nuestro salario bruto mensual y a la que se le descuentan las cotizaciones a la Seguridad Social correspondientes.
Cuando a una persona se le sube el salario en su empresa la base de cotización aumenta. A mayor base de cotización, mayor cotización, lo cual tiene un impacto (beneficioso) en la futura cuantía de la pensión de jubilación, pero sobre todo en los años previos a la decisión del trabajador de jubilarse y dejar la vida laboral de forma definitiva.
Todo se debe al método de cálculo de las pensiones de la Seguridad Social. Con la reforma de las pensiones de 2011 se fue aumentando el número de años a tener en cuenta para el cálculo de la pensión, un calendario progresivo que finalizó justo este 2022 para hacer que cuenten los 25 años anteriores a la jubilación.
En concreto, la Seguridad Social suma las bases de cotización de los últimos 25 años (es decir, 300 bases de cotización) y las divide entre 350 para obtener la base reguladora del trabajador. Esta cifra es la referencia a partir de la cual se calcula la pensión de jubilación de los trabajadores.
¿Por qué? Muy sencillo: esta base reguladora, compuesta por los importes de las bases de cotización, es la cantidad máxima de pensión que se puede cobrar. En función de los años trabajados a lo largo de la vida se podrá cobrar un porcentaje mayor o menos de esa base reguladora:
-Con 15 años cotizados se garantiza el cobro del 50% de esa base reguladora.
-Por cada uno de los siguientes 106 meses se obtiene un 0,21% extra de la base reguladora.
-Por cada uno de los siguientes 146 meses se obtiene un 0,19% extra de la base reguladora.
-Con 36 años trabajados se tiene derecho al 100% de la base reguladora, es decir, el 100% de la pensión.
Es por todo esto que los últimos salarios de los trabajadores son tan importantes. Cualquier aumento de emolumentos dentro de los últimos 25 años previos a la solicitud de jubilación conllevará un aumento de la base de cotización y el pago de mayores cotizaciones a la Seguridad Social que se reflejarán de forma positiva en la cuantía de la pensión de jubilación.
Las cotizaciones para la jubilación son las correspondientes a las contingencias comunes. Son la mayor partida de cotizaciones a la Seguridad Social, ya que suponen el 28,3% de la base de cotización. Eso sí, el impacto se reparte de forma desigual: el trabajador aporta el 4,7% de la misma y la empresa aporta el 23,6%.
Estos porcentajes se verán aumentados en 2023, fecha en la que subirán las cotizaciones por contingencias comunes hasta el 28,9% de la base de cotización. Las empresas asumirán gran parte de ese 0,6% de aumento, ya que su aportación será un 0,5% mayor por el 0,1% de incremento en la aportación de los trabajadores.
El problema de no cotizar cerca de la edad de jubilación
La otra lectura del método de cálculo de las pensiones de la Seguridad Social es el imapcto negativo de parones o bajones en la cotización de los trabajadores en los últimos años previos a la jubilación. Cotizar por bases de cotización menores (pasando de un trabajo al cobro del paro, por ejemplo) implicará una reducción práctica en la pensión de jubilación de los trabajadores, aunque para algunos casos se puede usar una herramienta que amortigua esa caída.
La integración de lagunas sirve para rellenar con bases ficticias los periodos sin cotizar, de forma que al menos no constarán meses con bases de cotización de valor cero. Durante los primeros 48 meses se puede llegar a la base mínima de cotización vigente en ese momento y a partir de ahí al 50% de la misma. Este método también sirve para los meses en los que no se cotice por jornadas completas y sin llegar a la base mínima.
Sin embargo, este método no es aplicable en algunos trabajadores. Es el caso de los trabajadores autónomos y el de las empleadas del hogar, que no pueden beneficiarse de la ayuda de la integración de lagunas.
El método de cálculo de la Seguridad Social da, además, una pequeña ayuda a los trabajadores cuando calcula la cuantía de las pensiones. El organismo refleja el impacto de la inflación multiplicando diversos coeficientes a las bases de cotización de los últimos 25 años, salvo en los dos años inmediatamente anteriores a la jubilación.