
Las consecuencias para la economía del Reino Unido de una de las peores escaseces de mano de obra entre las naciones ricas empiezan a ser palpables. No faltan los testimonios de empresarios que buscan personal y no lo encuentran o se topan con candidatos que piden más salario y que incluso sopesan entre varias ofertas.
La 'desaparición' de casi un millón de trabajadores del mercado laboral británico tras la pandemia se empieza a notar y pone en un brete al Banco de Inglaterra: la creciente inflación salarial, sumada a una ya considerable subida de los precios, hace más acuciante una subida de tipos a la que el BoE no se atrevió en su última reunión de noviembre. Esta subida, que todo el mundo esperaba ya para la reunión de diciembre la próxima semana, queda en duda por la irrupción de ómicron y ahora se habla de febrero.
Reino Unido vive un momento poco frecuente en el que los trabajadores tienen la sartén por el mango. Aunque esto debería ayudar a sostener la demanda y el nivel de vida, conlleva importantes riesgos económicos. Un fracaso en la contratación de personal amenaza con limitar la velocidad de la recuperación posterior a los cierres por el covid. Pagar más a los trabajadores es echar más gasolina sobre una inflación que el BoE quiere sofocar. La situación en el país es más delicada que en EEUU o la Eurozona, ya que al impacto del Brexit en el mercado laboral se ha sumado el de la pandemia, secando el flujo de mano de obra del continente.
Los empresarios del Reino Unido aumentaron los salarios iniciales a un ritmo récord en noviembre en medio de una escasez "insostenible" de trabajadores, según una encuesta publicada el jueves. El informe de la Confederación de Contratación y Empleo de KPMG, recabado por Bloomberg, describe un panorama en el que las empresas vuelven a tener dificultades para cubrir las vacantes y se ven obligadas a aumentar la remuneración para atraer a los trabajadores. "La trayectoria actual es insostenible a largo plazo para las empresas y la recuperación económica en general", ha dicho Claire Warnes, responsable de educación, competencias y productividad de la firma.
La baja disponibilidad de candidatos hace que la inflación de los salarios iniciales sea la más alta desde que se empezaron a recopilar datos en 1997. Esta amenaza ya hecha realidad ayuda a explicar por qué se espera que el BoE suba los tipos de interés antes que la Reserva Federal de EEUU.
Michael Saunders, uno de los responsables de la política del banco central que votó en minoría a favor de la subida de los tipos en noviembre, rechazó la semana pasada la previsión oficial del organismo de que el crecimiento salarial bajaría de la tasa subyacente del 4,5% a alrededor del 2% el año que viene. "Más que una ralentización de los ingresos medios subyacentes, me parece más probable que los acuerdos salariales repunten el año que viene, porque el mercado laboral está tenso", enfatizó Saunders. Su colega el subgobernador Ben Broadbent, más dovish, ha admitido que el ajustado mercado laboral está ejerciendo "una continua presión al alza sobre los salarios".
La pregunta para los banqueros centrales es si unos salarios más altos harán que la gente vuelva a trabajar para cubrir el récord de 1,3 millones de vacantes. En total, la brecha de participación del Reino Unido -una estimación del número de personas que habrían estado disponibles para trabajar si no hubiera ocurrido la pandemia- asciende a unos 900.000, según Tony Wilson, director del Instituto de Estudios sobre el Empleo. Esto supone casi el 3% de la mano de obra anterior a la pandemia y no está muy lejos del nivel de vacantes existentes.
Mucho depende de que las empresas puedan atraer a los nuevos "inactivos" de vuelta al trabajo. Si vuelven, las presiones salariales disminuirán y el BoE ya ha dicho que esta dinámica determinará sus políticas. Sin embargo, el destino de esos trabajadores sigue siendo una incógnita. Las estadísticas oficiales indican que hay unos 200.000 ciudadanos de la UE menos en el país, y 360.000 personas más menores de 65 años están inactivas, es decir, no trabajan ni buscan empleo. Además, la población activa habría aumentado en unas 300.000 personas si se hubieran mantenido las tendencias normales anteriores a la pandemia.
Un análisis separado realizado por Wilson, Saunders y Jonathan Haskel, otro de los responsables de la fijación de los tipos en el BOE, muestra que muchos de los que abandonaron el mercado laboral pueden ser difíciles de atraer de nuevo, lo que reforzaría la presión al alza sobre los salarios. Desde febrero de 2020, 60.000 personas más por debajo de la edad de jubilación estatal se han declarado "jubiladas", y unas 150.000 más son ahora "enfermos de larga duración". Wilson dijo que es probable que las cifras reflejen el "desapego" de la mano de obra a personas que pueden estar deprimidas o abatidas. Las bajas de larga duración pueden suponer otras 20.000. Los empresarios pueden tener dificultades para contratar a esos 230.000 extrabajadores.
El momento de pedir un aumento
La contraparte está en los británicos dispuestos a trabajar, sobre todo en determinados sectores. Según un análisis del Tesoro del Reino Unido recogido por Bloomberg, en la construcción, la industria manufacturera y la hostelería el número de desempleados con las cualificaciones pertinentes por puesto de trabajo ha disminuido más desde la pandemia que en cualquier otro sector. También se han producido grandes descensos en la relación entre desempleo y vacante en la logística, la administración y la sanidad y el trabajo social.
¿Es entonces la hora de pedir un aumento de sueldo en el Reino Unido? En teoría, los trabajadores de esos empleos son los que más éxito tienen a la hora de pedir ese aumento, como atestiguan las historias de camioneros con sueldos de 50.000 libras -Boris Johnson tuvo que tirar de los militares para transportar combustible a las gasolineras- y las primas de contratación de trabajadores de restaurantes. Las cifras del Tesoro lo confirman. El salario "mediano" del trabajador típico de los sectores de la logística, la fabricación, la administración y la sanidad y el trabajo social ha aumentado entre un 4% y un 7% en el último año, más rápido que la tasa de inflación actual del 4,2%.
También en el sector de las tecnologías de la información y la comunicación así como en el ámbito de las profesiones científicas y técnicas, véase la medicina, hay escasez de trabajadores cualificados desde antes de la pandemia. Los salarios en estos sectores son los que más han subido, más del 7% en el último año. Justo detrás de ellos está el sector de los servicios financieros. Los banqueros y los aseguradores han visto aumentar sus salarios en un 7%, a pesar de que el mercado de trabajo en esos sectores se ha debilitado con la pandemia.