
El Banco de Inglaterra (BoE) ha dejado los tipos de interés sin cambios contra todo pronóstico en el 0,10%. Siete miembros del comité han votado a favor de esta medida frente a solo dos en contra, que habrían preferido el elevar el precio del dinero al 0,25%. El mercado descontaba con más de un 60% de probabilidades una subida de tipos, según los swaps sobre futuros de tipos (OIS). Entonces, ¿por qué no ha habido subida de tipos? El BoE ha vuelto a insistir en la transitoriedad de los factores que están elevando la inflación por encima del objetivo: luchar contra esos factores transitorios y globales con subidas de tipos de interés en una sola jurisdicción no tiene sentido. Por otro lado, el comité votó 6-3 a favor de mantener el programa de compra de bonos soberanos en 875.000 millones de liberas y en 20.000 millones el de bonos corporativos.
En las proyecciones, el BoE ha rebajado en 25 puntos básicos el crecimiento del PIB para este año hasta el 7%. Además, el banco reconoce que hay ciertos indicios que reflejan un enfriamiento natural de la demanda interna, por lo que no sería necesario en este preciso momento incrementar los tipos de interés.
No obstante, todo hacía indicar que el Banco de Inglaterra iba a ser el primer gran banco central en subir los tipos de interés. El banco había telegrafiado este incremento del precio del dinero.
El propio Andrew Bailey, gobernador del BoE, había declarado hace escasos días que era necesario hacer algo para controlar la inflación. Sin embargo, el MPC ha optado por mantener la cautela. De este modo ni Reserva Federal, ni BCE, ni BoE, ni BoJ han movido ficha aún pese a que la inflación está superando el objetivo del 2% con creces. La banca central sigue argumentando que la inflación está causada por factores transitorios.
"Las elevadas presiones de costes globales tienen muchas probabilidades de resultar transitorias, lo que lleva a un aumento único en los precios al consumidor en lugar de tasas de inflación persistentemente más altas. Al evaluar la estrategia de política monetaria adecuada, era importante considerar los costes, así como los beneficios, de aplicar un seguro contra posibles riesgos al alza de la inflación a medio plazo por efectos de segunda ronda sobre los salarios y los precios", asegura el comunicado.
Más inflación y menos crecimiento
De todos modos, la decisión parece un tanto contradictoria con las propias previsiones del banco central. El BoE ha elevado sus perspectivas para la inflación durante los próximos años: el IPC se situará en el 4,2% ese año (frente al 4% de la anterior estimación), en el 3,5% en 2022 (frente al 2,5%), en el 2,25% en 2023 (frente al 2%) y el 2% en 2024. La institución presidida por Bailey reconoce que los precios van a ser más elevados, sobre todo el año que viene, donde la nueva estimación supera en un punto porcentual a la anterior.
A la par que suben los precios, el BoE también ha reducido levemente las previsiones de crecimiento. El avance de la actividad va a tener más de inflación y menos de crecimiento real (más producción de bienes y servicios). Mantener los tipos bajos puede ser un arma de doble filo, puesto que el dinero barato tiene la capacidad de estimular la economía real (facilita la inversión), pero también puede presionar los precios al alza (estimulando el consumo a través del crédito).
James Smith y Chris Turner, economistas de ING, señalan en una nota que los economistas del BoE han optado por esperar a tener más información sobre cómo desarrolla la parte final de los 'Erte' británicos. Los primeros indicios sugieren que no ha habido un aumento material en el desempleo (aunque el subempleo puede ser más notable), pero la espera permitirá al comité tener en su mano dos informes más de la situación del mercado laboral para la reunión de Navidad.
Desde ING van más allá y creen que dada la desaceleración del crecimiento, "también existe la posibilidad de que los miembros del BoE esperen hasta febrero para subir tipos... Pero basándonos únicamente en comentarios recientes, sospechamos que diciembre es más probable. De cualquier manera, está bastante claro que se avecina una subida de tipos".
Los expertos de Berenberg explican que "al mantener tipos en espera, el Banco de Inglaterra obligará a los mercados a reconsiderar la probable trayectoria de los intereses en los próximos años. Antes de la reunión, el mercado esperaba que el tipo de interés aumentara al 1,25% para finales de 2022".
De este modo, la subida de tipos quedaría pospuesta para la reunión de diciembre. "Seguimos esperando que el BoE suba su tipo de interés clave en 15 puntos básicos en diciembre. A partir de entonces, es probable que el Banco de Inglaterra siga aumentando los tipos gradualmente (hasta el 1,25% para finales de 2023 y a un ritmo de 50 pb por año) mientras que permite que su balance se relaje pasivamente a partir del segundo trimestre de 2022", culminan estos expertos.