Economía

Aumenta la presión en Europa para retirar los estímulos y subir los tipos

  • El repliegue del BCE amenaza las Cuentas, que dejan menos para pagar deuda
La presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde. Bloomberg
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Las beneficiosas condiciones de financiación que tiene España gracias a los programas de compra de deuda y las políticas expansivas del Banco Central Europeo (BCE) comienzan a agotarse. Las economías más saneadas del Euro y los consejeros de los bancos centrales debaten ya cómo retirar los estímulos. El alza de precios de los últimos trimestres ha obligado al BCE a reaccionar.

La situación amenaza el Estado financiero español. Los nuevos Presupuestos Generales del Estado para 2022. La previsiones del Ejecutivo es que el Supervisor europeo mantenga sus políticas expansivas. La partida destinada al pago de los intereses de la deuda caerá a los 30.223 millones de euros el próximo año, lo que supone un descenso del 4,7% respecto a este año, debido a la esperada reducción de la deuda (hasta el 115% del PIB) y del déficit (5% del PIB) para 2022.

Sin embargo, el BCE ya ha anunciado que reducirá el ritmo de compras, que durante el verano ha disparado a un paso de 20.000 millones semanales. En la última reunión, la presidenta del BCE, Christine Lagarde, se emplazó a diciembre a tomar decisiones importantes. Posteriormente admitió que el programa establecido para combatir los efectos de la pandemia podría ir seguido de una "transición a un nuevo formato", sin dar más detalles. El vicepresidente, Luis de Guindos, asegura que el BCE decidiría en su última reunión de política del año "qué alternativas hay" a ese programa, "si se necesitan alternativas".

El Consejo del BCE tienen señalado diciembre como la fecha límite para decidir qué hacer con el programa de compra de urgencia, conocido como el PEPP y teme que su retirada provoque pánico en la deuda de países como Italia y España, con un elevado endeudamiento. Las adquisiciones del banco central está manteniendo a raya las rentabilidades, pero todavía sigue muy vivo el recuerdo de la pasada crisis de deuda soberana, cuando los intereses se dispararon a niveles insostenibles.

La nueva hoja de ruta pasaría por el diseño de una herramienta que jubile al PEPP, que tiene una capacidad de 1,85 millones y que ha ayudado a pasar la pandemia sin ninguna crisis de crédito, y complemente al APP, el antiguo QE de Draghi, que ha pasado a un segundo plano, pero que todavía está en vigor, con una potencia de fuego de 20.000 millones mensuales para adquirir bonos, informó Bloomberg.

Las asimetrías en la recuperación de los países de la Unión Europea dificultan esta retirada de estímulos y añaden más dudas sobre las políticas de ajuste en la Unión Europea. Mientras las economías más dependientes del turismo y de sectores que conllevan mayor contacto social -entre ellas, España- sentirán durante más tiempo las secuelas de la crisis, el resto muestra ya síntomas de recuperación. Socios europeos como Francia o las economías del norte firman ya cifras de PIB previas a los niveles de la crisis del Covid.

Varios miembros del BCE ya han expresado la necesidad de evitar un efecto acantilado en el momento de la retirada de la PEPP. El Banco Central Europeo discutirá un aumento de sus compras regulares de bonos a través del APP cuando termine su esquema de lucha contra la pandemia, explicó Madis Müller, miembro del Consejo del BCE.

"Me doy cuenta de que sería un problema si hay un efecto de acantilado muy agudo al final del programa de compras de emergencia pandémica", explicaba Bloomberg el director del banco central de Estonia. Por ello, "parte de la discusión que tendremos sobre cómo eliminar gradualmente el PEPP y qué significaría para las compras de activos en el futuro". Un aumento del APP podría hacer más gradual la retirada de estímulos.

Los alemanes, clave

La falta de claridad sobre el próximo Gobierno alemán obliga a la Unión Europea (UE) a congelar sus decisiones sobre política económica. Pese a que el candidato socialdemócrata, Olaf Scholz, es el favorito para conseguir la Cancillería, los liberales, liderados por Christian Lindner, son clave para formar Gobierno. Lindner puede determinar el futuro de la política económica europea. Su partido exige "terminar con la orgía de deuda" y la contención ya de las políticas expansivas en la UE por la crisis del coronavirus. Además, la paralización incluye otras políticas urgentes, como la exterior y la defensa.

Los liberales, claves en la formación de Gobierno, buscan mantener el rigor presupuestario de la política económica de Angela Merkel de los últimos años. El nuevo Ejecutivo se verá obligado a revisar el cálculo de los topes de deuda y déficit que del Tratado de Maastricht.

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