Economía

Así puede la inflación terminar golpeando a la recuperación económica, según el Banco de España

  • La electricidad provocará un episodio más largo e intenso de alza de precios
  • La falta de suministro de la industria se ve agravada con la crisis energética
  • Los efectos de segunda ronda afectará a las expectativas de consumo e inversión

El Banco de España sigue defendiendo el mensaje oficial del BCE de que la inflación se moderará en los próximos meses, pero admite en un reciente informe que hay efectos indirectos y de segunda vuelta que pueden hacerla más persistente de lo inicialmente esperado. Una subida descontrolada de precios afecta a corto plazo a la renta disponible de los hogares, al coste de producción de las empresas, a las expectativas de consumos e inversión, y casi en primer término a la política de tipos del BCE.

El Banco de España ya admite riesgos en que el episodio de inflación puede ser más persistente de lo esperado, aunque el organismo siga agarrado al mensaje oficial del BCE de "temporal". En un adelanto de las previsiones trimestrales de la economía española, que se publicarán el martes de la siguiente semana, los economistas de la institución analizan en un estudio, Los factores detrás del reciente incremento de la inflación en España, la evolución del IPC y los factores que pueden influir en él.

Los expertos Matías Pacce e Isabel Sánchez confían en que el incremento de los precios es "transitorio" y prevén que se modere en los próximos trimestres, pero admiten ciertos riesgos que elevarían "el grado de persistencia del actual episodio inflacionista". En particular, apuntan a que "no se puede descartar que los incrementos de precios que se han venido registrando en los últimos meses acaben generando alzas adicionales, y posiblemente más duraderas, a través de efectos indirectos y de segunda vuelta".

En el documento se admite que la escalada de precios energéticos, especialmente de la luz, está desbordando las previsiones de los agentes económicos. El Banco de España señala que el incremento de los precios de la electricidad está siendo uno de los principales factores que habrían condicionado la evolución reciente de la inflación en España .

Este aumento habría estado asociado al encarecimiento, fundamentalmente, del gas, a su vez, vinculado con algunas "distorsiones puntuales" en la oferta y con una mayor demanda desde Asia, y, en menor medida, de los derechos de emisión de CO2, como consecuencia de una mayor ambición en los objetivos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero en la Unión Europea desde diciembre de 2020.

"Puede haber todavía alzas adicionales por los efectos indirectos y de segunda vuelta"

Todo apunta a que los elevados precios del gas se prolongarán hasta el primer trimestre de 2022, o por los menos es lo que maneja el sector eléctrico. El informe del Banco de España deja patente en su informe que si "el encarecimiento reciente de la electricidad, especialmente si se demuestra persistente, acabará afectando a los precios de aquellos bienes y servicios que son producidos por empresas que usan este factor de forma más intensiva".

El informe destaca los factores que explican el aumento significativo del precio del gas entre abril y septiembre. Y resalta como algunos países productores, tiene problemas el mantenimiento de algunas infraestructuras. Noruega, el segundo mayor proveedor de gas a Europa, ha puesto a revisión muchas instalaciones este año. Su principal empresa, Equinor, que extrae la mayor cantidad de gas en el país ha advertido que los precios se mantendrán altos durante todo el invierno, pero además hay riesgos de falta de suministro si siguen aumentando los precios.

El nivel de almacenamiento de este hidrocarburo permanece en niveles bajos en Europa, tras la reducción observada por la crudeza del pasado invierno, recuerdan los expertos del Banco de España.

La industria se sitúa como principal afectada en esta escalada de precios. Los fabricantes de fertilizantes en Europa ya han comenzado a paralizar la producción ante el encarecimiento del precio del gas. En general toda la industria necesita uso intensivo de energía, también algunas actividades del sector servicios, como el transporte. El Banco de España recuerda que desde finales de 2020 se han venido produciendo algunos cuellos de botella significativos en las cadenas globales de suministros que habrían limitado la capacidad de las empresas, especialmente en las manufacturas.

La encuesta de PMI del sector viene registrando desde hace meses récord tras récord en los precios cobrados por los proveedores de las fábricas, así como en los precios de venta de los productos terminados. Los economistas del Banco de España hablan de un encarecimiento de bienes intermedios, debido a que la fuerte demanda provocada por la reapertura de las economías está desbordando a una capacidad de producción limitada de las fábricas.

"La aceleración de los precios de producción industrial en España, con especial intensidad en las ramas de la metalurgia, la química básica y la industria papelera; aún no se han visto reflejadas de forma apreciable en la evolución de los precios de la cesta de consumo", advierten los dos economistas. En un reciente estudio del BCE se señala que la traslación a los precios de consumo, al cliente final, tardan entre 12 y 18 meses en los bienes industriales no energéticos y su impacto es limitado. "Pero cabe la posibilidad de que las fricciones que se han observado hasta el momento en las cadenas globales de suministros puedan acabar siendo más persistentes de lo anticipado", admiten. Para algunas industrias como el automóvil el problema de suministro de chips tardará en solucionarse.

También los economistas, en su análisis, advierten de los temidos efectos de segunda ronda. El IPC se utiliza en la economía de calle para ajustar salarios, pensiones o rentas del alquiler. Una subida persistente de la inflación se termina trasladando a estos aspectos de la vida cotidiana, que termina provocando mayor presión inflacionista en los precios. "A corto plazo, la intensidad de estos efectos de segunda vuelta podría ser relativamente limitada por el escaso número de convenios con cláusulas de salvaguarda en España por la inflación", explican. Pero los expertos del Banco de España no minimizan el impacto que supone en el sentimiento y en las expectativas de consumidores. Una inflación al alza supone un freno al consumo, las familias tienden a ahorrar para esperar una caída de los precios.

Una inflación al alza de forma moderada es buena para la economía, indica que la demanda funciona con buen ritmo, pero si es demasiada alta provoca desajustes que termina afectando al crecimiento. El Banco de España recuerda que es un indicador clave en la política monetaria. Si la inflación se desboca, al BCE no le quedará más remedio que intervenir para contener los precios. Y esta perspectiva no solo asusta a familias y su consumo, también a las empresas que reducen su inversión y gasto al anticipar menores venta y préstamos más caros.

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