El Banco Central Europeo ha anunciado una reducción en el ritmo de compras bajo su programa contra la pandemia (PEPP por sus siglas en inglés) ante la mejora de la economía y el alza de la inflación. La institución monetaria explica en el comunicado que ahora mismo pueden mantenerse unas condiciones de financiación favorables con un ritmo de compras "ligeramente" inferior al de los dos trimestres anteriores. De este modo, el banco central comienza a cerrar el grifo de los estímulos de forma muy suave.
Aunque el BCE no ha dado cifras, los expertos coindicen en señalar que el PEPP buscará una vuelta al importe de compras netas que se registraba en el verano de 2020 (entre 60.000 y 70.000 millones de euros). Una 'tapering' a pequeña escala, aunque el banco central ha querido dejar claro en todo momento que este movimiento está muy lejos de lo que pretende hacer la Reserva Federal de EEUU a finales de año.
El cambio será mínimo. Ahora mismo, el BCE estaba adquiriendo unos 80.000 millones de bonos al mes bajo el PEPP y otros 20.000 millones mensuales con el APP, que es el programa de compras convencional (el PEPP nació como un programa de emergencia para luchar contra el impacto del covid en la economía).
Por otro lado, el Banco Central Europeo ha mantenido el precio del dinero en mínimos históricos. La institución monetaria deja el tipo de interés principal (se cobra a los bancos en las subastas semanales) se encuentra en el 0%, el tipo sobre la facilidad de depósito (el que se cobra a los bancos por aparcar su dinero en el Eurosistema) está en el -0,5% y la facilidad de crédito (el que se cobra a los bancos que necesitan liquidez urgente del BCE) en el 0,25%.
Ya en su última reunión, celebrada en julio, el BCE incorporó los cambios realizados en su estrategia de política monetaria y aseguró que mantendría los tipos de interés incluso aunque los precios superaran su objetivo del 2%, al considerar que dichos incrementos pueden ser temporales.
Una inflación al alza
Sin embargo, desde entonces la inflación ha seguido avanzando. El IPC armonizado ha alcanzado el 3% interanual en la zona euro, mientras que en países como Alemania se aproxima al 4%. Esto ha desencadenado una batalla entre halcones (quiere una política monetaria más restrictiva) y palomas (abogan por extender los estímulos por más tiempo y mantener los tipos bajos).
Los halcones son los miembros del Consejo de Gobierno (órgano conformado por los banqueros centrales de la zona euro y el Comité Ejecutivo) que se concentran en los países del centro y norte de Europa (Alemania, Austria, Países Bajos, los bálticos...), cuyas economías suelen ser acreedoras netas y se benefician de unos tipos de interés más altos. Los últimos datos de inflación y la vigorosidad de la recuperación económica han dado 'alas' a estos banqueros centrales para defender con mayor vehemencia su postura política.
¿Es el comienzo del tapering?
Este jueves el BCE ha comenzado a cerrar el grifo, lo que podría considerarse como una pequeña victoria para esos halcones. Sin embargo, los expertos creen que este paso no es un sinónimo de 'tapering', es simplemente una "calibración" (en palabras de Christine Lagarde) dentro de un marco y reglas concretas como las del PEPP.
El PEPP tiene un tamaño de 1,85 billones de euros (de los que se han utilizado ya 1,26 billones) y una fecha de caducidad establecida en marzo de 2022. En este programa se incorporó algo de flexibilidad que ha permitido al banco central aumentar y reducir las compras de bonos mensuales según se requería. Aunque este reducción en el ritmo de compras sea a efectos prácticos una suerte 'tapering', el banco central prefiere denominarlo como un reajuste dentro de la flexibilidad que da esta 'pata' del programa de compras de bonos.