El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, amenaza este viernes con dejar frío a más de uno con su esperado discurso desde el simposio de Jackson Hole (Wyoming). El encuentro virtual, que comenzó el jueves, se celebra en medio del resurgimiento de las infecciones relacionadas con la variante Delta y los riesgos a la baja que pesan sobre el crecimiento.
Un contexto que divide a los altos funcionarios del banco central sobre si el diagnóstico económico actual realmente califica como un "progreso adicional sustancial" .
Ruta por determinar
En términos más generales, el cisma que se cuece en el seno del Comité Federal de Mercados Abiertos (FOMC, por sus siglas en inglés) sigue generando gran incertidumbre no tanto por el comienzo del tapering, como se conoce al proceso de reducción de compras de deuda, sino por el ritmo y composición del mismo. A día de hoy, la Fed engulle 80.000 millones de dólares en bonos del Tesoro y 40.000 millones de dólares en activos respaldados por hipotecas (MBS) al mes.
Los funcionarios de la Reserva Federal no quieren vincular formalmente el momento del fin de las compras de activos a la primera subida de los tipos de interés. La mediana de las proyecciones más recientes del FOMC apuntan que la primera de las dos subidas de tipos se producirá en algún momento de 2023, pero, ya en junio, siete funcionarios anticiparon al menos una subida de tipos en 2022. Estos funcionarios presumiblemente buscarían poner fin al programa de compras a mediados de 2022.
Dar por terminadas las compras de activos para el tercer trimestre del próximo año sería más sencillo si la Fed se limitara a anunciar un calendario preestablecido, que permitiera una reducción fija cada mes. El recorte en las compras de bonos del Tesoro en 10.000 millones de dólares y de las compras de MBS en 5.000 millones de dólares al mes permitiría, suponiendo que la Fed comenzara el tapering este diciembre, completar la reducción en julio del año que viene.
La Fed duda entre una senda predeterminada o un ajuste que cambie reunión a reunión
Pero si la Fed sólo ajusta las compras en cada reunión, es decir, cada seis semanas, las cosas se complican, sobre todo si el banco central espera hasta el comienzo del mes siguiente para aplicar cada reducción de las compras de activos. Una reducción de 10.000 millones de dólares y 5.000 millones de dólares por reunión significa que el tapering no se completaría hasta diciembre de 2022, lo que sería demasiado tarde para muchos funcionarios. Tendría que ser una reducción de 15.000 millones de dólares y 7.500 millones de dólares por reunión para concluir el proceso en agosto.
Suponiendo que la Fed opte por ajustar reunión a reunión, acabaría comprando algo más de 400.000 millones de dólares en valores del Tesoro y 200.000 millones de dólares en MBS de forma desde el momento en que nos encontramos hasta el próximo agosto. Esto significa que las tenencias acumuladas de bonos del Tesoro de la Reserva Federal alcanzarían aproximadamente el 25% de la oferta de deuda del Tesoro en manos del público.