
La tasa de ahorro se ha disparado prácticamente todos los países durante la pandemia del covid-19. Esta crisis ha sido una tormenta perfecta para el consumo, que a la postre ha quedado reflejada en unas tasas de ahorro históricas. A la imposibilidad de gastar por las medidas restrictivas (ahorro forzoso), se le ha unido el miedo al futuro que generan las grandes crisis económicas (ahorro por precaución). El exceso de ahorro ha sido global, pero por diferentes razones.
La radiografía a este ahorro muestra que el esfuerzo realizado por los hogares españoles e italianos ha sido superior respecto al resto de países europeos o de EEUU. La clave está en la opuesta evolución de la renta disponible durante la crisis.
Los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística mostraban que los hogares españoles han llevado su tasa de ahorro hasta el 14,8% de su renta disponible, 8,5 puntos superior a la de 2019 y la más alta de toda la serie. En el euros contantes y sonantes, este ahorro bruto alcanza los 108.844 millones de euros, lo que genera un exceso de ahorro de unos 60.000 millones (la diferencia entre el ahorro de 2019 y el de 2020). Pero, ¿por qué este ahorro ha sido más 'sufrido' que el de otros países?
Por un lado, España ha liderado, por mucho, el incremento del ahorro en la zona euro. Esto en parte se debe a que la tasa de ahorro de los hogares españoles es habitualmente mucho más baja que la media de la zona euro (gastamos una mayor parte nuestra renta por diferentes motivos), por lo que ante la imposibilidad de gastar, este ratio ha sufrido un drástico incremento en puntos porcentuales. Además, como la crisis ha golpeado con más fuerza al país, se ha generando aún más miedo y ahorro por precaución entre los españoles
Caída de la renta disponible en España
Por otro lado, se puede hablar de un mayor esfuerzo porque a diferencia del resto de países, los hogares españoles e italianos han incrementado su tasa de ahorro a la vez que se reducía su renta disponible (cuanto menor es la renta disponible más difícil es ahorrar), algo que no ha sucedido en el resto de Europa y mucho menos en EEUU, donde los vastos planes de ayuda y estímulos han incrementado la renta disponible de las familias durante la crisis, algo inédito hasta la fecha.
En el caso de España, la renta disponible cayó un 3,3% en 2020, hasta los 739.585 millones de euros. La renta disponible es es la renta total percibida por el hogar durante el periodo de referencia especificado (por salario, alquileres, dividendos...), una vez deducidos los impuestos y las cotizaciones a la seguridad social. Esta caída en España es consecuencia de una economía más vulnerable al covid (la pandemia ha golpeado con a sectores clave y a sus trabajadores) y a una política fiscal que ha sido menos decisiva que en otros países (las ayudas directas no han empezado a llegar todavía), porque el margen de España, con una deuda pública elevada antes del covid, era relativamente escaso.

Como se puede observar en el gráfico, estas diferencias han obligado a los hogares españoles (e italianos) a reducir su consumo con mucha más intensidad para alcanzar los niveles de ahorro con los que se sienten cómodos en este contexto de crisis. Por el contrario, en los países cuyos hogares han disfrutado de un incremento de la renta disponible, la privación en el consumo ha sido menor.
Si bien es cierto que en un principio el ahorro fue forzoso (no se podía gastar durante el confinamiento), más tarde el motivo principal fue por precaución (miedo al futuro). Ante una caída de la renta disponible, la única forma de ahorrar más es gastar menos, lo que a su vez ha tenido un impacto muy negativo en la economía.
Los analistas del banco italiano Unicredit explican en una nota que "en EEUU el 90% del aumento del ahorro se debe al fuerte aumento de la renta disponible de los hogares, lo que refleja las transferencias gubernamentales sin precedentes, que se han ido dirigidas a los hogares mediante estímulos directos y mayores prestaciones por desempleo. En el otro extremo están Italia y España, donde el aumento del ahorro se debe íntegramente a la fuerte caída del gasto, especialmente en servicios que implican un alto grado de interacción social. Esto último fue en parte forzado a través de restricciones obligatorias y en parte debido a un comportamiento de precaución por las preocupaciones sobre la salud, los ingresos y el trabajo".
De esta forma, mientras que en la zona euro el consumo final de los hogares cayó un 8% en 2020, en España se desplomó un 12,1% y en Italia un 10,7%. En los países europeos en los que la renta disponible se mantuvo estable o creció durante la crisis, el consumo de los hogares retrocedió en menor medida (entre un 4 y un 7%), mientras que en EEUU el descenso fue de solo el 3,9%.
Las diferencias son notables. El aumento de la renta disponible de los hogares en plena recesión no es algo habitual. Pero la singularidad de esta crisis ha llevado a que los gobiernos desplieguen unas redes de seguridad sin precedentes que han ayudado a amortiguar el golpe en la economía y, sobre todo, en los hogares. Aunque buena parte de esos estímulos se hayan acumulado en las cuentas de ahorro de las familias durante la crisis, ahora pueden ser el combustible de la incipiente recuperación económica.