La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) ha elevado su previsión de crecimiento económico para España en siete décimas, hasta el 5,7%, mientras que para 2022 el avance del PIB será del 4,8%, ocho décimas mejor que en las previsiones de diciembre. Esta revisión se produce en un contexto de mejoras generalizadas, puesto que la OCDE ha elevado el crecimiento mundial hasta el 5,6% en 2021, lo que supone 1,4 puntos más que en sus anteriores previsiones: la adaptación de la economía a vivir con el virus y la distribución de las vacunas están permitiendo que el rebote de la economía sea más fuerte de lo que se esperaba.
Pese a estas mejoras, el crecimiento que prevén organizaciones internacionales y otras instituciones financieras está por debajo de lo pronosticado por el Gobierno de España. Nadia Calviño, vicepresidenta Económica, ha asegurado en sus últimas intervenciones que el crecimiento del PIB en 2021 rondará el 7%, una cifra que supera con creces las previsiones de Bruselas o las publicadas este martes por la OCDE. Los panelistas de Bloomberg prevén un crecimiento del 5,9%, con una contracción leve del primer trimestre y el despegue de la economía en el segundo trimestre del año, que cogerá fuerza en el tercero.

Desde el departamento de investigación de CaixaBank revelan en su último informe 'macro' sobre España que "a partir de la primavera de 2021, con el apoyo de la inmunización de los grupos de riesgo (clave para aliviar la presión y las restricciones hospitalarias en general) y el uso generalizado de pruebas rápidas, esperamos que el crecimiento se recupere".
"Además de los avances médicos, la actividad económica también se verá respaldada por la política fiscal y, en particular, por la ejecución del plan de recuperación europeo (que estimamos conservadoramente podría impulsar el crecimiento el próximo año en más de 1 punto porcentual basado en una tasa de ejecución de 50% del plan del gobierno). No se prevé que el PIB alcance los niveles previos a la crisis hasta 2023, algo más tarde que los principales socios europeos, dado el peso destacado del sector turístico (que seguirá operando muy por debajo de su potencial durante el próximo año)", sentencia el informe del banco catalán.
Una mejora generalizada
Si bien es cierto que se produce una mejora del crecimiento esperado en España en 2021, las revisiones al alza han sido generalizadas en gran parte de los países que analiza la OCDE en su informe. Las perspectivas para la salida de la crisis han mejorado globalmente, aseguran desde el organismo internacional.
Las noticias alentadoras sobre el progreso en la producción y el despliegue de las vacunas, junto a un rebote global más rápido de lo esperado en la segunda mitad de 2020 van a llevar a casi todas las economías del mundo a presentar un crecimiento más rápido de lo que se esperaba a finales del año pasada.
La economía se está adaptando al covid-19. "Las medidas de contención y la menor movilidad ahora parecen estar teniendo un impacto adverso más pequeño en la actividad que en las primeras etapas de la pandemia . En parte, esto puede reflejar una orientación más cuidadosa de las medidas de salud pública y el apoyo a los ingresos... Las empresas y los consumidores también se han adaptado a los cambios en la forma de trabajo y las restricciones sanitarias", explican desde la OCDE.
No obstante, el Banco de España ya adelantó esta adaptación a una nueva economía y formas de consumo que estaban amortiguando el golpe a finales de 2020. "Este proceso de adaptación se está haciendo visible, por ejemplo, a través del creciente recurso al teletrabajo o al comercio online. La adecuación del comportamiento de hogares y de empresas a la realidad de la pandemia estaría haciendo que, para un determinado grado de restricciones a la movilidad y al contacto social, el impacto sobre la actividad estuviera siendo sensiblemente más reducido que durante la primera ola de la pandemia", señalaba el banco central de España. Todo ello ha ayudado a que la caída de la actividad sea menor en los últimos meses y a que el crecimiento del PIB para 2021 esté por encima de lo previsto.
Ahora, la llegada de la recuperación dependerá principalmente tres factores: el sanitario (cómo de rápido se distribuye la vacuna y el posible impacto de las nuevas variantes del covid-19), los estímulos fiscales y la velocidad con la que los hogares usen el ahorro que han acumulado durante la pandemia. En el mejor de los casos, todo ello podría sumar al crecimiento global alrededor de 1,5 puntos, hasta un 7% de crecimiento del PIB.
"Aún así hay signos que amenazan con generar un aumento de la divergencia de la actividad en todos los sectores y economías. Las expectativas de una recuperación más fuerte también se reflejan en los mercados financieros y de materias primas, con los rendimientos de los bonos a largo plazo de EEUU y los precios del petróleo que regresan a su nivel previos a la pandemia", señala la nota.