Realizar previsiones económicas resulta un ejercicio demasiado resbaladizo en tiempos de una pandemia que no se sabe cómo va a evolucionar. En el caso de España, el cuadro pintado por la Comisión Europea en las últimas proyecciones de noviembre estaba repleto de oscuros: el país con la recesión más profunda entre los europeos, con el mayor déficit y desempleo. Sin embargo, los técnicos de la Comisión se pasaron con su pesimismo otoñal, y enmendarán el análisis este jueves con las nuevas proyecciones de invierno.
Según ha podido saber elEconomista.es, las previsiones que presentará la Comisión mejorarán ligeramente el producto interior bruto (PIB) para este año hasta el 5,6%, con una revisión aún más positiva para el año que viene hasta el 5,3% respecto a lo inicialmente previsto.
Hace cinco meses, la Comisión esperaba un rebote algo más limitado para la cuarta economía de la UE: un 5,4% este año y un 4,8% en 2022.
Además, el Ejecutivo comunitario había empeorado entonces hasta el 12,4% el hundimiento del PIB español para 2020, muy por encima del 11% finalmente registrado.
El crecimiento de España dependerá de que haya una "fuerte recuperación"
Eso sí, las fuentes comunitarias señalan que el rebote español dependerá en gran medida de que haya una "fuerte recuperación" en el segundo semestre de este año. Para entonces se espera que la extensión de las vacunas permita levantar las medidas de contención y se pueda recuperar la actividad económica.
Al mismo tiempo, si todo va bien, el Gobierno espera empezar a gastar parte de los 10.000 millones de euros que recibirá de prefinanciación del fondo de recuperación europeo. El Ejecutivo incluso presupuestó 27.000 millones de euros para este año del estímulo europeo, lo que obligará a financiar la parte restante que se adelante con emisiones de deuda.
Pero a pesar de la revisión al alza de nuestro crecimiento, Bruselas todavía considera demasiado optimistas las previsiones del Gobierno. La vicepresidenta tercera y ministra de Economía, Nadia Calviño, ha repetido durante las últimas semanas que la economía española crecerá en torno al 7% este año, pudiendo ser superior dependiendo de la velocidad de la llegada de los fondos de recuperación.
Estas previsiones de invierno aterrizan en un entorno de enorme incertidumbre, no solo respecto a la evolución del covid-19 y las mutaciones del virus, sino también debido a las dudas que existen respecto al ritmo de producción de las vacunas o la celeridad con la que se culminará la puesta en marcha de los 672.500 millones de euros del Mecanismo para la Recuperación y Resiliencia, el principal instrumento del estímulo europeo.
Fuentes comunitarias esperan que el dinero pueda empezar a llegar a los Estados miembros hacia finales del primer semestre. Según señalan en Bruselas y Madrid, nuestro país está entre los socios más avanzados en la elaboración de su plan de inversiones y reformas para acceder a los 140.000 millones que le corresponden del estímulo, repartido a partes iguales en ayudas a fondo perdido y créditos.