Los técnicos del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones ya tienen los cálculos y proyecciones que deparará el bloque de medidas destinadas a reformar las pensiones españolas tanto en el ámbito público como en el privado. En este último, según ha podido saber elEconomista, ven palmario que la estrategia del Gobierno para alentar la participación de los asalariados y autónomos en planes privados de ahorro para la jubilación derivará en que se quintuplique el ahorro en vehículos de previsión complementaria, lo que supondría que este pase de los 118.522 millones de cierre de 2020 a rebasar los 500.000 millones. Sin precisarse el plazo exacto, eso sí, dado que la pandemia ha tenido un efecto distorsionador sobre el empleo y, por ende, el ahorro previsional que dificulta la acotación del periodo de consecución de la meta. Lo cierto es que, con ese volumen, España se acercará al porcentaje de PIB que descansa en esos productos en otros países de la UE.
Actualmente, los ahorradores españoles acumulan dinero en instrumentos financieros por valor equivalente al 13% del PIB, entre los planes de pensiones privados y los colectivos de empresa. Un volumen que queda aún muy lejos de países vecinos del entorno comunitario, como Irlanda, que entre ambos sistemas acumula un 70% de su PIB o Finlandia, que llega al 99%. Y más lejos aún de los campeones del ahorro previsional a largo plazo como Suiza, que solo en instrumentos colectivos de ahorro en la empresa acumula dinero por valor del 127% de su PIB o Países Bajos, donde los ahorros en planes privados alcanzan el 180% del PIB. Más allá, según los datos que maneja el Ejecutivo de proyecciones a medio y largo plazo es alcanzar en nuestro país un volumen de patrimonio gestionado en los diferentes tipos de planes de ahorro a largo plazo el 30% del PIB.

Incluir a las pymes
Dentro de las medidas que prepara el ministerio que encabeza José Luis Escrivá, se prevé la creación de mecanismos para incentivar los planes de empresa para la jubilación, dada la exigua penetración de los planes de pensiones individuales en los tramos bajos de renta. Para ello, y dado que el tejido productivo español está conformado en su 98% por pymes –es decir, por compañías que carecen de estructura y volumen suficientes para brindar a sus empleados un plan de empresa para la jubilación– el Gobierno prevé crear una plataforma que aglutine a pequeñas firmas, micropymes y autónomos, de modo que puedan aprovecharse de forma colectiva de unas mismas condiciones y costes pese a no pertenecer a una gran firma.
Está aún por determinar, según ha podido saber elEconomista de fuentes oficiales, qué gestoras serán las que compitan por ese mecanismo que va a activar el Gobierno y con qué requisitos, así como el coste para el ahorrador en comisiones. En cualquier caso, el Ejecutivo maneja la idea de aplicar el modelo de auto-enrolment, es decir que, de entrada, el trabajador esté apuntado a la plataforma general de planes de empresa para la jubilación y solo su negativa expresa le omita del mecanismo. Se trata de un modelo que funciona en otros países, entre los cuales Reino Unido es un ejemplo de éxito. La economía conductual ha demostrado que el hecho estar apuntado de entrada a un ahorro lo automatiza y el porcentaje de trabajadores que se descabalga del vehículo es muy residual.
Sin embargo, si de entrada no se está apuntado, son pocos los que activan la opción del ahorro privado complementario a la pensión. Con todo, el plan del Gobierno encuentra un pequeño escollo aún por resolver, explica el economista Javier Santacruz, y es cómo compensar vía cotizaciones la aportación adicional que hará el empresario a la plataforma de planes de empleo.
Uno de los mayores atractivos para las pymes y los autónomos a los que va dirigido el conocido como fondo público de pensiones –que será de promoción pública pero de gestión privada– está en el aumento de la desgravación fiscal prevista para las aportaciones a los planes de pensiones de empresa. Según se recoge en los Presupuestos Generales de 2021, estas aportaciones estarán exentas de tributar por IRPF hasta los 10.000 euros anuales, 2.000 euros más que hasta el momento. Una medida que se ha acompañado de una reducción del 75% en las desgravaciones para los planes individuales, quedándose esta aportación exenta en 2.000 euros. Así, hasta 4.000 euros al año se podrán ahorrar en el pago del IRPF los trabajadores españoles con rentas elevadas que aporten al fondo público y hasta 2.200 euros, aproximadamente, es el importe que se ahorraría una renta media, según cálculos de los expertos consultados por elEconomista.