La inflación general (el IPC armonizado) vuelve a la vida en la zona euro. Tras cinco meses registrando tasas de variación negativas (deflación), los precios han recuperado la senda alcista con una subida interanual del 0,9%, muy por encima de lo que habían vaticinado los expertos, que preveían una inflación de entre el 0,1 y el 0,5%. Este avance resulta más importante si cabe por la contribución negativa de la energía, que en los próximos meses empezará a sumar tirando aún más de los precios al alza. Aunque sea de forma temporal, la inflación podría superar el 2% durante parte del 2021.
El alza de los precios de la comida sin procesar, los servicios y la vuelta a la normalidad del IVA en Alemania (el país con mayor ponderación en el IPCA del euro) han impulsado el IPCA en el mes de enero. Este auge se produce pese a los precios de la energía han mostrado una caída del -4,1% anual. Se espera que el petróleo y otros derivados empiecen a contribuir de forma positiva en los precios a partir de marzo y abril, lo que supondrá un impulso extra para los precios.
Desde el banco alemán Commerzbank explican que "las subidas de impuestos en Alemania, la conversión del índice de precios al consumidor a una nueva cesta y unas ventas de invierno aplazadas han empujado al alza la tasa de inflación desde el -0,3% en diciembre al 0,9% en enero. En el transcurso del año, la tasa de inflación seguirá aumentando con fuertes fluctuaciones mensuales. Sin embargo, esto no hará que el BCE quite el pie del acelerador", sostienen en una nota para clientes.

Si en el cálculo de los precios se excluye el impacto negativo de la energía, la tasa de inflación interanual de la Eurozona en enero habría sido del 1,5%, frente al 0,5% correspondiente a diciembre. Al dejar fuera también el precio de los alimentos, el alcohol y el tabaco, la tasa de inflación subyacente de la zona euro repuntó al 1,4% desde el 0,2% del mes anterior.

Si bien es cierto que el dato ha resultado sorprendente, a medida que los países iban presentando sus estadísticas individuales ya se podía anticipar que la inflación iba a volver por la puerta grande en Europa.
Alemania anunció un auge del IPC del 1,6%, mientras que España publicó recientemente una subida del 0,6%, impulsada por la energía (el precio de la electricidad se disparó durante el mes de enero en España), Francia un 0,8% e Italia un 0,6%. Pese a todo, algunos países como Grecia siguen sufriendo descensos importantes del IPC.
El giro ha sido más intenso aún en la inflación subyacente (no pondera alimentos sin procesar, alcohol, energía y tabaco), que ha pasado del 0,2% hasta el 1,4%. Los datos presentados por Eurostat muestran un aumento del 1,4% de los precios de los servicios, que tiene un peso muy elevado en el IPC subyacente.
El inversor, preocupado
Desde la firma financiera Oxford Economics comentan que ya a finales de año, "los inversores se apresuraron a comprar protección contra el aumento de la inflación. Las expectativas de inflación en las economías avanzadas han aumentado bruscamente hasta tocar su nivel más alto en cinco años". Pese a todo, los inversores conservadores son los que están expuestos en mayor medida a este riesgo, lo que puede arruinar su rentabilidad real en 2021.
Las preocupaciones sobre la inflación tienen muchas fuentes: una fuerte recuperación cíclica este año, cambios en el mandato de la Fed y pronto en el del BCE, crecimiento de los agregados monetarios y altos déficits presupuestarios.
El peligro de que regrese la inflación, aunque sea de forma temporal, es que se coma lo poco que se espera que ofrezcan este año los activos más conservadores y que, por tanto, la rentabilidad real que obtenga el ahorrador, una vez descontada la subida de los precios, sea negativa. Su ausencia el año pasado permitió que los más de 967.000 millones de euros que los españoles aparcan en plazos fijos y efectivo no perdieran poder adquisitivo.
Esos 967.000 millones representan casi el 42% de todo el ahorro financiero, según los últimos datos disponibles en Inverco, a cierre del tercer trimestre del año pasado, el nivel más elevado desde 2013. "Sigue sorprendiendo el enorme peso que representan los depósitos y el efectivo, a pesar de que hace tiempo que son activos sin remuneración, o incluso empiezan a cobrar intereses negativos por el importe en cuenta corriente. Nunca antes en la historia, según este estudio, ha habido tanto dinero en efectivo (bancario) en las familias españolas", reflexionan en Unicorp.
La inflación, aunque sea de forma cíclica, puede alcanzar cotas no vistas en los últimos meses y quizá años. Desde Funcas prevén que los precios comiencen a subir a un ritmo cercano al 2% en la segunda parte del año en España, lo que erosionaría toda esta 'montaña' de ahorro conservador.