
El mecanismo de coordinación reforzada establecido entre la Comunidad de Madrid y el Gobierno de Pedro Sánchez ha saltado por los aires. La ruptura de este miércoles, poco tiene que ver con la buena relación de la que se hablaba entre el consejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero, y el ministro ramo, Salvador Illa, porque de momento, y desde las 22.48h de este viernes, Madrid y nueve localidades más de la región están confinadas tras una orden firmada por el ministro de Sanidad.
Sin la valoración técnica
En este ir y venir de encuentros y desconciertos -desde el lunes 21, día en el que Sánchez acude a Sol para hablar con Isabel Díaz Ayuso-, fuentes de la negociación a las que ha tenido acceso elEconomista destacan tres puntos: el cambio de criterio de Salvador Illa, la falta de lealtad institucional de su parte, y lo que es más grave, que según estas fuentes, el titular de Sanidad se comprometió este miércoles a elevar el borrador de su ministerio a la Ponencia de Salud Pública para que fuera analizado por los técnicos, dado que no hubo consenso entre las autonomías.
Horas más tarde -señalan-, el ministro cambia de opinión, y desde Moncloa da una rueda de prensa donde narra justamente lo contrario. Así, sin opinión técnica, el borrador se convertía en orden y por tanto era de obligado cumplimiento por parte de las CCAA. A las 22.48h, vía mail, llegaba un correo con la citada orden a la Comunidad de Madrid y al resto.
El relato se remonta al martes y miércoles, 22 y 23 de septiembre. La Comunidad detalla al Ministerio de Sanidad la aplicación de sus medidas: 1.000 casos por cada 100.000 habitantes, tendencia acumulada de esos casos y contigüidad. Ese mismo miércoles, eldiario.es publica una entrevista al titular de la cartera de Sanidad, y entrecomilla: "En este momento no es necesario confinar Madrid si se adoptan las medidas adecuadas... Parece que hay gente que está obsesionada en ver qué errores se han cometido, y yo estoy obsesionado con combatir el virus...". Y, por último, remarca el ministro: "Yo hice una recomendación que me parece que es de sentido común. Con una incidencia acumulada superior a 700 casos por 100.000 habitantes en 14 días, yo creo que hay que pedirle a la ciudadanía que limite al máximo la movilidad. Y hay zonas donde por orden del consejero de Sanidad ya está limitada la movilidad".
Un día más tarde, Illa se reúne con el grupo Covid-19 de Madrid, y en el encuentro se descuelga con un cambio de criterio: de los 700 casos por cada 100.000 habitantes -como mantiene en eldiario.es - , ahora defiende que sean 500 por cada 100.000. Ese cambio repentino desbarata el trabajo de Ayuso, que cree estar a las puertas de que la media de los distritos de Madrid baje a 700 casos.
Un día más tarde de esta entrevista, Illa declara desde Moncloa que "los centros educativos no están siendo un lugar de contagio, aunque no hay que bajar la guardia y hay que mantener todas las medidas". Esa jornada, añade Illa: "Madrid está en una situación de serio riesgo sanitario y es tiempo de actuar con determinación".
Contraprogramar a Madrid
El viernes 25 de septiembre, el viceconsejero de Sanidad, Antonio Zapatero, da una rueda de prensa agendada, de la que tiene conocimiento el ministro Illa. Pese a ello, Moncloa contraprograma de manera urgente a Zapatero, que está anunciando nuevas zonas de restricción en Madrid y en la Comunidad. El político catalán, al tiempo insta a Madrid a actuar ya con determinación, subrayando que se llega tarde. El sábado repite este argumento en Barcelona y ese fin de semana lo remacha en La Sexta.
Curiosamente -indican las fuentes consultadas-, desde ese jueves 24, hasta el domingo 27, el ministro no llama ni una sola vez al consejero Enrique Ruiz Escudero. Es éste el que marca su número para intentar reconducir la situación y preguntar por qué se ha contraprogramado a Zapatero.
El martes, en el marco del Grupo Covid-19, con Ignacio Aguado de convocante, Escudero plantea intentar poner los criterios en común, pero abordándolos desde un punto de vista técnico. Se emplazan a ello.
Esa tarde, Illa aparece en los televisores de toda España y dice que ha apreciado un "ambiente propicio" en Madrid. Pero no aclara nada concreto. Solo que, al día siguiente se reunirán la Ponencia Técnica de Alertas, después los directores generales de Salud Pública, y debatirán ese borrador con el que quiere ir Salvador Illa al Consejo Interterritorial para que se vote la propuesta que de "ahí resulte", apuntó el ministro.
El vicepresidente del Gobierno de Isabel Díaz Ayuso califica el encuentro del martes de principio de acuerdo. Coloca ese mensaje en su tuit y, entre lo que afirma Moncloa y lo que añade Aguado, los medios se hacen eco del acuerdo entre las dos administraciones para cerrar Madrid.
Pero fuentes de la negociación desmienten esta algarabía adelantada. Apuntan que queda mucha tela que cortar, y que, aunque no han salido a desmentir a Aguado, explican en un comunicado que "tras el encuentro, ambas administraciones se han empleado a seguir negociando los criterios técnicos para establecer a la hora de tomar medidas de restricción de movilidad y actividad ante la evolución del coronavirus".
Madrid trasladará su propuesta: criterio único para todas las CCAA, PCR de origen en el aeropuerto de Barajas y, refuerzo de Renfe y AVE.
La sorpresa
Ese miércoles 28 de septiembre se filtra el borrador de Illa a las CCAA en la Cadena Ser. En él, perdura el criterio de 500 casos por cada 100.000 habitantes. El diálogo entre Madrid y Moncloa no quedaba reflejado por ninguna parte del documento. Desde primera hora de la mañana, se reúne la Ponencia Técnica de Alerta, después los directores generales en la Comisión de Salud Pública con evidentes discrepancias. A las cuatro de la tarde comienza el pleno de la Interterritorial con el ministro y los consejeros. Y por sorpresa, el borrador se vota sin poder introducir ningún tipo de criterio de las CCAA.
Al acabar la reunión -relatan fuentes de eE -, el ministro dijo expresamente que, como no había habido acuerdo -seis CCAA votan en contra-, el borrador se llevaría al plano técnico y se devolvería a la Ponencia. Pero cual fue la sorpresa que, horas más tarde, Illa anuncia una orden, y antes de publicarla en el BOE, la envía a las 22.48 a las CCAA.
Unas horas antes, y sin la sospecha de que el ministro acudiría a la Interterritorial con un borrador cerrado, la CAM emite un comunicado y destaca "el compromiso de colaboración, trabajo conjunto y lealtad institucional".
Madrid, un gobierno roto
En cuatro días, Ignacio Aguado, vicepresidente de la Comunidad de Madrid, ha dado muestras de su actuación unilateral emitiendo mensajes sin consensuar con la presidencia de la Comunidad de Madrid. Empezó el martes 29 dando por hecho el principio de una acuerdo que no existía. El 30 ponderó la búsqueda de consensos y ocultó que Illa se saltó su compromiso de negociar aspectos técnicos, y el 2 de octubre afeó que Ayuso vaya a los tribunales, pese a que la orden de Illa reconoce que se puede interponer un recurso de reposición. Y este mismo viernes se produjo la primera dimisión, la del consejero de Políticas Sociales, Igualdad, Familias y Natalidad, Alberto Reyero, de Ciudadanos, apelando a la "unidad de las instituciones como el camino más acertado para vencer al virus".