Economía

El mal endémico del ahorro: España aplica la mitad de incentivos al plan de pensiones que la UE

  • El sector reclama al Gobierno "más ambición" en los incentivos fiscales
  • El IEE advierte que retirar estímulos mermará las inversiones privadas
  • Holanda aplica hasta tres veces más incentivos fiscales al ahorro que España
Fuente: Dreamstime.
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En pleno debate sobre la eficacia de los incentivos fiscales de los que se benefician los planes de pensiones en nuestro país, y con el telón de fondo de la reforma del sistema público en las postrimerías de la negociación, un informe sobre El marco fiscal de los planes de pensiones elaborado por el Instituto de Estudios Económicos (IEE) arroja luz sobre uno de los problemas que sustancia el debate actual y es que nuestro país aplica la mitad de incentivos fiscales a los planes de pensiones, es decir ahorro privado, que los principales de la UE y la OCDE.

Concretamente, tal y como apunta el informe elaborado por el director general del IEE, Gregorio Izquierdo, el nivel que supone el incentivo fiscal en base al volumen de las aportaciones de planes de pensiones en nuestro país es claramente inferior a la media de las principales potencias europeas y del resto del globo. Una proporción que se aprecia claramente en el nivel que supone el incentivo fiscal en base al volumen de las aportaciones de planes de pensiones en cada país y en relación con la media de la OCDE. De este modo, si en España este nivel de proporción del incentivo respecto a las aportaciones realizadas supone el 58% del total respecto a la media OCDE, la intensidad de este incentivo, de media es 42 puntos porcentuales menos. Y en lo que refiere a la UE, cuyo promedio es algo peor que el de la OCDE, el sistema de incentivos fiscales en España se sitúa en el 65% de la media europea. En cualquier caso, la distancia en relación con los países con mejores prácticas de incentivos fiscales de la OCDE y de la UE es muy superior, ya que Irlanda u Holanda están por encima del 170% de la media de la OCDE, que es equivalente a un incentivo fiscal tres veces superior al de España.

Uno de los principales frenos que encuentra el sector en nuestro país, derivado del escaso desarrollo de la industria en comparación con los países del entorno está en que frente a la extendida opinión de que las aportaciones a planes y fondos de pensiones tienen beneficios o incentivos fiscales en nuestro país, más que incentivos, lo que se obtiene al realizar las aportaciones es un diferimiento de pago de impuestos. En este sentidos, critica el informe que al coincidir en la prestación tanto rentas irregulares del trabajo como rentas del ahorro, "en la práctica se podrían gravar ambas partes bien como renta irregular del trabajo, o bien como renta del ahorro, lo que no resulta razonable es que se graven como rendimiento regular del trabajo unos rendimientos que son irregulares y que, además, en parte corresponden a rendimientos del ahorro".

"Por ello, en un marco para reforzar el incentivo fiscal a los planes de pensiones en España se debería recuperar, al menos, un tratamiento diferenciado ventajoso a las prestaciones como, de hecho, hacen muchos países de la OCDE", apunta el informe. Una tendencia que se sustancia en el tamaño de los fondos de pensiones con respecto al PIB que presenta también un rango de variación importante. En aquellos países con sistemas privados de pensiones fuertes, como Holanda, Suiza o el Reino Unido, los fondos de pensiones, con un valor superior al 100% del PIB, canalizan el ahorro privado y constituyen el principal proveedor de capital a la industria, a la vez que constituyen la parte fundamental de la tasa de sustitución del sistema; sin embargo, en España no alcanzan el 10% del valor del PIB.

Advierten así desde el IEE que en ausencia del mecanismo de exención, que es un diferimiento, las cantidades aportadas tributarían dos veces, cuando se generaran (y aportaran al sistema de ahorro-previsión) y cuando se rescataran; esto es, se produciría una doble imposición. Por lo tanto, si se eliminara la reducción de la base imponible (exención) de la aportación, habría que modificar la tributación de la parte percibida como prestación en el futuro, de otro modo, para aquellos contribuyentes con tipos marginales altos, cercanos o superiores al 50%, nos encontraríamos ante un supuesto de imposición confiscatoria, con tributación real que se podría situar en el entorno o por encima del 100%.

El sector pide más "ambición" al Gobierno

En el acto de presentación del informe, la presidenta de Unespa, Pilar González de Frutos, reclamó no confundir el debate sobre la existencia de los incentivos fiscales al ahorro para la jubilación con el de su eficacia, no teniendo cabida el primero y requiriendo el segundo incrementar las medidas si no están funcionando como se esperaba, en lugar de eliminarlas e insistió en que el debate sobre si debería haber incentivos fiscales al ahorro no debería existir en una sociedad desarrollada del siglo XXI, como sucede en la mayoría de países vecinos, donde "nadie cuestiona el papel del Estado a la hora de fomentar el ahorro y la previsión de sus ciudadanos", sino que discuten únicamente sobre la eficacia de sus medidas.

En cuanto al debate sobre si esos beneficios están aportando las ventajas que se esperaba, González de Frutos defiende que los incentivos no son innecesarios, sino "fundamentales" para determinados colectivos como el de los trabajadores autónomos y los pequeños empresarios, que necesitan disponer de incentivos para su ahorro. Además, la presidenta de la patronal advierte de que para retirar los beneficios fiscales habría que mantener en el tiempo la "generosidad" de la previsión pública, algo que considera "poco probable".

Incluso en el caso de que los beneficios fiscales no estuviesen funcionando como se esperaba, la presidenta de Unespa ha asegurado que lo correcto sería intensificar, mejorar y complementarlos. "Si nos hemos quedado cortos, entonces lo que tenemos que hacer es ser más ambiciosos, no menos. Un médico, cuando ve que su enfermo no responde al tratamiento debidamente, le aumenta la dosis, no le da el alta. Si ve que el tratamiento ha mejorado una función corporal pero no otras, buscará la manera de atacar lo que todavía está enfermo, pero no renunciará al tratamiento que se ha demostrado eficaz", apostillaba para rebatir el argumento de aquellos que defienden la eliminación de los beneficios fiscales al ahorro por ser ineficaces.

Incentivar ahorro en la empresa

Por su parte, el presidente de Inverco, Ángel Martínez-Aldama, rechazó la "excusa" del estrechamiento del presupuesto, pues existen otros conceptos de gasto mucho más elevado que reportan un beneficio muy reducido y que han sido analizados por AIReF. Además, aseguró que la falta de concienciación a largo plazo en la necesidad de ahorrar para la jubilación está relacionada con la falta de información sobre la pensión estimada y por la elevada tasa de reemplazo del sistema público.

En su opinión, los beneficios al ahorro deberían reformularse en tres vías: la potenciación del segundo pilar del sistema de empleo, la coexistencia necesaria de ambos pilares y la mejora de la fiscalidad.

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