El sector de los planes de pensiones se defiende tras el informe publicado recientemente por la AIReF donde aseguraba que los incentivos a los planes de pensiones eran regresivos, no servían para generar ahorro y solo beneficiaban a las personas con las rentas más altas, además de conllevar un coste fiscal para el Estado de 1.650 millones de euros. Este documento, más allá, puede significar el estoque definitivo para estas deducciones ya que el propio ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, tenía intención de llevar a cabo en esta legislatura. Por ello, desde el sector Invero y Unespa han pedido que estos sean reformulados para hacerlos más atractivos y eficaces, e incluso organizaciones como el IEE pide un análisis mesurado de los resultados arrojados por el informe e ir hacia un modelo que los haga "más jugosos" para el ahorrador.
Entre las alternativas este funesto final que pretende el Gobierno para estas desgravaciones fiscales para los ahorradores desde Inverco, la patronal de las gestoras de planes de pensiones, y desde Unespa, homóloga para las compañías aseguradoras, proponen reformular este beneficio fiscal, de forma que potencie los incentivos al segundo pilar -los planes de empleo- y recuperar más deducciones, como la del 10% en el impuesto de Sociedades por aportaciones a planes de pensiones de sus empleados. De hecho, en para el caso de los planes individuales ambos organismos coinciden en reconocer la falta de atractivo para el ahorrador particular porque la fiscalidad de los sistemas de previsión social supone un "mero diferimiento" de la tributación y su tratamiento tributario es el mismo que tienen las pensiones públicas, apuntan desde Unespa, mientras que Inverco recuerda que este incentivo fiscal en España se sitúa a la cola de los países de la OCDE y que el importe real para Hacienda es de de solo 450 millones y no los 1.630 millones incorporados al estudio de la AIReF.

Por su parte el director general del IEE, Gregorio Izquierdo, asegura que ciertamente el análisis elaborado por la Autoridad Fiscal pone de relieve las necesidades de modificaciones sobre este incentivo para las aportaciones a planes de previsión social complementaria pero que no logra concluir que lo mejor para el impulso del ahorro privado sea más conveniente su eliminación sino que todas las conclusiones apuntan a una remodelación del incentivo, que en todo caso "debería ser mayor".
Por ello, el director del IEE aboga como alternativas a la eliminación que promulga el Gobierno, medidas que amplíen la base de ahorradores y que hagan más "jugosas" las aportaciones a planes de ahorro previsional a largo plazo. Por un lado estaría el aumento del límite exento que se sitúa en los 8.000 euros y que se podría ampliar para mejorar la efectividad del incentivo a la hora de aportar por encima de este límite e incrementar el volumen de ahorros depositados cada año.
Por otro lado, en línea con las demandas de Inverco y Unespa, Gregorio Izquierdo explica que uno de los males endémicos de los planes de pensiones que lamina su expansión en España es el diferimiento fiscal que supone esta desgravación inicial de las aportaciones y que a la hora del rescate desaparece ya que este capital tributa como renta del trabajo con un elevado costes que implica prácticamente pagar en este momento todos los impuestos que te ahorraste durante las aportaciones al plan.
"En ninguna parte del reglamento de planes y fondos de pensiones dice que solo se pueden beneficiar esas rentas. Eso es producto de la situación general y de quién se lo puede permitir y quién no. Que solo se benefician esos perfiles es un hecho, pero nadie lo desea, no está escrito en la ley y si una persona de menores ingresos quisiese beneficiarse podría hacerlo ya que nadie se lo impide. Hay que normalizar el mercado de trabajo y los salarios y la gente podrá permitirse ahorrar" asegura al respecto el consultor en longevidad y pensiones en LoRIS (Longevity and Retirement Income Solutions), José A. Herce, quien explica que aquí solo hay un diferimineto fiscal porque el verdadero incentivo estaría en aplicar deducciones, por ejemplo, en el rescate.