Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo, no ve la reciente apreciación del euro como un problema acuciante para la inflación, aunque ha reconocido que a medio plazo sí puede tener un impacto negativo sobre los precios. Por ahora, sobre el reciente 'rally' del euro, Lagarde ha asegurado que "el tipo de cambio no es nuestro objetivo", unas declaraciones que han desatado fuertes subidas para la divisa europea en el mercado, que se acerca nuevamente a los 1,19 dólares por unidad.
"El Consejo de Gobierno ha discutido la apreciación del euro, pero nuestro mandato es la estabilidad de precios y nosotros no tenemos un objetivo sobre el tipo de cambio. No obstante, hemos discutido la fortaleza del euro porque tiene implicaciones negativas para la inflación, eso es algo que hemos debatido durante la reunión del Consejo", ha reconocido la presidenta del BCE.
Además ha hecho hincapié en ello en un intento por fortalecer algo el mensaje: "Quiero destacar que esta vez hemos incluido la apreciación del euro en la reunión, algo que no habíamos hecho antes, porque este movimiento es importante para los precios en la zona euro, de modo que estamos mirando con atención el tipo de cambio". Pese a todo, Lagarde ha reiterado en varias ocasiones que el banco central no apunta al tipo de cambio, es decir, reconocen que afecta a los precios pero no aplicarán medidas ad hoc para debilitar la divisa única. Este ha sido el mensaje con el que se han quedado los mercados.
Recuperación con dudas
Por otro lado, Lagarde ha destacado que desde la reunión de junio, la zona euro ha vivido un fuerte rebote en la actividad que empieza a ser un tanto incierto ante las grandes amenazas que plantea el covid-19. Además, la presidenta ha reconocido que la recuperación está comenzando a perder impulso ante "la perdida de fuerza del sector servicios".
"Si bien la actividad en el sector manufacturero ha seguido mejorando, el impulso en el sector de servicios se ha desacelerado algo recientemente. La fuerza de la recuperación sigue rodeada de una gran incertidumbre, ya que sigue dependiendo en gran medida de la evolución futura de la pandemia y del éxito de las políticas de contención", ha explicado en rueda de prensa.
La demanda interna de la zona del euro ha registrado una recuperación significativa desde que tocase suelo, no obstante, "la elevada incertidumbre sobre las perspectivas económicas sigue pesando en el gasto de los consumidores y la inversión empresarial". La inflación general está siendo, además, lastrada por los bajos precios de la energía y las débiles presiones sobre los precios en el contexto de una demanda moderada y un exceso de recursos humanos ociosos en el mercado laboral (desempleo y Ertes).
Mantiene los tipos y el QE
Por otro lado, el Banco Central Europeo (BCE) ha optado por mantenerse a la espera y no mover ficha en lo que ha sido la primera reunión tras el parón de agosto. El BCE ha dejado la tasa sobre la facilidad de depósito en el -0,5%, el tipo de interés principal de refinanciación en el 0% y el tipo sobre la marginalidad de crédito en el 0,25%. Por otro lado, el programa de compra de activos contra la pandemia (PEPP) se mantiene en los 1,35 billones de euros con fecha de vencimiento en junio de 2021. No obstante, el Consejo de Gobierno reinvertirá el principal de los valores adquiridos en el marco del PEPP que vayan venciendo al menos hasta el final de 2022. Lea aquí el comunicado.
El último dato de inflación ha dejado el crecimiento anual de los precios en negativo (-0,2% en agosto), cuando el objetivo está cerca del 2%. Además, la inflación subyacente (sin ponderar energía, ni alimentos frescos) se ha reducido con fuerza hasta el 0,4%. La crisis está haciendo mella en los precios, como se esperaba, pero quizá con lo que no se contaba tanto era con la fortaleza del euro, más cuando en periodos turbulentos es el dólar quien recibe gran parte de los influjos de capitales, generando la apreciación del 'billete verde' respecto a la moneda europea.
Sin embargo, Lagarde ha querido dejar claro que ese dato mensual de inflación no describe la situación real de los precios en la zona euro. En el medio plazo la inflación recuperará el territorio positivo. Sobre si teme a la deflación, la banquera ha afirmado que las previsiones del BCE no contemplan este escenario y los riesgos se han reducido. Además, el banco central ya ha reanudado la revisión estratégica que incluye modificaciones sobre las medidas de inflación y la estabilidad de precios, según la revelando la banquera.
"La apreciación del euro contra el dólar ha sido demasiado acusada en un momento en que la economía de la zona euro se encuentra en medio de su peor recesión y muy lejos de su objetivo de inflación", señalan desde Bank of Amercia Merryll Lynch. La inflación subyacente o core ha tocado mínimos desde la creación de la zona euro, poniendo al banco central en una posición muy compleja.
El BCE se encuentra bajo presión tras el movimiento de la Reserva Federal de EEUU. La Fed ha cambiado sus metas de inflación a más largo plazo y con más flexibilidad. La responsabilidad recae sobre el BCE y su propia revisión de la estrategia, que no se publicará hasta 2021. "Claramente, un objetivo de 'inflación cercana pero por debajo del 2%' suena mucho menos dovish que el nuevo enfoque de la inflación de la Fed. Esto podría sostener estructuralmente al euro y dificultar aún más la generación de suficiente inflación", aseguraban desde BNP Paribas.
Nuevo cuadro de previsiones
La presidenta, además, ha anunciado una ligera revisión de las previsiones económicas de junio. Los economistas del banco han reducido el impacto del coronavirus para este año reduciendo la caída del PIB de la zona euro al 8% respecto al 8,7% estimado anteriormente. Sin embargo, la recuperación para los siguientes ejercicios va a ser más moderada. Para 2021, el crecimiento previsto es dos décimas inferior hasta el 5% y para 2022, una décima inferior al 3,3%.
Mejora ligeramente las previsiones
Por su parte, el BCE ha mantenido intactas sus previsiones sobre inflación. En los últimos día se había especulado con la idea de que iban a ser recortada tras el dato de IPC de agosto y la fortaleza que está mostrando la moneda comunitaria. De esta manera, espera que los precios se sitúen al 0,3% a finalizar al año, actualmente se encuentra en territorio negativo. En 2021 confía que repunten al 1% y en 2022 asciendan al 1,3%. Niveles que estarán muy por debajo del objetivo de inflación del 2%.
