Economía

El Consejo Europeo propone recortar las subvenciones del fondo de reconstrucción para atraer a los 'Frugales' al acuerdo

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Los líderes europeos, reunidos en Bruselas desde el viernes, iban camino de hacer historia. La cumbre para aprobar el fondo de recuperación frente a la crisis del covid-19, y para cerrar el presupuesto plurianual para los próximos siete años, tenía posibilidades de superar a la de Niza del año 2000 como la más larga en siete décadas de historia de la UE. Un encuentro único para atar una respuesta sin precedentes a la mayor recesión desde que nació el proyecto comunitario, y la pandemia más seria en el último siglo.

Tras cuatro días de negociación, decenas de encuentros entre los jefes de los Ejecutivos, retrasos, presiones, amenazas y una montaña rusa de emociones, los líderes se acercaban a un acuerdo que se adivinaba muy complicado antes del arranque de la negociación, que ya se esperaba como la más difícil de la UE hasta la fecha.

El timonel de la cumbre, el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, anunció sobre las 18.50 horas del lunes una nueva propuesta, resultado de las consultas con los líderes durante los últimos dos días. "Los últimos pasos siempre son los más difíciles, pero estoy convencido de que es posible el acuerdo", añadió.

La propuesta incluye 390.000 millones de euros en ayudas a fondo perdido (grants), con 360.000 millones de euros en préstamos. Es decir, la misma cifra total que propuso la Comisión Europea, 750.000 millones de euros, aunque el Ejecutivo comunitario propuso 500.000 millones de euros en transferencias no reembolsables.

Este punto, prioritario para los más afectados por la pandemia como España e Italia, atrajo la mayor parte del tiempo y la energía desde el arranque de la cumbre. Tras numerosos tiras y aflojas, el bloque de los Frugales, liderado por Holanda, pasó de rechazar las ayudas a fondo perdido en días previos a aceptar 390.000 millones. El peaje fue un estrecho control de las reformas que tendrían que presentar Madrid o Roma para acceder a las ayudas. Así, Holanda podría activar un freno de emergencia en los desembolsos si no estaba satisfecha con el cumplimiento de las reformas, y someter el asunto a un examen político entre los líderes. No obstante, el texto de Michel señala que, cuando haya reservas de un país, el tema será "discutido firmemente" por el Consejo Europeo, pero no indica que un socio pueda bloquear los desembolsos.

"Freno de emergencia"

Así, cerca de la medianoche, parecía que el acuerdo estaría ya bastante encarrilado. De esta manera, se esperaba que el pacto aterrizara en las primeras horas del martes, coincidiendo con el Día Nacional de Bélgica. Habría un acuerdo ya casi cerrado con los líderes implicados sobre los puntos más conflictivos: el volumen de las ayudas a fondo perdido, la gobernanza del fondo de recuperación y el Estado de Derecho como condicionalidad.

Las mismas fuentes explicaron que los 390.000 millones de euros en transferencias no reembolsables estaban más o menos fijados, aunque todavía quedaba por perfilar a qué se dedicaría parte de ellos.

En el asunto de la gobernanza del fondo, es decir, cuán férreo será el marcaje al controlar las reformas para acceder a la ayuda, el primer ministro holandés, Mark Rutte, acepta la propuesta de Michel. Es decir, un "freno de emergencia" para examinar al más alto nivel las reformas, pero no para vetar los desembolsos, como había querido inicialmente. En principio, el texto también recibió la bendición de Italia, que había protestado por un marcaje estrecho, más incluso que España.

Orban, uno de los vencedores

El Estado de Derecho como condicionalidad, uno de los puntos más conflictivos de la cumbre, fue aprobado al arranque de la cena por aclamación, informaron fuentes comunitarias a este diario. Sobre todo representó una victoria para el primer ministro húngaro, Viktor Orban, ya que consiguió aguar este mecanismo precisamente ideado para vigilar y contener la deriva autoritaria en su país.

El texto final, que fue adelantado a elEconomista, mantiene la mayoría cualificada para la aprobación de sanciones, lo que le permitiría construir una minoría de bloqueo, frente a la mayoría cualificada inversa, que querían algunos países. En este caso, Orban hubiera tenido que convencer a una mayoría de países para detener las sanciones.

El texto final además limita la aplicación de la condicionalidad para acceder a los fondos al fraude e irregularidades relacionadas con la auditoria de los beneficiarios de proyectos comunitarios. El texto original era más amplio, al hacer referencia a "deficiencias manifiestas en la buena gobernanza" en la gestión de programas comunitarios en un Estado miembro.

Aumentar los cheques

Los Frugales también consiguieron a cambio de ceder con las ayudas aumentar sus 'cheques'. Estos son las compensaciones que obtienen anualmente del presupuesto comunitario, alegando que reciben menos de políticas comunitarias como los fondos agrícolas o la Cohesión.

Los 390.000 millones ya habían quedado fijados como el límite para los Frugales cuando Michel suspendió la negociación a las 6 de la mañana de este lunes, tras un fin de semana agotador. Sin embargo, resultaban insuficientes para el resto de Estados miembros, que insistía en no bajar más de 400.000 millones de euros.

Fuentes diplomáticas señalaron a elEconomista que el presidente francés, Emmanuel Macron, lideró la ofensiva para proteger los 400.000 millones en subvenciones.

El primer ministro húngaro, Viktor Orban, respaldado por Polonia, amenaza con vetar el acuerdo final

El volumen de las ayudas a fondo perdido o la gobernanza del fondo, dos asuntos interrelacionados, eran sin embargo tan solo dos de los obstáculos hacia el acuerdo. Los 27 todavía tenían que solucionar el asunto del respeto al Estado de Derecho para acceder a los fondos comunitarios. Aunque la gran mayoría quiere esta condicionalidad, el primer ministro húngaro, Viktor Orban, respaldado por Polonia, amenaza con vetar el acuerdo final si se incluye. Y se requiere la unanimidad para aprobar el presupuesto plurianual. Al mismo tiempo, un pequeño grupo de países, liderados por el checo Babis, se opone a dedicar el 30% de los fondos de la recuperación a metas climáticas.

Y todavía quedaban otros temas del presupuesto plurianual hasta 2027, de 1,074 billones de euros. Fuentes comunitarias informaron que las cifras de las grandes partidas, como Agricultura, tan importante para España, todavía estaban por fijarse, lo que podría alargar aún más la discusión.

Aunque el optimismo era generalizado, nadie sabía bien cuando podría terminar la cumbre. No obstante, frente a otras ideas que circularon inicialmente, como convocar una cumbre a finales de este mes, ahora los líderes estaban dispuestos a cerrar el acuerdo.

"Tenemos esperanzas de que hoy pueda llegarse a un acuerdo, o por lo menos de que este acuerdo sea posible", dijo la canciller alemana, Angela Merkel, a su llegada este lunes.

Aunque la meta se viera en el horizonte, los metros finales iban a representar una dura batalla. Aquellos líderes con más experiencia en la sala, como los Rutte, Orban y Merkel, pero también con más aguante son los que marcarían la diferencia en los compases finales.

Partes del acuerdo que saliera de la cumbre tenían que ser aprobados posteriormente por los parlamentos nacionales y el Parlamento Europeo, que había exigido una respuesta económica ambiciosa. El presidente de la Eurocámara, David Sassoli, advirtió que no le gustaba lo que estaba surgiendo, y los eurodiputados podrían vetarlo.

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