El mes de mayo ha dado un respiro al mercado laboral con la primera creación de empleo desde el inicio de la pandemia. Y no solo por los 187.814 empleos recuperados entre el día 1 y 31 del pasado mes sino por los datos ofrecidos por los ERTE donde según los datos ofrecidos por el SEPE, hasta 457.909 han salido de los expedientes de regulación temporal de empleo por fuerza mayor, lo que supone un 12,5% de total de trabajadores afectados por esta situación desde el comienzo de la pandemia.
Concretamente, del total de afiliados a cierre de mayo, 2.998.970 estaban protegidos por una situación de suspensión total o parcial por Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE), y de ellos, 2.616.553 se encontraban en situación de ERTE por fuerza mayor. Desde finales de abril, 457.909 personas han dejado de estar en situación de ERTE por fuerza mayor, mientras que 70.094 se han visto incluidas en un ERTE pero no por fuerza mayor, de modo que los trabajadores incluidos en este tipo de modalidad de suspensión laboral ascienden a 382.417 personas.
A finales de mayo, los sectores donde hay más afiliados en un ERTE por fuerza mayor son Servicios de comidas y bebidas (651.442 afectados), Comercio al por menor, excepto de vehículos de motor y motocicletas (327.158) y Servicios de alojamiento (216.115).
Por último, las comunidades donde hay más ocupados en ERTEs de fuerza mayor son Cataluña (520.776), Madrid (455.454) y Andalucía (364.643). Le siguen por volumen de trabajadores ingresados en el ERTE los 256.611 trabajadores de la Comunidad Valenciana, los 196.032 de las Islas Canarias, los 144.144 de Baleares y los 118.258 de Galicia. Cabe recordar que entre los trabajadores que se han incorporado al paro y los que se han visto afectados por un ERTE desde el inicio de la pandemia a mediados de marzo suman casi 7 millones de trabajadores que han sido expulsados del mercado laboral, cifras nunca antes conocidas, tampoco en la anterior crisis económica. En este sentido, la tasa de parados, de personas que no trabajan, ascendería hasta el 34% de la población activa.
Demoras en los pagos
Según los datos del paro y de afiliación correspondientes al mes de mayo y que a parte de la recuperación de puestos de trabajo arroja un frenazo en las inscripciones del SEPE respecto a meses anteriores, en el impacto económico económico asociado al desplome del empleo se puede apreciar en el desembolso efectuado por la acción protectora del Estado hacia los trabajadores y los empresarios con las medidas desplegadas en los últimos dos meses y con un impacto presupuestario en la Seguridad Social de 35.000 millones de euros entre bonificaciones, aplazamientos y ayudas para los autónomos.
Así, en el mes de mayo la cifra total de prestaciones abonadas por parte del Servicio Púbico de Empleo Estatal asciende a 5.988.572, de las que 791.921 son nuevas prestaciones. El total incluye las prestaciones por desempleo y los afectados por un ERTE, incluidos los que regresaron total o parcialmente a la actividad durante el mes de mayo y el importe abonado asciende a 5.121 millones de euros.
Aunque el Ministerio de Trabajo cuantifica en un 2% los trabajadores afectados por ERTEs que no han cobrado la prestación, el Servicio Público de Empleo (SEPE) ha habilitado un buzón a través de la dirección de correo electrónico miprestacion2020@sepe.es para dar respuesta a la avalancha de quejas de las personas que o no han cobrado todavía o han cobrado menos de lo que le correspondía, según explican a elEconomista fuentes del organismo público.
Sobre el retraso en el abono de las prestaciones, el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) informó ayer de que ha reconocido más del 98% de todas las prestaciones de los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) presentados desde el inicio de la pandemia hasta el día de hoy y ya están abonadas a los trabajadores y trabajadoras afectadas. Puesto que cuantifica en más de 3,4 millones de prestaciones de Expedientes de Regulación Temporal de Empleo concedidas, el 2% supone que unas 68.000 personas todavía están pendientes de cobro. El problema más frecuente es que en una misma empresa una parte de la plantilla sí ha cobrado, pero algunos empleados ni han cobrado, ni saben porqué.