Los economistas, analistas y expertos lo tienen ya claro. La única salida a la crisis económica provocada por el coronavirus Covid-19 es el rescate de la economía española. Los especialistas consultados por elEconomista coinciden en que la escalada del déficit público lo situará por encima del 10%, por encima de las previsiones del Gobierno, lo que abocará al país a la intervención de sus cuentas públicas.
A su juicio, España necesitará fondos por encima de los 100.000 millones de euros. Además, coinciden en situar el déficit estructural, que se origina independientemente de la influencia del periodo económico, por encima de la frontera del 3%, que suele marcar la entrada de un rescate económico.
Los economistas concluyen que el apoyo financiero será fundamental porque a medida que la magnitud del deterioro económico se vaya poniendo de manifiesto y el déficit público sea conocido el mercado, los inversores van a reaccionar negativamente, la prima de riesgo se va a ir deslizando al alza y la demanda de deuda se resentirá.
El Consejo General de Economistas, presidido por Valentín Pich, subraya que los próximos meses estarán marcados por una reducción de los ingresos públicos, fundamentalmente por la bajada de la recaudación de impuestos, y un incremento del gasto público para hacer frente a la emergencia sanitaria y social en primer lugar y también económica. Como consecuencia, el déficit se incrementará hasta situarse entre el 13% y 15% mientras que la deuda, en el escenario más optimista, podría centrarse en el 113%.
María Jesús Fernández, de Funcas, estima que "si no se toman medidas correctivas, no ahora, claro está, sino a partir del año 2021 y sobre todo del próximo año 2022, el déficit estrucutral se situará cerca del 6%".
"Esto en román paladino se llama Troika, hombres de negro", señala el economista Miguel Ángel Bernal, miembro del Consejo Editorial de elEconomista. Bernal explica que el Banco Central Europeo ligará las líneas de compra de deuda a que los países acudan a mecanismos de salvamento que tiene la Unión Europea. "El MEDE cuenta con 410.000 millones y recientemente ha creado una línea de crédito con condiciones reforzadas, por lo que todas las ayudas estarán condicionadas", añade.
Camino equivocado
"Salvo un cambio de Gobierno con una agenda de reformas y austeridad presupuestaria muy sólida, el camino que parece seguirá el actual Gobierno no hará sino empeorar las perspectivas de los analistas sobre la economía española, porque se incrementarán mucho los impuestos, pero no se actuará tan decididamente sobre el gasto, lo que puede provocar efecto bumerang y reducir finalmente la recaudación, aumentando el déficit", apunta el profesor de Finanzas Juan Fernando Robles.
El experto considera que el rating de España puede degradarse en el plazo de un año o año y medio hasta el bono basura y la prima de riesgo escalar a guarismos por encima de 500 puntos básicos, lo que supone estar al borde de la quiebra del Estado. "Las necesidades de financiación en los 3 próximos años pueden llevar a tener que emitir entre renovación de deuda y nuevas colocaciones, aproximadamente unos 900.000 millones de euros, cantidad que desbordará las posibilidades de absorción por el mercado, aunque el BCE tenga una actuación decidida", añade.

Por su parte, el economista Javier Santacruz destaca que "no es asumible un incremento súbito de 20 o 25 puntos de PIB de deuda ni tampoco hay capacidad real de una mutualización de tales cantidades de nueva deuda por parte de la Unión Europa, y con una capacidad limitada por parte del BCE para realizar compras que cubran al menos el 70% o el 80% de las nuevas emisiones".
El economista Daniel Lacalle considera que España no tendría por qué estar abocada a una crisis si tuviera un Presupuesto que mandar a Bruselas. El Gobierno ha rechazado elaborarlo este año. "No se puede estar con el Presupuesto de bonanza de Montoro en esta situación", subraya. A su jucio, "si no cambia la política fiscal, te acabas viendo en el rescate".
En esta línea, el socio fundador de Nextep Finance, Víctor Alvargonzález, recomienda prestar atención a las alzas de la prima de riesgo porque existen altas probabilidades de necesitar un rescate. "Después de esto nos va a venir un alza impositivo muy grande", añade.
Sin embargo, Maria Jesús Fernández Sánchez, de Funcas, considera que es poco probable en el corto plazo "siempre que el BCE siga apoyando nuestra deuda y la deuda italiana con compras masivas". La especialista apunta sin embargo que "si las tensiones aumentan puede llegar un momento en que por diversas circunstancias no pueda seguir comprando".
En cuanto al importe del rescate, las cifras varían pero los expertos lo sitúan por encima de los 100.000 millones de euros. Miguel Ángel Bernal reconoce que "aún es difícil de calcular" pero sostiene que "no me extrañaría nada que fuera de unos 200.000 euros entre todas las ayudas a los sectores". Bernal recuerda que la ayuda que recibió España por la crisis de 2008 fue de unos 65.000 millones. "En esa crisis no se alcanzó en ningún momento los niveles de caída del PIB que se prevén para este año. Javier Santacruz también opina que superaría los 200.000 millones de euros.
La economista Almudena Semur señala que "caída de PIB, cifra de paro y nivel de endeudamiento son elementos clave para ser rescatados". La experta apunta que "si comparamos la proyección a final de año del escenario actual con el escenario del año 2012 , año en el que estuvimos a punto de ser rescatados, podemos ver que estas variables estaban muy por debajo de las que se dan en la proyección actual a final de año. Por lo que necesitamos un rescate entre 150 y 175 mil millones de euros".
Pasando la frontera del 3%
Uno de los aspectos clave para valorar si la economía entra en una fase de peligro que termine por ser intervenida es el déficit estructural, que se origina independientemente de la influencia del periodo económico. Por encima del 3% suele ser una situación comprometida. Los especialistas consideran que esta barrera se rebosará.
"El déficit rebasara el 3% con toda seguridad por tres motivos: Caída de al recaudación, aumento del gasto estructural del Estado y desplome de la demanda interna", explica Almudena Semur. En la misma línea, Javier Santacruz recuerda que el déficit estructural está ya en el 2,7% del PIB y es muy probable que rebase el 3%, incluso llegando al 7,4% del año 2011 previo al rescate de 2012.
"Claro que rebasaremos el 3% en el déficit estructural y estamos abocados a la intervención", subraya Miguel Ángel Bernal. "Si ya estamos encaminados a ello no tiene sentido no acudir a las líneas de financiación especial que tiene la Union europea", añade. "En el momento que el Eurogrupo tome una decisión, el BCE va a ligar las líneas de compra de bonos que tenga en este momento a los países siempre y cuando acudan al MEDE y en ese momento se incrementaría todas las posibilidades de compra de bonos, que en estos momentos está en torno a los 750.000 millones", asegura.
Garamendi también lo cree
El presidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), Antonio Garamendi, insinuó en una entrevista radiofónica que España podría necesitar un rescate de la UE. El presidente de la patronal, aunque evitó decir la palabra rescate cuando fue preguntado por ello, dijo que desde la UE "creo que no nos van a dar el dinero a fondo perdido". El máximo responsable de la patronal española afirmó que "Europa va a entender" el gasto "coyuntural" de España, pero no "gastos estructurales".
Garamendi apostó por gastar lo necesario en este momento, pero "el año que viene, tener un rigor presupuestario o una ortodoxia económica como hace años no se tenía en España". A su vez, con respecto al plan de desescalada para la reapertura de la actividad diseñado por el Gobierno, Garamendi explicó que genera "bastantes dudas" en algunos sectores, como la hostelería o el comercio. Garamendi indicó que conoció el plan a través de los medios de comunicación y valoró que "empezamos a tener ya unas fechas" para la reactivación económica, pero señaló que "en algunos sectores se generan bastantes dudas", citando la hostelería y el comercio. Consideró que "es difícil que una terraza pueda estar abierta al 30% y ese negocio pueda estar abierto" e indicó que una fábrica al 20% de su capacidad "no es rentable".