Economía

La profecía autocumplida o cómo el miedo deja a la Eurozona al borde de la recesión

  • Los principales culpables de la caída de la industria alemana son los europeos
  • El miedo y la incertidumbre ha retrasado las inversiones de las empresas...
  • ... mientras que los hogares ven las orejas al lobo y optan por ahorrar más
Foto de Alamy

La profecía que vaticinaba que la guerra comercial y un Brexit sin acuerdo podrían dañar seriamente la economía de la zona euro se está autocumpliendo antes de que el Brexit sin acuerdo se haya producido y cuando la guerra comercial aún no ha tenido un impacto tangible en las ventas de bienes europeos a China y EEUU, los dos grandes implicados. El crecimiento del PIB ha perdido casi toda su fuerza y no se atisba una reversión de la tendencia a corto plazo. No obstante, toda esta neblina de incertidumbre y miedo podría aclararse algo si finalmente se llega a un acuerdo en la salida del Reino Unido de la UE y mejoran las negociaciones entre China y EEUU.

Por ahora, casi toda la desaceleración en la zona euro se puede achacar al miedo y a la incertidumbre, haciendo que la profecía esté cerca de autocumplirse: más ahorro de los hogares, menos contrataciones de las empresas, menor consumo e inversión están lastrando el crecimiento y dejando a la zona euro al borde de registrar un crecimiento cero en el tercer trimestre del año mientras que el resto del mundo sufre una desaceleración menos intensa. Los analistas de UBS creen que "las previsiones de crecimiento de los próximos trimestres dependerán de forma crucial de factores externos como el Brexit y la decisión de EEUU sobre los aranceles a los coches europeos... si el ambiente en el exterior mejora, la Eurozona será la mayor beneficiada".

La industria europea fue la primera en dar síntomas de agotamiento (ahora también el sector servicios, que ha terminado contagiándose) ante los posibles efectos de la guerra comercial entre China y EEUU, sin embargo los datos de exportación muestran que estas dos potencias han seguido comprando bienes europeos al mismo ritmo cuando menos, y por el contrario han sido los propios países europeos los que han reducido el intercambio de bienes entre ellos a la par que la industria se debilitaba. En este caso se ha podido observar que el miedo al Brexit está generando daños importantes desde hace meses, pese a que la salida del Reino Unido aún no se ha materializado.

Alemania, motor industrial de Europa, fue la primera en sentir esta caída de la confianza y la incertidumbre con un desplome de su producción industrial, llevando a este sector hacia la recesión. Lo curioso es que las exportaciones alemanas a China y EEUU se han incrementado en lo que va a de año más de un 4%. Los países que están golpeando a la industria alemana son europeos. Con datos de Eurostat hasta julio, Francia ha importado un 13% menos de bienes alemanes, Italia un 15,66%, España un 13% y Reino Unido un 17,3% menos. Como es lógico, otros países que también ha reducido sus compras a Europa han sido Argentina (-21,3%) y Turquía (-17,1%) que están sufriendo sendas crisis cambiarias y viviendo episodios de fuerte inflación y bajo crecimiento económico.

Sin embargo, la desaceleración de China no se está notando por ahora de forma evidente en la economía alemana, más allá del miedo señalado anteriormente. Las cifras de ventas al por mayor en el primer semestre de 2019 fueron un 14% inferiores a las del año anterior. Sin embargo, el segmento de lujo creció un 6% en los seis primeros meses del año, y desde entonces ha mostrado pocos signos de frenada. Mercedes-Benz, BMW y sus competidores de lujo registraron un sólido crecimiento de los ingresos en el país durante el tercer trimestre, frente a los coches de gama inferior que suelen fabricarse en la propia China u otros países que no son Alemania.

Algo similar ocurre con el resto de la Eurozona. "Las exportaciones euro a China y EEUU están subiendo... sin embargo se ignora el análisis contrafactual (no ha sucedido pero podría haber pasado) en el que los aranceles se hubieran mantenido en niveles previos a 2018. En ese mundo, la actividad económica de EEUU y China hubiera sido un par de décimas más fuerte el año pasado. Esto a su vez habría apoyado un crecimiento más fuerte de las exportaciones de la zona euro y otras parejas comerciales", explican desde TD Securities.

Sin el ruido de los aranceles y unas exportaciones extra-europeas más fuertes, el propio comercio entre países europeos habría sido más intenso y las decisiones de consumo e inversión no se hubieran pospuesto, generando un mayor crecimiento. "La región está sufriendo por los impactos de una desaceleración manufacturera doméstica que carece de un acelerador externo que compense ese golpe", señalan estos expertos.

"La mayor amplitud de la desaceleración aumenta la probabilidad de que la zona del euro se dirija hacia una recesión. A diferencia de la última contracción de la actividad económica en 2011-2013, es probable que la zona cero se encuentre en el centro de Europa y no en la periferia. Es probable que la economía de Alemania se haya contraído por dos trimestres consecutivos, y hay indicios emergentes que amenazan con otra contracción en el último trimestre de 2019. Además de las preocupaciones de recesión de Alemania, está cada vez más claro que los problemas del sector manufacturero están afectando más a los servicios", sentencian desde TD Securities.

Javier García-Arenas, economista de CaixaBank Research, destaca también que ni EEUU ni China están siendo los principales culpables de la caída de las ventas alemanas en el exterior, Reino Unido e Italia tienen gran parte de la culpa. "Este experto aporta que los ajustes de producción del sector del automóvil para adaptarse a las nuevas regulaciones de emisiones que entraron en vigor en la UE en septiembre de 2018, y una disminución de la demanda global de automóviles (en buena parte por una actitud de wait and see de los consumidores, por la incertidumbre regulatoria y por la expectativa de un abaratamiento de los coches híbridos y eléctricos gracias a los avances tecnológicos) han provocado una caída significativa tanto de la producción de vehículos como de las exportaciones de coches alemanes, que representan el 11% de las exportaciones totales de Alemania, muy por encima de la mayoría de economías de la Eurozona".

Todo lo anterior está provocando a su vez que los alemanes reduzcan sus compras de bienes europeos (-11,77% en lo que va de año respecto a 2018), lo que también afecta a la producción industrial del resto de los países de la zona euro y también a los servicios (como pueden ser los turísticos).

Incertidumbre y miedo

¿Por qué afecta tanto la incertidumbre a la zona euro? Una posible explicación a esta reacción de la industria europea es el elevado grado de apertura de la zona euro, donde las exportaciones representan un 47% del PIB. Una ralentización del comercio exterior afecta mucho más a la zona euro que a otros países que confían más en la demanda interna para sostener su crecimiento.

El BCE explicaba en un documento analítico de 2017 que la incertidumbre tiene un impacto importante en la actividad económica de la zona euro. Aunque este concepto es muy amplio, normalmente se suele referir a las previsiones económicas y a la regulación, ambas afectadas en la actualidad de forma importante. "Un incremento de la incertidumbre afecta de forma advera al crecimiento en el corto plazo revirtiendo la inversión y las decisiones de contratación", destaca el análisis.

Julián Cubero, economista de BBVA Research explica en una nota que "aunque la incertidumbre económica no es una variable directamente observable y tiene distintas formas de aproximarse, sí que se peude afirmar que es más alta ahora que en el pasado".

"Una elevada incertidumbre sobre las previsiones económicas o sobre las futuras políticas económicas supone un incentivo para que las empresas pospongan o canceles sus decisiones hasta que la incertidumbre cese o la información se más clara... La incertidumbre puede de igual forma afectar a las decisiones de los hogares reduciendo el consumo e incrementando el ahorro por precaución", destacaba el documento del BCE.

Todo lo anterior recuerda bastante a lo que ha estado sucediendo en la zona euro en los últimos meses. La incertidumbre que genera la guerra comercial (con amenazas incluidas a la Unión Europea que podrían incluir aranceles), el Brexit y el menor crecimiento global ha podido retrasar las decisiones de inversión de las empresas y ahora está afectando de forma evidente al consumo de los hogares, que están optando por el ahorro por precaución ante lo que puede venir.

La tasa de ahorro de los hogares de la Eurozona se ha situado en el segundo trimestre de 2019 en el 13,3%, tres décimas por encima del nivel registrado entre enero y marzo, y la más elevada desde el primer trimestre de 2010. De este modo, el ahorro de los hogares de la zona euro cumple tres trimestres al alza, coincidiendo con la ralentización del crecimiento de la región, que entre abril y junio se frenó al 0,2% desde el 0,4% del primer trimestre. Los nuevos indicadores 'macro' publicados hablan de una ligera mejora, mientras que las negociaciones del Brexit podrían resolverse con una salida pactada y la guerra comercial entre China y EEUU parece estar tomando una senda más esperanzadora. Todo ello podría ser vital para que la zona euro se quede a un paso de la recesión pero no llegue a caer en ella.

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