Economía

El mundo estornuda y la Eurozona queda grogui: los riesgos de ser una economía muy abierta

  • BdE: "La gran apertura hace a la Eurozona sensible a los shocks externos"
  • El peso de las exportaciones en Europa supera al de EEUU o China

El crecimiento de la economía global se desaceleró en la parte final de 2018 y se prevé que el crecimiento baje hasta el 3% en 2019. Una desaceleración relativamente modesta que, sin embargo, ha golpeado de lleno a la Eurozona, que en principio no era foco de casi ninguno de los factores que están lastrando el crecimiento global. La apertura al exterior de la zona euro (vía exportaciones), tan alabada, está siendo ahora el gran problema para esta región.

Esta es a la conclusión que llegan los economistas del Banco de España en un análisis publicado recientemente. "El elevado grado de apertura de las economías del área euro [...] ha hecho que la unión monetaria sea especialmente sensible a los shocks externos y a la desaceleración del comercio mundial". 

Según los datos de Eurostat (la agencia de estadística de la Comisión Europea), las exportaciones de bienes y servicios de la Eurozona tenían un peso del 33% en su PIB en 2003. Desde ese año hasta 2010, el peso de este sector se mantuvo relativamente estable. A partir de ese año, la crisis de deuda soberana, la austeridad impuesta en el área de la moneda única y las reformas estructurales comenzaron a convertir a la región en una de las economías más abiertas del mundo.

Hoy, las exportaciones superan el 47% del PIB, con países como España, Portugal o Grecia en los que el peso ha aumentado en más de 10 puntos porcentuales en pocos años. Estos países emprendieron dolorosas devaluaciones internas (contención de salarios y beneficios distribuidos) con el objetivo de ganar cuota de mercado y equilibrar sus balanzas por cuenta corriente.

La perdida de fuerza del comercio internacional golpea de lleno a la Eurozona

La salida de la crisis y la vigorosa recuperación de 2017 y parte de 2018 vino gracias al tirón de la demanda externa, con el comercio internacional creciendo más de un 5% en términos anuales y de volumen. Las exportaciones han tirado del PIB europeo hasta mediados de 2018. Hasta ese momento, este componente (exportaciones menos importaciones) ha sumado alrededor de medio punto porcentual al crecimiento del PIB, una cifra nada despreciable. Sin embargo, en el último trimestre de 2018 la contribución fue negativa por el desplome de las exportaciones, según los últimos datos publicados por el Banco Central Europeo. 

Los economistas del Banco de España explican que el comercio internacional ha mostrado un comportamiento poco habitual. "Su ritmo de avance se fue debilitando a medida que avanzaba el año (2018) hasta cerrar el ejercicio con tasas negativas, un fenómeno relativamente infrecuente en la serie histórica". 

"El grado de apertura promedio de los países de la unión monetaria europea (excluido el comercio entre los propios países de la Eurozona) es muy superior al de EEUU y supera incluso al de China", muestra el análisis. 

Un dato revelador que aportan estos expertos es el crecimiento de las relaciones comerciales con los países que no pertenecen al euro: "La participación de las exportaciones 'extra-Eurozona' dentro del total de exportaciones aumentó desde el 48% en el 2000 hasta el 55% en 2018". 

El peso de países 'problemáticos'

Además, dentro de esta tendencia destacan el incremento de las exportaciones hacia China y el resto de países de la UE que no pertenecen a la zona euro. A esto hay que sumar el fuerte peso tradicional de países como EEUU, Reino Unido y Turquía. 

Atendiendo a esta lista de países se puede entender la fuerte ralentización de las exportaciones europeas. China está creciendo al menor ritmo en años, Turquía se encuentra inmersa en una importante crisis, Reino Unido está dominado por le incertidumbre del Brexit y EEUU está siendo el adalid de una nueva oleada de proteccionismo.

A todo ello se le puede sumar "la apreciación que registró el euro, en términos efectivos nominales, frente a sus socios comerciales en 2017", comentan los expertos del BdE.

Bajo este contexto parece lógico que el crecimiento del PIB se haya ralentizado sobremanera y su avance trimestral cayera hasta el 0,2% en el cuarto trimestre de 2018 con Italia entrando en recesión técnica y la economía de Alemania totalmente atascada. 

Para culminar, el análisis del BdE añade mayor incertidumbre: "De cara al futuro, las incertidumbres sobre una eventual escalada de medidas proteccionistas configuran un escenario complejo para las exportaciones europeas, especialmente en el un contexto, como el actual, de deterioro de las perspectivas económicas globales".

"Entre los factores más relevantes, destaca el resultado de la investigación llevada a cabo por las autoridades de EEUU sobre las importaciones de automóviles procedentes de Europa, que podría finalizar con aranceles a este tipo de productos", sentencia el análisis.

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