
La producción industrial de Alemania registró en agosto un crecimiento del 0,3% respecto del mes anterior, cuando había caído un 0,4%, superando las expectativas del consenso del mercado, que esperaba un nuevo retroceso mensual del 0,2%, según los datos publicados por la oficina federal de estadística, Destatis.
En el mes de agosto, la producción de la industria alemana sin tener en cuenta la energía registró un repunte del 0,7%. En el seno de la industria, la producción de bienes intermedios se incrementó un 1% y la producción de bienes de capital creció un 1,1%, mientras que la producción de bienes de consumo registró un descenso del 1,7% y la actividad en el sector de la construcción cayó un 1,5%.
No obstante, en la comparativa anual la producción de las fábricas germanas experimentó una caída del 4%, empeorando así en una décima el retroceso interanual del 3,9% observado en julio.
"Al fin una buena noticia desde la mayor economía de la eurozona", reconoce Peter Vanden Houte, economista jefe de ING para Bélgica y la zona euro, para quien, sin embargo, "no hay razón para emocionarse demasiado", puesto que la producción industrial siempre es volátil durante los meses de verano, por lo que "septiembre será más importante para evaluar si realmente se puede hablar de un cambio de tendencia". Además, el dato viene precedido de un descenso de los pedidos a fábrica.
En este sentido, el experto señala que ante el estancamiento del comercio mundial, la industria alemana y, por extensión, toda la economía alemana, seguramente "languidecerá", por lo que, dado que la política monetaria ha alcanzado sus límites, el apoyo a la economía debería provenir de la política fiscal. "La buena noticia es que esto ya no es un tema tabú en Alemania", añade.
Sin embargo, el repunte de agosto es un balón de oxígeno para el sector manufacturero que atraviesa una profunda crisis por el golpe que está suponiendo la guerra comercial en las exportaciones alemanas y la reconversión del sector del automóvil.
El sector industrial es clave para la primera economía de la zona euro, ya que supone el 20% del PIB. Mientras las exportaciones es el otro pilar fundamental de Alemania. Las ventas al exterior supone alrededor del 40% de la producción total del país.
La tormenta perfecta para el país ha supuesto que la economía germana registrara una caída trimestral del PIB del 0,1% en el segundo trimestre. Los indicadores económicos adelantados y el propio Budensbank apuntan a que la Alemania en el tercer trimestre cayó en recesión técnica al registrar dos trimestres de contracción consecutiva.
La situación se está agravando por el posible contagio al sector servicios y al consumo. Hasta ahora son el ancla que permite a la economía alemana no hundirse con la industria. Los servicios se desplomaron a mínimos de tres años en septiembre.