
El ataque con drones sobre el corazón petrolero de Arabia Saudí y la fuerte escalada de los precios del crudo son sin duda un cisne negro que ha llegado en el peor momento posible para la economía global y la Eurozona. Los cisnes negros suceden de forma ocasional, no son eventos esperados, y tienen un gran impacto sobre la economía y los mercados. Parece que el evento acaecido este fin de semana y la reacción del crudo, disparándose 8 dólares por barril en un día, cumplen con lo que se espera de un cisne negro, que además puede tener graves consecuencias para la economía si este cisne termina convirtiéndose en un monstruo. Si la reacción de Arabia Saudí y EEUU es contundente, el petróleo podría superar los 100 dólares por barril y ser el desencadenante de una nueva recesión global.
Commerzbank: "Un shock petrolero acompañado de una reducción en la cantidad físicamente disponible también conducirá a una crisis a día de hoy"
Un petróleo caro combinado con la desaceleración de la Eurozona (que además es un importador neto de crudo) puede ser una combinación peligrosa. Los economistas de Danske Bank piden calma por un lado asegurando que un conflicto total entre Washington y Riad contra Irán todavía no parece muy probable, "sin embargo, un conflicto militar llevaría a la economía mundial a una recesión causada por un incremento del precio del petróleo hasta los 150 dólares por barril".
Los expertos de Berenberg calculan que "un incremento del precio del petróleo en 10 dólares por barril puede añadir 0,3 puntos porcentuales a la inflación en dos meses, reduciendo el crecimiento de la renta real disponible... para los países que están coqueteando con la recesión, esto podría marcar la diferencia entre el estancamiento económico y una contracción del PIB (por ejemplo en Alemania e Italia)".
En Danske Bank creen que el efecto directo sobre el crecimiento del PIB de los países importadores puede ser de entre 0,2 0,3 puntos porcentuales al año menos de crecimiento. Un alza del crudo de 30 dólares dejaría a varios países europeos en recesión. El efecto puede ser aún peor si el dólar se aprecia ante la incertidumbre, incrementando el precio relativo del petróleo (denominado en dólares) para los países del Viejo Continente.
España usa mucho petróleo
En el caso de España hay cálculos realizados por el Banco de España sobre el comportamiento del PIB ante subidas del crudo. Hay que tener en cuenta que la economía española es muy intensiva en petróleo, esto quiere decir que por cada unidad de producción España necesita consumir más crudo que otros países de su entorno, por lo que la exposición al precio del 'oro negro' es mayor.
España importa alrededor de 1,3 millones de barriles de petróleo por día, siendo una de las economías de la Eurozona más intensivas en el uso de crudo. En un análisis publicado por BdE en 2018 se calculaba que un incremento del barril en 10 dólares puede provocar "una pérdida de 0,2 puntos porcentuales de crecimiento del PIB de media en los tres años posteriores al shock, mientras que la inflación aumentaría unos 0,9 puntos porcentuales en el primer año". En el caso de España no supondría la entrada en recesión, pero sí conllevaría a una moderación mayor del crecimiento y, probablemente, de la creación de empleo.
Bernd Weidensteiner y Marco Wagner, economistas de Commerzbank, creen que el petróleo está volviendo a cotizar en mayor medida con una prima de riesgo elevada y ante esta situación ven dos escenario posibles. El marco base o más probable habla de la estabilización de la situación y la pronta recuperación de la producción total de crudo en Arabia Saudí (ahora mismo reducida a la mitad). Bajo este escenario el precio del crudo se mantendría estable "y los efectos sobre la economía europea serían limitados".
Sin embargo, el escenario de riesgo da un poco más de miedo. "Si se prueba la participación de Irán en el incidente, la escalada de tensión será una amenaza. Irán respondería a los ataques militares intentando cortar el paso del petróleo en el Estrecho de Ormuz (por donde circulan el 30% de todas las exportaciones globales de crudo). Los precios del petróleo subirían por encima de los 100 dólares y se produciría un shock importante".
Los efectos sobre la economía serían importantes, pero nunca tan desastrosos como los de 1973, puesto que los países europeos han ido reduciendo su dependencia del petróleo poco a poco. "Aunque los consumidores de petróleo ahora puede hacer frente mejor a un shock de petróleo... Un shock petrolero acompañado de una reducción en la cantidad físicamente disponible también conducirá a una crisis a día de hoy. Además, muchas economías actualmente están luchando con problemas de todo tipo y los bancos centrales tienen poco margen de maniobra para reducir los tipos de interés y tendrían que depender aún más de medidas no convencionales para ayudar a las economías afectadas", sentencia la nota del banco alemán.
El alza extraordinario del petróleo sería un torpedo en la línea de flotación de una economía que precisamente se mantiene a flote por la fuerza del consumo. "Cualquier shock negativo sobre el consumo de los hogares será muy preocupante... de acuerdo que los productores se beneficiarán de este movimiento, pero no compensará las pérdidas causadas por el menor consumo".