Economía

La estrategia de la 'sorpresa y la conmoción' o lo que necesita el BCE para sorprender al mercado

  • Bajar todos los tipos de interés y un nuevo QE por 70.000 millones al mes
  • En TD Securities apuestan por una bajada fuerte de la tasa de depósito
Mario Draghi, presidente del BCE, charla con su sucesora, Christine Lagarde. Reuters

Los mercados esperan mucho de la próxima reunión del Banco Central Europeo el jueves 12 de septiembre. Cuando los mercados tienen unas expectativas elevadas suelen reaccionar con timidez si se les da lo que esperan, con rabia si se les da menos y con aplausos si reciben una sorpresa. En caso de que el BCE decida optar por lo último, la doctrina militar de la 'sorpresa y la conmoción' puede ser una estrategia adecuada para sorprender a unos mercados acostumbrados al dinero gratis y a los estímulos.

La encuesta de Bloomberg arroja una idea de lo que espera el mercado: un recorte de 10 puntos básicos del tipo sobre la facilidad de depósito (donde aparcan los bancos la liquidez y que ya está en el -0,4) y la reanudación del programa de compras netas de bonos por 40.000 millones mensuales.

La estrategia de la 'sorpresa y la conmoción' (del inglés shock and awe) supone el uso de un poder abrumador, una conciencia del campo de batalla dominante, maniobras y demostraciones espectaculares de fuerza para paralizar la percepción del adversario en el campo de batalla y destruir su voluntad de luchar. Nick Kounis, director de mercados financieros de ABN Amro, cree que el BCE ejecutará esta estrategia, lo que requiere una acción contundente que contradice lo que han venido diciendo últimamente varios miembros del Consejo de Gobierno.

No obstante, las palabras de Guindos, Knott o Weidmann podrían formar parte de la maniobra. Estos miembros del Consejo de Gobierno han dejado entrever que el BCE no tiene que complacer a los mercados y que a veces toca decepcionar, lo que contradice el mensaje lanzado en las actas de la última reunión del banco central. Estas contradicciones podrían fortalecer el efecto de una batería de medidas agresiva anunciada en septiembre, una vez que el mensaje de estos miembros del BCE han enfriado las expectativas sobre lo que anunciará el banco: aseguran que no hay que dar lo que pide el mercado y cuando llega la hora le dan el doble.

La apuesta de Kounis pasa por un recorte de 10 puntos básicos de todos los tipos clave (depósito, refinanciación y facilidad de crédito), el anuncio de un sistema de tramos que 'despenalice' parte del exceso de liquidez que los bancos mantienen en el BCE, la reanudación del programa de compras netas de bonos por un valor de 70.000 millones de euros mensuales y dejar entrever que en diciembre se volverán a recortar tipos.

Quizá, la medida más agresiva de las que vaticina el experto de ABN Amro es el volumen del programa de compras, 70.000 millones de euros mensuales, un 75% superior al consenso del mercado. El BCE tendría que cambiar la limitación que le impide tener más de un 33% de todos los bonos en circulación de un mismo emisor y aumentar la proporción de los bonos corporativos. "Creemos que este es el área donde el BCE podría impresionar al mercado y lograr cierto grado de 'sorpresa y conmoción'".

Para poner en marcha este ambicioso plan de compras de activos el BCE tendría que incrementar el límite por emisor hasta el 40 o el 50%. Con los límites actuales (33% por emisor y la clave de capital) el margen de actuación del banco central sería muy limitado, por lo que los mercados no darían mucha credibilidad a un nuevo QE con reglas 'viejas'.

Por su parte, Jacqui Douglas, economista jefe de TD Securities para Europa, cree que la sorpresa vendrá por el lado de los tipos de interés. Este experto comenta en una nota que en septiembre "se producirá el primero de dos recortes de 20 puntos básicos de la tasa de depósito... el comienzo de un nuevo programa de compra de activos por 40.000 millones mensuales y un mensaje reforzado".

En TD Securities ven una bajada del tipo sobre la facilidad de depósito de 20 puntos básicos en septiembre

Con estas bajadas, el tipo sobre la facilidad de depósito caerá hasta el -0,6% en septiembre y hasta el -0,8% en diciembre, muy cerca ya del coste que tendría para la banca almacenar el dinero en efectivo. Con este descenso tan pronunciado de los tipos la banca sentirá aún más la presión para conceder crédito en lugar mantener un exceso de reservas de gran tamaño, a la par que el sector podría empezar a transmitir los tipos negativos a los clientes para que a su vez estos usen los depósitos para consumir e invertir, estimulando la economía y los precios.

Por otro lado, el BCE anunciará junto a estas medidas un sistema de tramos para aliviar, en parte, el coste de los tipos negativos para la banca. Con esta medida se dará por hecho que el precio del dinero va a ser muy bajo por mucho tiempo, lo que también puede tener un efecto depreciador en el euro, impulsando el IPC a través de las importaciones (los bienes y servicios en otras divisas serían más caros) e impulsando las exportaciones europeas.

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