Bolsa, mercados y cotizaciones

El BCE debe bajar tipos 20 puntos básicos para no defraudar al mercado

  • Hace sólo una semana se descontaba un recorte de 10 puntos básicos, hasta del -0,1%
  • Han surgido voces dentro del organismo contrarias a volver a implementar un 'QE'
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El mercado tiene su confianza depositada en los estímulos que esperan que lance el Banco Central Europeo (BCE) la semana que viene. Con los bonos en mínimos históricos de rentabilidad, y el posicionamiento de los inversores, el organismo sólo puede defraudar la semana que viene.

Durante los últimos meses, a medida que los mercados iban asimilando paulatinamente que el crecimiento económico se frenaba, los inversores han cambiado su posicionamiento, dejando de lado los activos de más riesgo, como la bolsa y entrando en los más seguros, como la renta fija o el oro.

Y es que, debido al aumento de las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China, lo que parecía que iba a ser el inicio de un ciclo de subidas de tipos por parte del Banco Central Europeo (BCE) en 2019, aprovechando el tirón de la economía, ha terminado convirtiéndose en lo contrario: la debilidad que reflejan las perspectivas económicas y las evidencias de problemas, que cada vez son más claras –la economía de Alemania, el motor de Europa, se contrajo en el segundo trimestre del año y el peligro de que entre en recesión técnica este trimestre es real, según el Bundesbank–, han terminado por convencer a los principales banqueros centrales del Viejo Continente de que deben ajustar su política en el sentido contrario, recortando los tipos de interés e inyectando estímulos en el sistema.

Las expectativas, en cifras

La Reserva Federal estadounidense (Fed) bajó los tipos justo antes de empezar el mes de agosto, y ahora los mercados esperan que el BCE siga sus pasos. El problema es que, después de conocerse en las actas de la última reunión del organismo que la intención de los reguladores es no defraudar y que prefieren pasarse que quedarse cortos, las expectativas de estímulos por parte del organismo son tan elevadas que el riesgo de que la entidad que preside Mario Draghi defraude ha crecido mucho.

Los inversores han llegado a un punto en el que descuentan, según los datos de Bloomberg, que el organismo europeo va a acometer una bajada en el precio del dinero de 20 puntos básicos en la reunión de la semana que viene, desde el 0% actual. Además de que marcará un nuevo mínimo histórico en los tipos de referencia de la eurozona, un recorte de esa magnitud es el doble de lo que los mercados han descontado en 2019: hace 4 meses los inversores esperaban un recorte de 10 puntos básicos, y la probabilidad de que fuese el doble era nula. La semana pasada la probabilidad que daba el mercado para una rebaja de 0,20 puntos básicos era del 13,5%, y ya alcanza el 53,5%. Las expectativas han sido prácticamente las mismas para la facilidad de depósito que marca el BCE, el interés que cobra el organismo a la banca europea por depositar su dinero en el BCE. Algo así como el precio del parking para el sector financiero.

El 'QE' y sus detractores

El banco japonés Nomura es una de las firmas que creen que el BCE no va ser capaz de satisfacer las expectativas de los mercados, al menos en lo que se refiere al recorte de tipos: "Esperamos una bajada de 10 puntos básicos en la facilidad de depósito, y otro recorte más adelante en el año", explican. Además, Nomura espera que "se reactive el programa de compras de deuda, de 30.000 millones al mes hasta finales de 2020".

La reactivación del programa de compras de deuda, o QE, es el punto que genera la mayor discrepancia entre los miembros del BCE. Las actas de la última reunión del organismo parecían reflejar un contexto idílico, en el que el Consejo de Gobierno coincidía en la buena idea que era reactivar los estímulos de los últimos años, incluyendo las compras de deuda. Sin embargo, en las últimas semanas han surgido voces en el seno de la entidad que han dejado clara su postura anti QE. Es el caso del alemán Jens Weidmann y de su compatriota Sabine Lautenschlaeger. Otros, como Klaas Knot, han avisado de que las perspectivas no son todavía tan débiles como para garantizar que se reactive el QE, y avisó de que los mercados han podido ir demasiado lejos con sus apsiraciones: "Las expectativas son exageradas", señaló.

Desde Axa, por su parte, creen que el BCE no lanzará un QE tan intenso como en el pasado, ya que no esperan que cambie el límite del 33% de las emisiones totales que puede comprar de un sólo país, un nivel que impide que el programa pueda ir mucho más allá, en especial en países como Alemania. "El acercamiento prudente del BCE será anunciar un paquete modesto de medidas, con el riesgo de decepcionar a los mercados", explica el banco francés.

Para ayudar a la banca, sobre todo si se recortan aún más los tipos de interés, el BCE valora alguna medida con la que paliar el impacto que esto tendría en el sector financiero del Viejo Continente. "Escalonar la facilidad de depósito [que no se le cobre por igual a todos los bancos que dejan su dinero en el parking del BCE] puede ser una herramienta útil para insuflar a los bancos con liquidez, frente a los estragos de los bajos tipos", explica Nomura.

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