Banca y finanzas

El fantasma de una crisis bancaria sobrevuela EEUU: las debilidades de SVB perduran y hay nuevos candidatos para el colapso

  • Varias entidades mantienen los riesgos que en su día hicieron colapsar a SVB
  • La exposición al inmobiliario comercial, las pérdidas en los bonos y un capital justo
  • En caso de tensiones, estas entidades tendrían dificultades para maniobrar
La sede Silicon Valley Bank en Santa Clara. Foto: Bloomberg.

Hace ya más de dos años Silicon Valley Bank (SVB) colapsó, generando una crisis financiera que obligó a la Reserva Federal (Fed) a realizar la mayor inyección de capital de la historia para contener el pánico. Transcurrido este tiempo, se han hecho algunos cambios para evitar que algo así vuelva a suceder. Sin embargo, sigue habiendo síntomas preocupantes y hay analistas que creen que los fantasmas no han desaparecido.

Las últimas y agresivas subidas de los tipos de interés de la Fed dejaron a SVB fuera de juego. Como hacen habitualmente los bancos, la entidad había invertido en bonos, valores seguros que, con la restricción monetaria, empezaron a devaluarse. Las pérdidas no realizadas del banco americano llegaron a los 17.000 millones de dólares. Una fuga de depósitos fue la mecha que obligó a activar estas pérdidas y el resto es historia.

Ahora, algunos analistas señalan que varios bancos regionales de Estados Unidos siguen teniendo métricas preocupantes. Por un lado, las tensiones que se están viviendo de nuevo en el mercado de bonos, con los títulos volviendo a ver su rendimiento subiendo hasta el 4,5%, se han mezclado con el riesgo del inmobiliario comercial (CRE, por sus siglas en inglés). La menor demanda de oficinas y las tasas de desocupación enfrentan a los bancos a un mayor riesgo de impago, en un momento en el que las pérdidas en la cartera de bonos siguen siendo abultadas.

La Corporación Federal de Seguro de Depósitos (FDIC, por sus siglas en inglés) calcula que los bancos estadounidenses aún tenían más de 480.000 millones de dólares en pérdidas no realizadas en sus bonos en el primer trimestre de 2025. La cifra supone una mejora respecto a los 700.000 millones que se llegaron a registrar en los máximos de 2022, antes de que explotase la crisis. Sin embargo, los niveles actuales siguen siendo relevantes.

Es cierto que buena parte del sector bancario puede asumir la exposición que tiene al inmobiliario comercial. Sin embargo, las entidades medianas tienen exenciones que las permiten evitar los requisitos más estrictos de liquidez y, llegado el caso, eso es un foco de debilidad. "Aunque la confianza parece haber vuelto a aflorar, el sistema sigue siendo vulnerable a una crisis de liquidez o a una nueva oleada de retiradas masivas", señala Mirabaud en un informe en el que plantea si el riesgo bancario es cosa del pasado.

"Está claro que aún no se han asimilado del todo las lecciones de la quiebra de SVB, y la cuestión podría resurgir mucho antes de lo previsto si el clima financiero vuelve a ser tenso", añaden desde la firma. La gestora cree que, si los tipos de interés se mantienen altos, pueden "reaparecer las presiones tóxicas". De hecho, la firma advierte tensiones en cuatro bancos, que se perfilan como los candidatos para convertirse en los próximos Silicon Valley Bank.

Los candidatos para un nuevo desastre

Comerica, Zions Bancorp, Cullen/Frost y Bank OZK son los señalados. Estas cuatro entidades tienen varias cosas en común. Por un lado, una parte de los préstamos que han concedido se concentra en el sector inmobiliario comercial, edificios como oficinas, tiendas, almacenes, etc. Por otro, el capital que tienen para cubrir los riesgos que puedan surgir en ese ámbito es insuficiente, en algunos casos, y justo, en otros. Y, llegado el caso en el que necesiten liquidez a corto plazo, tendrían que vender bonos asumiendo pérdidas.

Esto es especialmente grave debido a las altas tasas de vacantes en CRE, superiores al 20%, según datos de Moody's. Aunque la cifra se ha reducido recientemente, no deja de suponer un problema. Prueba de ello es el último informe de la Reserva Federal, que afirma que los impagos ya rozan el 11% en este sector. Para poner en contexto la magnitud, se trata de la cifra más alta desde 2008, con la crisis bancaria y del ladrillo.

Comerica es uno de los bancos a los que apunta la gestora tras revisar tres de sus métricas clave. Los préstamos concedidos al sector inmobiliario comercial (20.610 millones de dólares), la ratio de capital CET1 (8.712 millones) y la relación entre una y otra (2,3 veces), que es la tasa de cobertura que tiene la entidad para hacer frente a posibles problemas. La cifra refleja que por cada dólar de capital CET1, el banco tiene 2,3 dólares en préstamos CRE.

"No es sólo la estructura del balance lo que cuenta, sino también su solidez frente al comportamiento colectivo en tiempos de tensión"

Cuando la cifra supera las 2 veces, se sobrepasa el límite que tiene como consenso el sector financiero, expertos y reguladores. De hecho, estos niveles se asemejan a la situación de bandera amarilla en las playas, que invitan a la precaución. En este caso, cabe prestar atención al crédito concedido a oficinas, locales, tiendas y demás establecimientos. Si se suceden los impagos en este ámbito, la ratio de cobertura es justa y Comerica tendría que vender bonos asumiendo pérdidas. Estas ascienden a los 2.539 millones de dólares en los títulos de renta fija que tiene a mano para vender (cartera AFS, available for sale).

Cullen/Frost es otro de los bancos americanos que está en el foco. Su ratio de cobertura para CRE es de 2,2 veces. Y el agujero en los títulos de deuda es de 1.403 millones de dólares.

En ambos casos, la ratio de cobertura es una señal de riesgo. Además, la posición de ambas entidades es débil. La mala situación que tienen sus carteras de renta fija no ayuda, ya que esto lastra su capital total. Esas pérdidas limitan la capacidad de actuación de un banco y su liquidez, lo que acabó castigando a SVB. Precisamente, para no tener que tirar de sus activos y asumir números rojos, la entidad intentó ampliar capital. Pero la jugada le salió mal, ya que el mercado detectó la incapacidad para maniobrar del banco, al no poder tirar de sus propios recursos, y, entonces, se extendió el pánico.

"No es sólo la estructura del balance lo que cuenta, sino también su solidez frente al comportamiento colectivo en tiempos de tensión", matizan desde Mirabaud.

"Al mismo tiempo, los tipos de interés se han mantenido altos, lo que ha seguido erosionando el valor de los bonos mantenidos en cartera a tipos históricamente bajos"

Y la solidez es aún menor cuando esa ratio de cobertura supera las 3 veces. Directamente, significa bandera roja o riesgo elevado. Este umbral lo sobrepasa Bank OZK. Una situación a la que hay que sumar unas pérdidas en la cartera de bonos de 91 millones de dólares. En el caso de Zions Bancorp, esa cifra ya se eleva a las 3,4 veces y las pérdidas en sus bonos son de 1.349 millones de dólares. Una mala combinación.

Si Bank OZK o Zions Bancorp se ven en la misma situación que SVB, podrían acabar atrapados, por las mismas razones. Su capacidad de reacción a un deterioro crediticio está limitada por sus pérdidas en los bonos.

En Estados Unidos, se llegó a pensar que las bajadas de tipos iban a ser tan rápidas como las subidas, pero la cuesta abajo se está haciendo de rogar. La Fed ha mantenido la tasa de fondos federales en las últimas tres reuniones y sus proyecciones oficiales solo anticipan dos recortes para el conjunto del ejercicio, de 25 puntos básicos cada uno. Esto significa que no va a mejorar o apenas va a cambiar la situación de los bonos y del inmobiliario comercial.

"Al mismo tiempo, los tipos de interés se han mantenido altos, lo que ha seguido erosionando el valor de los bonos mantenidos en cartera a tipos históricamente bajos", recalca la misma gestora. El caldo de cultivo que desencadenó la crisis de SVB sigue presente dos años después, por lo que no se puede descartar que el riesgo financiero vuelva a aflorar.

Comerica, Zions Bancorp, Cullen/Frost y Bank OZK son entidades relevantes con una capitalización bursátil, en su mayoría, superior a los 7.000 millones de dólares y, en el caso de la más pequeña (OZK), de 5.000 millones. Esta última tiene unos activos totales de 39.000 millones. Comerica, Zions, y Frost, tienen, respectivamente, 79.300 millones, 89.000 millones y 52.000 millones de dólares. Para poner esto en perspectiva, Silicon Valley Bank tenía antes de su quiebra unos 212.000 millones de dólares en activos. Como la ya quebrada, ninguno de estos bancos está exento de riesgos.

WhatsAppFacebookFacebookTwitterTwitterLinkedinLinkedinBeloudBeloudBluesky