La Federación Bancaria Europea (EBF, por sus siglas en inglés) sale en defensa del sector español y en contra del tributo anunciado por el Gobierno a su cargo para recaudar 3.000 millones con los que financiar medidas sociales. "Las iniciativas que surgen en algunos países europeos destinadas a imponer impuestos ad hoc a los bancos son injustificadas, discriminatorias y, lo que es más importante, no llegan a abordar la crisis del costo de vida", advierte en un comunicado la organización que aglutina a 32 asociaciones bancarias nacionales en Europa y 3.500 bancos de todos los tamaños, que emplean a dos millones de personas y financian las economías con más de 20 billones de euros.
La federación, actualmente presidida por Ana Botín, avisa de las dañinas repercusiones para la economía y las entidades del futuro gravamen español sin mencionarlo expresamente y avisa de que lo acabarán pagando los clientes porque la normativa en vigor exige repercutir todos los costes en precios frente a la decisión del Ejecutivo de prohibir su traslación.
Haciendo suya la opinión del Banco Central Europeo (BCE) en iniciativas similares, refiere que los impuestos ad hoc por razones presupuestarias "imponen cargas indebidas a los bancos y deben considerarse cuidadosamente, ya que en última instancia podrían afectar la capacidad de recuperación y la capacidad del sector para financiar la economía", cuando "para capear el temporal económico y financiar el futuro, Europa necesita bancos fuertes".
La federación recuerda que los bancos financian "alrededor de dos tercios de la economía europea, proporcionando fondos cruciales para las personas y las empresas", y lo han seguido haciendo y jugando "un papel estabilizador junto con las autoridades" durante el periodo de incertidumbre causado por la pandemia y la guerra de Ucrania, y con el escenario de tipos negativos.
"Lista" para ayudar
La voz del sector bancario europeo asegura que la banca "está lista" para contribuir a ayudar a los colectivos vulnerables, como hizo durante la pandemia, ante la situación creada por la pandemia, la guerra y la desbocada inflación, donde "muchas" familias y empresas encaran "tiempos difíciles". Subraya que será además necesaria para que las economías encaren los "importantes desafíos" que se avecinan por estas complejidades y retos como la transformación digital y el cambio climático que precisarán "una acción decisiva y grandes inversiones".
Para que sigan financiando la economía, afirma que "Europa necesita bancos sanos y rentables" y las medidas "discriminatorias" adoptadas por los gobiernos, como los impuestos ad hoc, "solo servirían para debilitar la resiliencia del sector y obstaculizar su capacidad para continuar otorgando crédito a empresas e individuos".
"Para ser robustos y competitivos, los bancos deben ser rentables", agrega, negando la tesis de que generarán beneficios extraordinarios con la subida de tipos como arguye el Gobierno para justificar la tasa al sector. "Lo que ha sido extraordinario es el prolongado periodo de tiempo de tipos de interés negativos", explica la Federación Bancaria Europea. Estima que lo que se debería esperar es que la vuelta tipos positivos permita a las entidades recomponer su rentabilidad y situarla en cotas por por encima del coste del capital, aunque podría no ser así si sube la morosidad y las exigencias de provisiones.
Además alerta de que la adopción de "medidas unilaterales por parte de los gobiernos nacionales deteriorará la capacidad competitiva de las entidades de crédito" y generará incertidumbre adicional, "desanimando aún más a los inversores en un momento en el que los países de la UE, entre otras iniciativas, necesitan invertir en proyectos de mitigación del cambio climático".
La federación explica que es necesario que las entidades sean rentables para que atraigan inversores y puedan captar los recursos que se utilizan para dar crédito a la economía, máxime cuando "el sector bancario europeo ya está sufriendo una menor rentabilidad que sus pares en jurisdicciones competitivas".
Por último y desde la óptica exclusivamente tributaria, señala que el tratamiento fiscal de la banca en Europa "no es más ventajoso que el que se aplica a las empresas que operan en otras industrias" con impuestos como el IVA que no pueden repercutirse, a diferencia de otros sectores.
"A la luz de la pesada carga fiscal que ya se impone a los bancos europeos, iniciativas como los gravámenes temporales parecen especialmente discriminatorias", lamenta recordando que la Autoridad Bancaria Europea (EBA) exige que los precios del crédito recojan todos los costes, incluidos los impuestos, "siendo los consumidores los que finalmente cargan con el peso de tales medidas".
La federación bancaria finaliza el comunicado brindando apoyo del sector a sus clientes y la disposición a trabajar con autoridades y reguladores "para trazar el camino a seguir". Sin embargo, la situación económica incierta no puede abordarse centrándose únicamente en el sector bancario: todas las acciones que tomen los gobiernos deben considerar el panorama económico más amplio y el contexto global", concluye.