Durante el largo gobierno del dictador Nicolás Maduro, el bolívar fue hiperinflándose hasta alcanzar la irrelevancia total. Desde hace dos años, la inmensa mayoría de los venezolanos usa dólares para sus operaciones diarias. Pero el régimen chavista, reacio a fijar completamente su economía en la moneda de su enemigo estadounidnese, ha apostado por un movimiento sorpresa para revivir la moneda local. Envalentonado por el aumento de las exportaciones de petróleo, que están impulsando el crecimiento económico y ayudando a mantener estable el tipo de cambio, el Gobierno está presionando a los venezolanos para que usen más el bolívar con la ayuda de un impuesto del 3% sobre las compras realizadas con dólares en tiendas, restaurantes y supermercados.
