Economía

El impuesto de Maduro a las operaciones con dólares está empujando a los venezolanos a volver a los bolívares

  • Muchas tiendas no han sido capaces de adaptarse
  • Los analistas no creen que haya vuelto aún la confianza en el bolívar
Un local en Caracas con los precios en dólares. Foto: Bloomberg

Durante el largo gobierno del dictador Nicolás Maduro, el bolívar fue hiperinflándose hasta alcanzar la irrelevancia total. Desde hace dos años, la inmensa mayoría de los venezolanos usa dólares para sus operaciones diarias. Pero el régimen chavista, reacio a fijar completamente su economía en la moneda de su enemigo estadounidnese, ha apostado por un movimiento sorpresa para revivir la moneda local. Envalentonado por el aumento de las exportaciones de petróleo, que están impulsando el crecimiento económico y ayudando a mantener estable el tipo de cambio, el Gobierno está presionando a los venezolanos para que usen más el bolívar con la ayuda de un impuesto del 3% sobre las compras realizadas con dólares en tiendas, restaurantes y supermercados.

Un estudio realizado por la consultora caraqueña Ecoanalítica indica que hubo un ligero cambio de dólar en los días posteriores a la entrada en vigor del impuesto. Otro informe publicado el martes ha registrado un aumento considerable en el uso del bolívar en abril, el primer mes completo después de su imposición.

La medida es una señal de que Maduro confía cada vez más en que la economía haya logrado tocar tierra firme después de una serie de reformas diseñadas para llevar el caótico sistema chavista hacia algo parecido al libre mercado, con las que espera evitar el regreso de la hiperinflación que asoló el país durante años. Pero es una estrategia de alto riesgo que podría resultar contraproducente dada la duración y la profundidad del colapso económico, el peor en el hemisferio occidental en décadas, y la tibieza de la confianza de los consumidores e inversores.

En los últimos seis meses, el bolívar 'solo' ha caído un 7% frente al dólar

El impuesto amenaza con empujar a las empresas a la informalidad y socavar la estrategia de lucha contra la inflación del Gobierno, advirtió Giorgio Cunto, economista senior de Ecoanalítica. Las empresas y los individuos demandarán más bolívares para realizar los pagos, lo que puede crear una presión adicional en el mercado cambiario. "Si esa presión es más de lo que el Banco Central puede manejar, veríamos un aumento en el tipo de cambio", dijo Cunto. "Podría entorpecer la incipiente recuperación que sigue siendo muy frágil".

En los últimos seis meses, el bolívar 'solo' ha caído un 7% frente al dólar, territorio desconocido considerando que en los últimos años solía perder un 99% de valor cada pocos meses, lo que ha obligado al Banco Central a recortar 14 ceros de los billetes desde 2008. El Gobierno tiene un largo camino por recorrer ir antes de que la gente confíe lo suficiente en la moneda como para abandonar los dólares, especialmente dado que la inflación aún se mantiene en un ritmo anual del 100%, según el índice Café con Leche de Bloomberg.

Los políticos tienden a asumir erróneamente que es posible revertir la dolarización una vez que la inflación está bajo control, explicó Daniel Cadenas, economista y profesor de la Universidad Central de Venezuela, señalando casos como el de Perú, donde el uso del dólar sigue siendo común a pesar de que los sucesivos Gobiernos llevan décadas intentando establecer al sol como una moneda creíble.

"La dolarización no se va a revertir", dijo. "El coste para los actores económicos de volver a pensar en bolívares es mayor que los beneficios. Mientras esto siga siendo así, la dolarización persistirá". En lugar de eliminar por completo el dólar, es probable que el Gobierno esté tratando de lograr un equilibrio entre el uso de las dos monedas, aventuró.

Despliegue caótico

Para muchos ciudadanos que ya se han acostumbrado al dólar, la implantación del impuesto fue un shock. Incluso el propio Maduro había empujado a los venezolanos a adoptar la moneda estadounidense como medio de pago. Tras su giro, el Ejecutivo ha ofrecido pocas explicaciones de por qué se necesita el impuesto, aunque Maduro ha prometido en repetidas ocasiones defender el bolívar y se ha resistido a dolarizar por completo el sistema financiero, a pesar de las presiones de los líderes empresariales.

Lo peor ha sido la falta de información a los ciudadanos y comerciantes de cómo aplicar el gravamen desde el 28 de marzo. La mitad de los comercios siguen sin poder cobrarlo un mes después de su puesta en marcha, según estimaciones de la mayor asociación comercial, Consecomercio.

Algunas tiendas han dejado de aceptar dólares temporalmente por completo. Otros muestran la orden oficial del Gobierno para convencer a los compradores escépticos de que el impuesto es real. El porcentaje de compras realizadas con el dólar cayó al nivel más bajo desde 2019, según el estudio de Ecoanalítica.

Dado que toda la cadena productiva está dolarizada, el impacto en el precio final de los bienes de fabricación local podría ser exponencialmente superior al 3%

Muchos comerciantes se han visto obligados a mantener registros de las compras y los recargos con papel y bolígrafo, ya que comprar nuevos sistemas de contabilidad es tan caro que los bancos estatales tienen que ofrecer préstamos. Varias grandes empresas con múltiples cajas, como los supermercados, no han podido adaptarse.

Para los líderes de la industria, la queja principal es que el impuesto tiene un efecto acumulativo. Dado que toda la cadena productiva está dolarizada, el impacto en el precio final de los bienes de fabricación local podría ser exponencialmente superior al 3%, lo que impulsaría la inflación. "La tasa es extremadamente alta", dijo Luigi Pisella, presidente del gremio industrial más grande, Conindustria, que propone que el gobierno reduzca el impuesto por debajo del 0,5% y haga que el gravamen sea temporal. "La producción local se va a ver mucho más afectada que los bienes importados".

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