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El verano es tiempo de piscinas, playas, embalses, ríos... en definitiva, toda localización acuática donde los móviles tienen un serio enemigo. Y es que la popularización de estos para fotos, vídeos, pagos o cientos de tareas ha provocado que haya más riesgos de que acaben en el fondo del agua como consecuencia de una imprudencia, con su respectivo fin de vida. Sin embargo, existen formas de salvar al móvil una vez mojado que, eso sí, no pasan por la leyenda urbana del arroz.