Redactor de Internacional. Aprendí a cubrir economía en Argentina, aunque mi pasión siempre ha estado en Reino Unido y EEUU, en las que me centro actualmente, porque si algo no son precisamente estos dos países es aburridos. Estudio sobre el bitcoin y el universo de ideas y fraudes que ha crecido alrededor en mis ratos libres.

Si ya era grave que el propio primer ministro, Boris Johnson, fuera incapaz de explicar las nuevas restricciones contra el coronavirus horas después de que su Gobierno las aprobara, este lunes Reino Unido anunció un fallo de consecuencias potencialmente mucho peores. Este lunes, el departamento de Salud Pública de Inglaterra (PHE, en inglés) notificó 16.000 casos de coronavirus que no habían añadido a sus datos por un fallo en la hoja de Excel que utilizaban, que se quedó sin casillas para añadir todos los nuevos positivos sin que nadie se diera cuenta de ello durante varios días.

Por si faltaba algo de caos, la confirmación de que Donald Trump ha dado positivo por Covid-19 puede sacudir las elecciones presidenciales aún más de lo que ya lo ha hecho. Por el momento, el presidente solo muestra síntomas moderados similares a la gripe, como cansancio o dolor de garganta, según ha informado la Casa Blanca. Pero si la situación empeorase y el presidente acabara incapacitado de forma grave o, en el peor de los casos, incluso falleciera, la situación en la que quedarían las elecciones que ya se están celebrando a día de hoy sería histórica: ¿qué hacer con las papeletas a su nombre?

Donald Trump llegaba al debate presidencial 7 puntos por debajo de su rival, Joe Biden, a nivel nacional y en la mayoría de estados clave. Los sondeos llevan un mes entero petrificados y los votos ya se están apilando en las urnas -casi 1,6 millones de papeletas ya, a primera hora del miércoles-. A falta de poco más de un mes para que empiecen a abrirse los sobres, el actual presidente de EEUU necesitaba hacer algo para cambiar el tono de la campaña electoral. Y su decisión de embarrar la cancha y llevar el debate a un tono hosco y combativo no parece haberle sido de ayuda: Biden ha repuntado en las apuestas, y los primeros sondeos muestran que Trump salió peor de lo que entró.

Este martes ocurrirá uno de los pocos grandes hitos que quedan en las elecciones estadounidenses: el primero de los cuatro debates entre los principales candidatos (tres presidenciales, uno vicepresidencial). Una de las últimas oportunidades para que el presidente, Donald Trump, cambie la tendencia completamente estática de las encuestas. El magnate llega con una desventaja histórica en las encuestas: en los últimos 40 años, solo Ronald Reagan y Bill Clinton -ambos ganadores claros- llegaron a este momento electoral con más apoyos de los que suma Joe Biden en los sondeos. Y todo esto cuando ya hay un millón de votos en las urnas, un récord, y la cifra no deja de crecer.

Una de las principales preocupaciones de cualquier candidato que lidere en unas encuestas es que las elecciones sean cuanto antes. Y el candidato demócrata a la presidencia de EEUU, Joe Biden, puede celebrar las imágenes que salpican este viernes: largas colas para ser los primeros en votar en diversos feudos demócratas en Virginia, uno de los 18 estados que empiezan a recoger votos esta semana. Una señal de que al presidente, Donald Trump, se le está acabando el tiempo para liderar una remontada.