Redactor de elEconomista
Petróleo

Desde el inicio de la invasión rusa de Ucrania, los países occidentales levantaron una red de sanciones con el objetivo de debilitar el esfuerzo bélico del Kremlin. El petróleo fue uno de los objetivos de dichas medidas: la Comisión Europea y EEUU prohibieron en 2022 la importación de petróleo crudo por vía marítima, y el G7 estableció un tope al precio del oro negro ruso a 60 dólares barril. Sin embargo, Rusia ha diversificado sus clientes y, a través de una flota fantasma, ha logrado burlar las sanciones occidentales hasta conseguir que el Banco Mundial considere que las cuentas rusas han entrado en el grupo de "economías de altos ingresos". Por todo ello, la caída de las exportaciones rusas de petróleo registrada la semana pasada, sin razón aparente, constituye un gran misterio.

Política monetaria

El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, ha comparecido esta tarde ante el Senado estadounidense para responder a las preguntas de los legisladores y defender las decisiones de política monetaria que está tomando la Fed en la primera economía del mundo. En esta ocasión, Powell ha modulado su discurso al admitir que el empleo se ve amenazado por los altos tipos de interés en Estados Unidos, lo que parece abrir la puerta a una posible bajada de tipos de interés a medio plazo. Hasta ahora, el presidente estaba únicamente centrado en combatir la inflación, pero con este indicador cada vez dando más señales de debilidad, es posible que Powell empiece a dar más importancia a mantener el desempleo bajo, el otro objetivo de la Fed, además del de la estabilidad de precios. Y en este esfuerzo, la bajada de tipos sería una ayuda.

Supervisión bancaria

El Banco Central Europeo (BCE) no quiere dejar cabos sueltos y, como supervisor del sector bancario de la eurozona, se está preparando para endurecer algunas exigencias a la banca y asegurarse así de que no se repiten episodios de crisis como el que se produjo en marzo del año 2023. La subida de tipos castigó ese año a los bancos por el deterioro de la valoración de sus carteras de renta fija, pero ahora el regulador está centrándose en otro efecto negativo que puede tener el aumento del precio del dinero: los posibles impagos por parte de los clientes de la banca de más riesgo. Steven Maijoor, miembro del Comité de Supervisión del BCE, ha reconocido que el banco central está terminando su revisión de los mecanismos de supervisión, y anticipa el anuncio de posibles medidas próximamente. Fuentes de Bloomberg avisan de que el resultado de esta revisión será de más exigencias de provisiones y de capital para enfrentarse a posibles pérdidas. Al mismo tiempo, el sector se queja por la forma en la que el BCE ha llevado a cabo esta última revisión.

Energía nuclear

La industria de la energía nuclear está volviendo a resurgir en Europa. La crisis de precios de la energía que comenzó en 2021, y se agravó en 2022 con el inicio de la guerra de Ucrania, ha convencido al Viejo Continente de la necesidad de contar con una infraestructura fuerte de energía nuclear, y de que los riesgos que esta trae asociados son compensados con creces por los beneficios de contar con una energía que cada vez tiene más defensores como alternativa 'verde'. Veinticinco países han reconocido su intención de triplicar su capacidad de producción de energía nuclear en los próximos años, pero para ello tendrán que encontrar una materia prima vital para poder desarrollar estos proyectos: la mano de obra cualificada, un recurso básico que ahora es más difícil de encontrar que una aguja en un pajar.

Política monetaria

El error de política monetaria que cometió el Banco Central Europeo en 2011 es el más famoso que se recuerda en la historia del organismo, pero no es el único: hubo uno, en 1999, que ahora cobra especial relevancia por las similitudes que presenta con la situación actual. El BCE acaba de bajar los tipos de interés, pero lo ha hecho sin tener la inflación anclada en su objetivo del 2% y, lo más importante, sin confirmar que las subidas salariales no dispararán de nuevo a la inflación, uno de los peligros que reconoce la propia institución. ¿Será recordado este recorte de tipos como un error de política monetaria similar al que cometieron hace 25 años?

Política monetaria

El encuentro de banqueros centrales que organiza el Banco Central Europeo (BCE) todos los veranos en Sintra ha servido como guía en muchas ocasiones del pasado para anticipar el rumbo de la política monetaria de los principales organismos del planeta, como la Reserva Federal estadounidense (Fed), o el propio BCE. Este año, sin embargo, la mesa redonda que ha abierto el foro de banqueros centrales, en la que han participado Christine Lagarde, presidenta del BCE, Jerome Powell, gobernador de la Reserva Federal, y Roberto Camps, gobernador del Banco Central de Brasil, no ha dejado pistas claras, sino todo lo contrario. Tanto Lagarde, como Powell, se han cuidado mucho de anticipar futuros movimientos, un reflejo de la incertidumbre que existe en el frente macroeconómico y geopolítico.

Renta fija

El bono de China con vencimiento a 10 años ha marcado este lunes un nuevo mínimo histórico de rentabilidad, en el 2,18%. Este dato, que no se había alcanzado desde que empezaron los registros para estos bonos en el año 2002, refleja el temor de los inversores por la debilidad que está mostrando la economía china. El país ha vuelto a publicar varios datos macroeconómicos que preocupan a los mercados, y estos están apostando con ansiedad por la renta fija china, ante la posibilidad de que pueda haber bajadas de tipos en el país próximamente. Las autoridades, sin embargo, continúan haciendo presión para tratar de evitar que la rentabilidad del bono chino siga bajando, y han anunciado que van a tomar bonos prestados, un paso que, a juicio de los analistas, es un paso previo para empezar a intervenir el mercado. Su objetivo es tratar de mantener estable al mercado de renta fija, y así evitar que se produzcan nuevos episodios de tensión en el mercado financiero, como el que se llevó por delante a Silicon Valley Bank hace un año y medio.

Política monetaria

En un año en el que la economía mundial ha sido capaz de esquivar el frenazo que se llevaba meses anunciando y la recesión que muchos analistas esperaban para 2024 parece ya fuera de la mesa, las tensiones en la zona euro están llegando por el frente político. El resultado de las elecciones europeas del pasado 9 de junio ha puesto en evidencia el descontento de los ciudadanos con los partidos tradicionales, y ha creado una crisis política en toda regla en Francia. Las elecciones de este fin de semana serán clave para el futuro de uno de los motores más potentes de la economía europea, y los mercados han dejado claro en las últimas semanas que no les gusta la situación económica de Francia, enormemente endeudada, ni tampoco cómo se está configurando el panorama político en el país.

Materias primas

La irrupción de Guyana en el mercado de petróleo ha sido rápida y poderosa, sobre todo si se tiene en cuenta que este país no producía ni un barril de petróleo en 2015 y que el tamaño de su población apenas alcanza los 800.000 habitantes. Pocos habrían apostado que unos años después este país se convertiría en la principal fuente de 'nuevo petróleo' del mundo. No conforme con eso, esta semana se ha presentado un nuevo proyecto que de aprobarse podría incrementar todavía más las previsiones de producción de crudo del país. Hasta ahora, se creía que el techo petrolero de Guyana se establecería en alrededor 1,2 millones de barriles diarios, una cifra ya desorbitada para un país de su tamaño y cuyo petróleo solo se encuentra en aguas ultra-profundas. Sin embargo, un nuevo proyecto de ExxonMobil, llamado Hammerhead, podría llevar la producción hasta rozar los 1,5 millones de barriles de petróleo por día.

Unas elecciones legislativas de alto riesgo político han activado una bomba financiera que llevaba amenazando en las sombras a todo el continente. La situación de Francia amenaza con ser crítica porque la elevada deuda, un enorme déficit estructural, la solución a medio plazo pasaba por reformas agresivas para cuadrar los presupuestos. Sin embargo, el ascenso de Marine Le Pen o la coalición de izquierdas ha puesto de acuerdo a agencias de deuda y expertos de que ese camino quedaría, probablemente, bloqueado, abriendo de par en par la puerta a una crisis crediticia. El propio ministro de Finanzas, Bruno Le Maire, hablaba abiertamente de una hecatombe financiera al estilo de la que tumbó el breve mandato de Lizz Truss en Reino Unido, haciendo que la libre se desmorone y desatando el caos en los mercados.