La renta fija está atravesando un año nefasto para los inversores, con caídas que llegaron a superar el 20% desde el primer día del año, anticipando el peor ejercicio desde que hay registros para este tipo de activos. Sin embargo, desde finales de octubre se ha producido una reacción contraria a la tónica de caídas que ha sido habitual este año: los inversores están regresando a esta clase de activos, y con un gran apetito.