
La agencia de calificación avala el buen momento que atraviesa la petrolera española, que sigue recortando su endeudamiento y presentó el pasado 27 de octubre unos resultados que tuvieron una gran acogida por parte del consenso de mercado.
El sector del petróleo está atravesando un gran momento, gracias a las subidas de los precios del crudo y de otros recursos energéticos, como el gas natural. Repsol es la principal representante española de la industria en el mercado cotizado, y S&P ha mejorado la calificación de la deuda de la compañía, que pasa a ser un BBB+ con perspectiva estable.
"La combinación de unos precios altos de los hidrocarburos, transacciones que fortalecen el balance de la empresa y políticas financieras prudentes han ayudado a la empresa española a fortalecer su situación de crédito. Ahora esperamos que la empresa mantenga sus flujos por operaciones frente a la deuda por encima del 50% durante este ciclo", explica la agencia estadounidense.
Los últimos resultados de la petrolera española confirman que se encuentra en un momento dulce, y las decisiones estratégicas que está tomando la empresa están gustando a los mercados y analistas. La empresa se encamina a conseguir un nivel de ingresos histórico este año, superando los 12.600 millones de euros en el año actual, según la opinión del consenso de analistas que recoge Factset, al mismo tiempo que reduce su endeudamiento, incrementa la retribución a los accionistas y continúa invirtiendo en el negocio sostenible.
"El contexto favorable de precios que hay ahora puede ser temporal", explican desde S&P, "pero ha dado a Repsol una gran flexibilidad para cumplir con sus objetivos estratégicos", señala la agencia. La desinversión del 25% de su negocio de producción, y otro 25% del de renovables, lleva a la agencia a asumir que "utilizará un tercio de estos fondos para reducir su deuda. El resto se dividirá, probablemente, entre aumentar la remuneración al accionista y financiar sus inversiones, entre las que se encuentra el negocio de bajas emisiones", señala.
Además, la agencia asume que "el coste por los nuevos impuestos y por el vertido de petróleo Perú va a ser manejable por parte de la compañía", los dos frentes negativos que mantiene abiertos en este momento la petrolera.