Correlación no implica causalidad. Vicente Nieves lleva buscando explicaciones a los movimientos de los mercados y de la economía desde la crisis financiera de 2007. Aún no tiene la respuesta.

En los océanos del futuro, la energía nuclear promete abrir una nueva ruta para el transporte marítimo. Durante décadas, la propulsión nuclear ha sido un concepto relegado a la Guerra Fría, a submarinos y rompehielos, pero la presión por reducir las emisiones y mejorar la eficiencia ha encendido nuevamente su atractivo. Corea del Sur, de la mano de EEUU, ha irrumpido con fuerza. HD Korea Shipbuilding & Offshore Engineering (HD KSOE) ha revelado un modelo de buque de 15.000 contenedores TEU (la capacidad de carga que tiene un contenedor estándar de 20 pies) con un reactor modular pequeño (SMR), optimizando su estructura para aumentar la carga y mejorar la seguridad. Se trata de un hito en la transición del transporte marítimo hacia la energía nuclear, una tecnología denostada en muchas partes del mundo, pero que ahora se postula como la clave para revolucionar la navegación global. La nueva era del transporte marítimo ya está aquí.

De América vino la patata, el maíz, el tabaco... y ahora llega a raudales el petróleo. Buena prueba de ello es España, donde EEUU se ha convertido en el principal proveedor de crudo, según revelan los últimos datos. Pero esto es sin más una anécdota, porque América en su conjunto está inundado el mercado de petróleo y 'comiéndose' a la OPEP y sus aliados. El dominio del petróleo ya no pertenece exclusivamente a la OPEP+ (la OPEP más Rusia y otros países satélites de Moscú). En el vasto tablero energético global, América ha tomado la delantera como la gran potencia productora de crudo. EEUU, Canadá, Guyana, Brasil y Argentina están marcando el pulso de la oferta mundial, mientras el poder de la OPEP+ se erosiona lentamente, perdiendo protagonismo frente a la creciente producción no controlada por el cartel. La Agencia para la Información Energética de EEUU (EIA por sus siglas en inglés) lo deja claro: "Pronosticamos que el crecimiento de la producción de petróleo y otros líquidos en 2025 y 2026 estará liderado por países fuera de la OPEP+". Es más, el crudo producido fuera del cártel alcanzará casi el 60% de toda la oferta global, una gran diferencia respecto a las décadas de los 70, cuando las proporciones eran las inversas.

La OPEP está estudiando volver a retrasar el final de los recortes de producción de petróleo ante la fragilidad del mercado. La idea era que este mes de abril se añadieran ya unos modestos 120.000 barriles diarios extra, que marcarían solo el principio de una producción cada vez mayor que llevaría al grupo a bombear 2,2 millones de barriles diarios más para 2026. De momento no se sabe exactamente cuánto retrasarían el inicio de esta desescalada pero, según Bloomberg, los delegados del grupo ya están debatiendo fechas para poner en suspenso este plan nuevamente. Este sería un nuevo parche a un dique del petróleo (los recortes simbolizan ese dique en el que el petróleo ocioso se acumula mientras que los países con margen para producir más se impacientan) que parece condenado a romperse antes o después. ¿Qué pasará en los mercados?

Todo iba sobre ruedas. La economía de Argentina había evitado la hiperinflación y un default casi seguro. Pese a los históricos recortes del gasto público (que deprimen la demanda interna), la economía logró abandonar la recesión mucho antes de lo previsto, sorprendiendo hasta al propio Gobierno, que no preveía los primeros brotes verdes hasta finales de 2025 (en el mejor de los casos). Además, la inflación estaba moderándose a un ritmo extremadamente elevado, pasando del 25% mensual de 2023 al 2,2% de diciembre de 2024. Todo ello mientras que los salarios reales se recuperaban y el empleo cogía impulso. La popularidad de Javier Milei, presidente del país, se encontraba en máximos. Todo estaba listo para que el milagro de la economía de Argentina pasase a la historia con muchas más luces que sombras, ni el más optimista de los seguidores libertarios del presidente habría imaginado un escenario así. Tampoco habría imaginado que la gran amenaza para la continuidad del milagro vendría de la mano del propio Milei (de un dedo). Un imprudente tuit amenaza con empañar parte de los éxitos conseguidos y pone en riesgo la estabilidad del Gobierno (aunque es poco probable, Milei podría enfrentarse a un juicio político o impeachement que pondría en riesgo el presente y futuro de la economía del país). Aunque resultaría pertinente separar los logros económicos de la impulsiva y frenética actividad de Milei en redes sociales, este error al promocionar una, como mínimo, controvertida criptodivisa, puede quedar grabado para la historia, manchando los logros de una economía que estaba al borde del colapso antes de su llegada e incluso poniendo en peligro la estabilidad del Gobierno.

No solo es España. La crisis de acceso a la vivienda se extiende por toda Europa. Los titulares se suceden entre gran parte de las economías de la región. Una demanda pujante se junta con una oferta menguante y el resultado son unos elevados precios que dificultan mucho poder formar un hogar. Aunque cada país ha llegado a este punto en un contexto propio, se plantean soluciones a gran escala en medio de esta problemática general. Una de ellas pasa por aprovechar la patente desindustrialización de Europa para remediar uno de los principales causantes de la crisis de oferta: la falta de suelo para construir. Para algunos analistas, la reconversión de los kilómetros y kilómetros de suelo industrial en desuso en el Viejo Continente -e incluso de oficinas vacías- en suelo para edificar viviendas es la 'bala de plata' para empezar a resolver una situación que ya es calificada como de emergencia. Sin embargo, expertos del sector advierten de que no solo hay lagunas en esta 'solución', sino que hasta puede ser contraproducente.

La temida 'japonización' ya está en Europa y amenaza con propagarse. Esta enfermedad económica, similar a un contagio zombi, ha atacado de lleno al motor de la economía del euro, Alemania, lo que pone en serio peligro los indicadores 'macro' del conjunto de la zona. Sin embargo, no todo está perdido. Hay unos pocos 'héroes' (que hace no tanto tiempo eran unos villanos conocidos como PIGS) que parecen haber encontrado el antídoto para escapar de este mal que aletarga economías y reduce el crecimiento potencial. Por ahora, España, Portugal, Grecia e Irlanda están evitando que la zona euro caiga en recesión, pero esta suerte de 'milagro' no puede ser eterno, por lo que sería casi más eficiente que estas economías del sur (e Irlanda) muestren a Alemania el camino para volver a la senda del crecimiento económico.

En el ocaso del Siglo XX, hace tan solo 'cuatro días', la Comunidad de Madrid, en su afán de progreso y desarrollo industrial, soñó con convertirse en una ciudad petrolera. La fiebre del oro negro, que estaba transformando economías en otras partes del mundo, llegó a la meseta castellana como una promesa de riqueza y autosuficiencia energética que prometía reducir (levemente) la dependencia de España de la fuente de energía más importante del mundo. Se tejieron historias de yacimientos ocultos, se consultaron a geólogos y se lanzaron expediciones en busca del crudo que, se creía, podía yacer en el subsuelo madrileño. El sueño no llegó a hacerse realidad, pero lo cierto es que los resultados han abierto la puerta de una nueva energía que aún tiene mucho que decir.

El consumo de petróleo en China para fines relacionados con el combustible de automóviles, aviones, buques o calefacción (es decir, la mayor parte) ha tocado techo. Así lo confirma la Agencia Internacional de la Energía (AIE) en su informe de febrero. La agencia explica que el consumo de crudo en China aumentará todavía este 2025, pero será todo gracias a la industria química y petroquímica, si no fuera por este sector, la demanda crudo en el 'gigante asiático' se estancaría este año marcando un prematuro principio del fin de la era del crudo en China. La rápida electrificación de la economía china, el descenso de su población y el fin de lo que se conoce como sweet spot para el consumo de crudo en el país marcan este punto de inflexión. El mercado de petróleo deberá acostumbrarse a sobrevivir sin los fascinantes aumentos de la demanda que se han producido en China en los últimos años, además, el organismo internacional ha admitido que no hay relevo para China (al mismo del mismo tamaño). Pese a todo, la AIE prevé un aumento de la demanda global este 2025 gracias a países como la India y otros emergentes, donde el uso de crudo para automóviles, aviones o generación de energía sigue siendo muy relevante.

El precio del petróleo es un buen indicador de la aversión al riesgo y a las tensiones comerciales globales. Pues bien, el mercado de crudo ha empezado a cotizar un escenario con el que nadie había contado por mucho que el presidente del Donald Trump hubiera lanzado una de sus descabelladas promesas electorales. El crudo ha comenzado a descontar (levemente) el posible fin de la guerra de Ucrania. Los precios del Brent y del West Texas reflejan la expectativa de un mundo sin la guerra de Ucrania. Después de la rebaja de la tensión en Oriente Medio, Ucrania parece ser el siguiente escenario que buscará la paz, según las negociaciones puestas en marcha por Donald Trump. Esto lleva al barril Brent a cotizar por debajo de los 74 dólares, lo que acerca al crudo a mínimos del año. Este escenario, que aún no se ha ejecutado, está gestándose en estos momentos. Pocos habrían apostado a que realmente se podría poner fin a una guerra en la que ninguna de las dos partes estaba dispuesta a ceder. Sin embargo, si Ucrania pierde el apoyo de EEUU y Rusia se conforma con los avances logrados hasta ahora... el fin de la guerra será una realidad.